Confess

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Resumen: La noche de Paris, la nieve... y un peso muy grande en el corazón de Hyoga

Serie: Saint Seiya.

Personajes: Shun de Andrómeda, Hyoga del Cisne.

Pareja: ---

Género: Drama

Rating: K

Advertencia: Basado en la serie clásica de los 80'

Capítulos: Viñeta

Palabras: 1149

Notas: Evidentemente estoy muy dramática estos días.

Fecha: 04/08/2018.

Beta Reader:

Disclaimer: Todo lo referente a Saint Seiya pertenece a Masami Kurumada y a la Toei.



04. Confess – Confesar.


Se levantó de la cama, solo para dejar los grandes ventanales abiertos de par en par. Estaba seguro de que toda la habitación se enfriaría... y de seguro que Shun se despertaría con ello, pero no pude detenerse al hacerlo.

Solo que Shun llevaba mucho tiempo ya despierto, y viéndolo en silencio cavilar incesantemente.

—¿Nostalgia? —preguntó con gracia, disfrutando de ver el rostro descansado del rubio.

—¿Estas despierto?

—Pregunta tonta, Hyoga.

El Cisne solo se encogió de hombro, saliendo al balcón, huyendo una vez mas de lo que verdaderamente importaba.

Quizás Hyoga no creyó que Shun lo seguiría, y esperaría por él... tal vez eternamente.

—Aquí hace frio.

—Pero la vista es hermosa... ¿no lo crees?

Shun camino por el balcón, sus pies descalzos, sus hombros apenas cubiertos por la bata del hotel.

—La nieve solo lo hace más sublime.

Y Hyoga tenia que reconocer que Andrómeda tenia razón, y él apenas se había dado cuenta de ello luego de que lo destacara. Pero no hiso mas que asentir a sus palabras y permanecer allí, viendo a la nada misma cuando una postal en vivo se alzaba frente a él.

—¿Cansado? —volvió a intentarlo con suavidad, consiguiendo al menos un movimiento negativo por parte de su compañero.

Habían hecho muchas horas de vuelo, de diferentes partes del mundo para estar ahí en esos momentos, solo porque Atena necesitaba jugar a ser Sahori Kido de vez en cuando.

Pero ciertamente no era cansancio lo que aquejaba la tranquilidad de Hyoga.

—¡¿Insomnio?!

Esta vez consiguió una diminuta sonrisa, y un débil empujón.

No, claro que no era insomnio, jamás había tenido problemas para dormir, menos cuando estaba físicamente agotado. Pero por alguna razón, no había podía conciliar el sueño.

El rubio estaba seguro de que ellos dos eran los únicos despiertos en las habitaciones, ya que ninguno de los demás Santos estaría ahora desperdiciando horas de valioso sueño, aunque fuese para ver la noche de parís.

Fictober2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora