Junior

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27 Junior - Kohai*.



Odiaba las entrevistas de trabajo por muchas razones, y la principal de ellas era que estas empezaban muy temprano.

—Vives cerca de aquí, ¿Por qué siempre llegas tarde?

—No es tarde, aun mi padre no ha llegado...

—Equivocado, ya esta en la oficina, haciéndose cargo en persona de las entrevistas. —Isaac señalo con su cabeza en dirección a donde su hermano adoptivo se dirigía.

Hyoga maldijo por lo bajo, pero no perdió rapidez en sus pasos. Ni cuando Milo se cruzo con él en uno de los pasillos, con una sonrisa burlona... y muchas ganas de meterse con el hijo menor de su jefe.

—Desacelera, muchacho... tu padre ya decidió, así que no hay razón para que te apures. —Milo le entregó solo una carpeta, de las tantas que tenia en sus manos, para que Hyoga la revisara en detalle. —Pero como el chico será tu kohai... creo que deberías ir a presentarte.

Hyoga intentó arreglarse la ropa, el pelo y principalmente la corbata... pero ese ultimo detalle era un caso perdido. Golpeo suavemente antes de ingresar a la oficina de su padre con una reverencia respetuosa, y una sonrisa que de seguro Camus no creería para nada.

—Veo que te has dignado a venir... —Camus comento, sin siquiera levantar la vista de los papeles que tenia frente a él. —Lamento mucho esto, Sr Amamiya... pero a pesar de su excelente currículo y habilidades, voy a tener que ponerlo bajo el mando de mi hijo.

Hyoga apretó los dientes, mientras que el joven hombre a su lado evitaba mirarlo mientras asentía en dirección a su padre.

—Hyoga, este es tu nuevo auxiliar, el Sr Amamiya Shun... —Camus apenas hizo un ademan con su mano, antes de despedir a ambos de su oficina sin más preámbulos.

—Hyoga Flamcourt... aunque el apellido es adoptivo, no tengo cara de francés. Un placer.

—Amamiya Shun... Completamente japonés, aunque mis rasgos digan lo contrario. El placer es mío.

La mano blanca era visiblemente más pequeña que la suya, pero no exactamente más delicada, al parecer ahora era jefe de alguien más en la empresa.

Hyoga avanzó por las oficinas, ignorando las miradas de Isaac y Milo a su paso. Su propia oficina estaba preparada con un escritorio extra, que Shun podría ocupar apenas estuviesen listos para ello.

—Bien, ven y siéntate, Shun... Está bien si te tuteo, ¿verdad?

—No tengo problema... solo que no espere que yo lo haga. —Shun se encogió de hombros. —Tardo en entrar en confianza, Flamcourt Sempai.

—Solo Hyoga... al menos.

El joven frunció sus labios, pero acabo por asentir. El hombre frente a él debía tener su edad, así que ciertamente no había razón para tanto protocolo.

—Puede costarme un poco... con tiempo, quizás.

Hyoga aceptó la respuesta sincera, mientras veía con detalle el currículo de aquel que su padre había elegido. Y vaya que tenia méritos para que Camus haya puesto sus ojos en él, tanto que Hyoga no creía que aquel chico estuviera siguiendo sus ordenes en vez de las de alguien mas capacitado en la empresa.

—Bueno, para serte sincero, no sé quién es el kohai de quien aquí... Creo que en mi vida podre estar tan preparado como tú. —Hyoga silbó incluso ante la carta de recomendación que se adhería al final de la carpeta.

—Teóricamente claro... este será mi primer empleo. Aun puedo hacer todo totalmente mal, y no llegar a dudar ni una semana.

Shun sonrió, con un dejo de realidad fulminante. Hyoga frente a él simplemente pensó que no sería estaría nada mal trabajar con aquel chico.

—Bien, primera pregunta entonces... ¿Sabes hacer un nudo de corbata decente? —el rubio salió de detrás de su escritorio, cuando Shun asintió con una sonrisa, mostrando su propia corbata para corroborarlo.

—Gracias al cielo... ¿Me ayudas con esta? Camus querrá que este en la reunión de la tarde y así no me va a dejar entrar.

Shun no tardo en estar de pie a su lado, y con hábiles manos, desatar el desastre que su jefe había llamado nudo de corbata, para ponerse a hacer uno desde cero.

Hyoga verdaderamente no podía seguir el movimiento de las manos con su cabeza alzada para darle lugar a Shun para trabajar cómodamente, pero estaba seguro que ni aunque lo mirara atentamente, ni en mil años podría acordarse de los pasos necesarios.

—Listo.

—Vaya, espero no olvidarme y desarmarla en mi almuerzo... o todo tu trabajo habría sido en vano.

—Solo debe tirar de aquí, para aflojarla, no la desarme... y tira una vez mas para ajustarla, no es difícil en realidad.

Hyoga observo el semblante de Shun mientras hacia su trabajo, acomodando la corbata debajo del cuello de su camisa, y no pudo dejar de pensar que si así era con algo tan trivial... como seria con algo tan serio como el trabajo empresarial.

—¿Eres de llegar temprano?

—Media hora antes, señor.

—No puedes llegar antes que yo.

—Puedo llegar antes que tu padre... si me lo propongo.

—Bien, ya veo porque Camus te contrato.

—El no puede saber por mi currículo si soy eficiente...

—No, pero puede estar seguro de que serás mejor que yo. —Hyoga sonrió, como si decirlo en voz alta no fuera mas que aceptar la realidad de lo que su padre adoptivo pensara de él. —Esto es lo que debes saber para mañana... tratare de que no me esperes por mucho tiempo.

—Entonces nos vemos mañana, Flamcourt Sempai.

—Simplemente Hyoga.


Final del día 27.



Notas Finales: Complicado el día de hoy... ¿Por qué? Por qué junior tiene muchas maneras de traducirse... pero ninguna de las que me gustara escribir así que elegí la de 'subalterno', ya que si lo paso al japonés en fácilmente aplicable al kohai.

Así que esto salió... no exactamente como lo había pensado, pero salió.

Fictober2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora