Bread

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23 Bread - Pan.



Shun escuchó el estruendo en mitad de la noche, haciéndolo saltar de la cama y bajar hacia la cocina con prisas.

—¿Hyoga?

—Shun... déjame adivinar, te desperté, ¿verdad? —el Cisne estaba de rodillas en medio de la cocina, intentando recoger las cosas que se le habían caído.

—¿Qué estas haciendo? —Shun busco con la mirada, el reloj digital del horno. —¡Son las tres y media de la madrugada!

—Intentaba encontrar los ingredientes para hacer pan...

—¿Pan?

Hyoga asintió, en todo momento de su plática, permaneció arrodillado y viendo a su compañero desde el suelo.

—¿Tú cocinas? —preguntó el santo de Andrómeda, ya sin tanto sueño y mas despierto, pero muy confundido. Jamás había visto a Hyoga hacerse algo más elaborado que un café, y su café generalmente era de la máquina de expreso.

—Bueno... no. Pero encontré un canal con una mujer que explica mas que bien como se hacen. —el rubio extendió la mano, lo suficiente como para alcanzar la laptop que estaba sobre la mesa, girándola hacia Shun.

El joven Santo pudo ver una sonriente mujer de cabello castaño y ojos claros, en un video que permanecía en pausa.

—Svetlana... o Esbieta es ucraniana, pero vive en España... y hace panes de todo tipo.

—¿Y sus videos están en ucraniano? —Shun parecía escéptico, dándole play al video para encontrarse con un marcado acento, pero un idioma nada parecido al ucraniano.

—Español... aunque los subtítulos están en inglés.

Shun sonrió, Hyoga aun estaba de rodillas, olvidado de que aún tenía que levantar la mitad de las cosas desperdigadas en el suelo de la cocina.

—Sé español... Hyoga. Un poco mejor que lo que leo el inglés, en todo caso.

El rubio se puso de pie en un salto, dejando caer lo poco que había recogido, en un estruendo tal, que a ambos le pareció raro que nadie más en la mansión se despertara a ver que sucedía.

—¡Tú vas a ayudarme! —aseguró el Cisne, sosteniendo las manos de Shun entre las suyas.

—¿Yo? —Shun intento retroceder, pero el férreo agarre del rubio le evito dar mas de unos pasos hacia la puerta de la cocina. —Hyoga, no he cocinado nada que no sean sopas... o ayude a hacer el puré. Y no salió nada bien. —acabó casi en un susurro triste.

—No importa, tu traduces lo que ella dice... yo me encargo de hacer el resto. —Hyoga mostro el papel donde había escrito los ingredientes... en ruso. Así que Shun se sentó a su lado en la mesa, transcribiendo los ingredientes al japonés... y un par de instrucciones que le parecieron trascendentales.

Hyoga seguía lo que Shun decía, mientras escuchaba de fondo la voz femenina. El Cisne no había elegido una receta difícil, así que no era posible que saliera del todo mal. Shun por su parte intentó su propia masa, quejándose de la consistencia y de que se le pegaba en las manos constantemente. Pero ambos pudieron acabar el amasado sin mayores inconvenientes.

Shun fue el que preparó té para el tiempo que tenían que esperar el levado, y se mantuvieron viendo varios videos mientras esperaban que la alarma programada en el teléfono celular del Santo de Andrómeda les dijera que debían quitarlos del horno.

—No creo que estén pareciéndose a los que ella hizo, Hyoga.

—No, estos parecen radiactivos...

—¿Estas seguro que mediste bien los ingredientes?

—No creo estar seguro de sí sé medir ingredientes, Shun.

Ambos tenían casi apoyada la nariz contra el vidrio del horno, viendo como lentamente los 'panes' comenzaban a tomar formas nada atractivas.

—Crucemos los dedos de que al menos sepan bien.

—Espero que sí, aunque no apuesto mi vida a ello.

—Eh, ¿Dónde están esas ganas que tenias cuando me despertaste en mitad de la madrugada?

Hyoga hizo una mueca de disgusto, señalando el hombro con la cabeza.

—Hombre de poca fé.

La mañana los encontró a ambos, con un desayuno abundante, y cinco diferentes horneadas de pan... todas con una evidente mejora en la ejecución de la receta. Pero en cuanto a ellos...

Shun, aun en su pijama, la mitad cubierto de harina, descanso y con resto de masa en el pelo.

Hyoga, que por alguna razón había perdido su playera, y estaba en casi mismas condiciones que Shun... pero, que además había recibido varias quemaduras superficiales en las manos.

Ninguno de los otros Santos dijo nada en cuanto fueron llegando a la cocina, y dieron un visto bueno, o una crítica constructiva cuando era necesaria... así que tanto Shun como Hyoga se sintieron satisfechos.


Final del día 23



Notas Finales: Le agradezco a mi amada Pleasy por darme la idea del prompt.

Y bueno, si quieren aprender a hacer panes, busquen el canal de Esbieta en YouTube, que existe de verdad, no lo he inventado.

Fictober2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora