Amor Ciego Y Cruel - Chensung NCT

ChenSung 19

NARRA JISUNG

Ya solo quedaba superar una prueba para "volver a la vida". Habían pasado 2 semanas desde que Chenle estuvo en mi habitación y me motivó a salir de esta situación. Si intentaba vivir había la posibilidad de morir, y las pruebas hasta ahora habían sido bastante duras. Todas eran emocionales. Estaba feliz porque en poco tiempo podría ver a Chenle de nuevo. Dejé de escucharle desde que me metí en la anteúltima prueba pero aún así notaba que él estaba apoyándome. Tenía miedo de la última prueba pero cuando llegué tenía un mal presentimiento. El gran espacio negro se convirtió en mi casa en China. Estaba muy sorprendido.

De repente, vi como entraron Chenle y Renjun por la puerta muy felices hablando. ¿Qué hacían ellos en mi casa? Tampoco le di mucha importancia, por fin podría explicarle todo a Chenle, bueno lo de mi miedo y eso... solo esperaba que lo aceptase.

—Chenle! Quiero hablar contigo...—dije gritando ya que estábamos lejos.

Ellos no parecieron escucharme y entraron en el salón. Yo fui andando allí para hablar con ellos.

—Chenle..—

Cuando entré en el salón vi como Renjun y Chenle se estaban besando apasionadamente y de repente pararon los dos. Me miraron con cara de asco.

—¿Qué quieres?—dijo Chenle con desprecio.

—Yo... eh..—me quedé sin palabras... yo.. no me lo esperaba...

Ellos volvieron a lo suyo y empezaron a quitarse la ropa. Me quedé pálido y quieto en el sitio todavía en shock, me dolía el pecho de manera extraña.

—Estamos intentando follar, ¿quieres pirarte?—dijo Renjun apenas sin mirarme.

Empecé a respirar agitadamente, ¿todo lo que Chenle me había dicho mientras estaba en coma fue falso? Él fue quien me empujó a vivir, ¿pero porque ahora me mira con cara de asco?¿Por qué duele tanto? es verdad, la respuesta era porque estaba enamorado de Chenle... Empecé a llorar. El paisaje cambió de golpe a la escuela de Corea. Todos los alumnos me miraban.

—Mirad como llora el pollito—dijo el chico que empezó a hacerme bullying en mi antigua escuela.

—¿No hay nadie que te pueda ayudar?—preguntó uno de los chicos—oh, cierto, tu familia está muerta. Uy, no debería de haber dicho eso...—dijo sonriendo maliciosamente.

Un grupo de chicos me agarró y empezaron a pegarme como lo solían hacer.

—Parad! parad! por favor... —pedí pero hicieron caso omiso.

—Que pena que tu novio te haya dejado. Seguramente estará con su mejor amigo—dijo riendo.

—Pollito nunca aprenderás—dijo otro riendo.

Golpearon mi cara una y otra vez con fuerza. Había olvidado cuanto dolía, pero aún así me dolían más sus palabras.

—Ve a llamar a tu mami llorando!—dijo uno riendo

—Ya vale!—dijo un chico con el pelo negro.

Lo reconocí al instante incluso con los ojos llenos de lágrimas, era Jeno, él único amigo que tuve. El paisaje empezó a cambiar otra vez, pero no paraba de cambiar. Eran recuerdos bonitos de Jeno y míos. Jeno llegó a gustarme, y aunque él lo sabía, él nunca sintió lo mismo hacia mí, fueron unos años un poco tristes... En ese momento aparecí en un club donde solía comprar marihuana y alcohol, pero esta vez fue diferente. Vi como estábamos Jeno y yo a lo lejos.

—Vamos, por probar un poco no pasa nada—decía mi yo del pasado.

—Tienes razón—dijo Jeno un poco confuso.