Amor Ciego Y Cruel - Chensung NCT

ChenSung 25

—¿De qué vas delfín travieso?— dije mirando a Chenle riendo e haciendole cosquillas.

Él empezó a intentar escaparse de mí.

—Ayuda—dijo Chenle gritando.

—Tranquilos niñitos, relax—dijo Ten.

Ten se acercó en silencio a nosotros que habíamos parado de jugar. Entonces Ten se lanzó a hacerme cosquillas y yo que también tenía cosquillas empecé a reír y entonces se unió Chenle para vengarse.

—Parad! Parad!— grité casi llorando de la risa.

—Es mi venganza!—gritó Chenle riendo.

Entonces Ten dejó de hacerme cosquillas y yo miré a Chenle con una mirada profunda y amenazadora.

—No querrás que vuelva a hacerte cosquillas verdad?—pregunté.

—CHSST! A mi bebé no lo toques, sino sentirás mi furia! que parezco muy tranquilo como la mona lisa pero soy como un demonio cuando tocas a mi niño—dijo Ten—Bueno... si le tocas dependiendo de la manera en la que lo hagas— puso cara de pervertido.

Chenle se puso colorado.

—Ah, chicos, podéis estar a solas, Taeyong y yo nos iremos al salón—

—Ten, ¿podemos ver una peli o utilizar la wii?—preguntó Chenle.

—Claro que si cariño lo que tú quieras—dijo Ten apoyando su mano en la cabeza de Chenle.

Taeyong pasó su brazo por los hombros de Ten y se fueron al salón. Nosotros entramos en la que debía de ser la habitación de Ten. Chenle empezó a tocar sus bolsillos con rapidez para encontrar algo.

—Me he dejado el móvil en el coche en 5 minutos vuelvo—dijo Chenle saliendo por la puerta.

Yo empecé a mirar más fijamente la habitación. Vi muchos posters de famosos cantantes y muchos discos. También encontré muchísimos discos con títulos de bailes. Entonces recordé lo de la academia y decidí aprovechar para llamar para preguntar por el puesto gratuito.

—Hola, ¿Michael?—pregunté.

—Hola, Jisung, ¿qué pasa?—preguntó.

—Quería preguntarte por el puesto libre gratuito—dije.

—¿Quieres unirte...?—preguntó.

—No—

—Ah, entonces me lo estás diciendo por ese chico, Chenle.—dijo el profesor.

—Sí, aún no sabe seguro si quiere pero quiere saber si la plaza sigue libre—dije.

—Sí, esa plaza es muy difícil de conseguirla, Chenle tiene una voz muy buena así que se la dejo—dijo.

—Bien, cuando sepa si quiere te aviso—dije—gracias—

—Nada—dijo colgando el teléfono.

Creía que Chenle me estaba mintiendo... pero ahora lo había confirmado. Cuando Chenle entró en la habitación los dos nos sentamos en la cama de Ten. Él se sentó entre mis piernas. Así que decidí decirle lo de la escuela de artes más tarde.

—Como te quiero, Lele—dije mientras besaba su mejilla y bajaba a su cuello—Tengo muchas ganas de tí— dije susurrando en su cuello mientras acariciaba su muslo.

Mordí su clavícula y le miré. Él giró un poco su cabeza y me besó. Empezamos a besarnos lentamente y él acomodó su mano en mi cuello. Chenle se giró y siguió besándome pero más apasionadamente e intentó quitarme la camiseta.