28 Box - Caja.
Shun no estaba exactamente seguro del tiempo que pasó sin llevar una Pandora' Box sobre sus hombros.
Aunque él podía decir que había extrañado un poco el peso cómodo de 'Andrómeda' sobre su espalda, no podía negar que era algo a lo que ya no estaba acostumbrado.
O quizás, toda su incomodidad se debía a la presencia de Natasha en el Santuario, subiendo junto a él las interminables escaleras de los templos.
Shun estaba menos que a gusto por haber tenido que traerla consigo, casi forzosamente. Pero con la Golden Week estando en pleno apogeo en Japón, los bares estarían rebosando de gente, y el de Hyoga igual. Además, Shun había esperado este conjunto de días para hacer este viaje con un propósito que ya no valía la pena.
—Te noto cansado, Shun. —la voz sorprendió a ambos, que venían distraídos jugando un 'veo-veo' bastante particular.
Shun elevó su rostro, la claridad del sol apenas permitiéndole ver quién era el que estaba parado frente a ellos. Si no reconociese tan bien esa voz...
—Estresado más bien, Kiki... estresado. —suspiró, bajando con gracia la caja hasta sus pies. —Pero aquí está, tal y como me lo pediste.
De fondo se podían oír los gritos e improperios de soldados entrenando, y Shun no podía más que dar gracias a que Natasha no entendiera aun el idioma griego. Pues, si bien todo el alboroto había llamado su atención, no había hecho ninguna pregunta sobre ello, todavía.
—Falta de costumbre... —sentenció el Santo de Aries al verlo girar sus hombros con cierta molestia.
—Un poco. —Shun sonrió. —Mi caja permanece constantemente en una habitación segura de la mansión... y mi armadura solo aparece cuando la llamo.
Kiki asintió, pues con ellos pasaba exactamente igual, solo que todas las cajas estaban en la sala detrás de la del gran Patriarca.
—Veré como está, antes de llevarla con las demás...
Con un suave tirón de la cadena, Shun desplegó la caja, mostrando su antigua armadura dentro. Aquella que había sido antes de ser bañada con la sangre de Atena.
—¡Wow! ¡Qué bonita! —Natasha, que no había dejado de mostrarse curiosa por todo, todo el tiempo, de golpe tenía su atención totalmente puesta enteramente en Andrómeda.
Shun la tomo de las manos, evitando a tiempo, que la niña llegara a tocar la armadura.
—Ten cuidado, Natasha... no es un juguete. —amonestó, aunque no tan duramente como debería haber sonado. Tenía que, aunque Natasha no fuera una amenaza real, su antigua armadura se defendería como ella sabía hacerlo... y eso no era algo que él quisiera que ocurriese.
Necesitaba distraerla, y mantener su atención lejos de su antigua armadura.
Kiki seguía la interacción de ambos con una sonrisa mal disimulada, mientras Natasha preguntaba y Shun respondía cosas sobre Andrómeda. Riendo suavemente, cuando de un momento al otro, pasaron de la armadura en sí, a hablar sobre el mito, y luego... a representar una cuasi parodia moderna del mito.
Todo parecía en orden. Ninguna herida demasiado significativa, tal vez algo que la armadura podía curar por sí sola, cuando tuviera un nuevo portador.
—No hay nada que deba hacer con ella... Tu armadura está en excelentes condiciones, Shun.
—Ya no es mía, Kiki. —Shun le recordó, con un dejo muy marcado de melancolía.
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Fictober2018
FanfictionEsta locura en la que me metí, solo para saber si puedo acabarla. 31 días, 31 viñetas... Basadas en el Fandom de Saint Seiya y en la pareja Shun x Hyoga!!!