28. Sombras muertas.

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Nico.

En mi vida creí que amaría tanto a alguien como lo hago con Sophía.

Ella fue mi luz en medio de las sombras. La sonrisa sobre mis labios. La melodía de una canción que nunca cesaba.

Ella era absolutamente todo para mí.

Probablemente conseguiría volver a vivir sin ella si ella muriese, pero nunca jamás sería lo mismo.

Y aún así, ahí estaba yo siendo ahogado por Uranos, todo para volver a dañar a Sophía. Había sufrido tanto y querían que ella sufriera más.

Perder a tus padres, haber sido un error por nacer, no tener un hogar, y perder a sus hermanos por un demonio así era más que crueldad, era inhumano, despiadado y terrorífico. 

Porque yo no he vivido la mitad de cosas que Sophía ha vivido. 

Fui al Tártaro y volví. Ella literalmente vivió en el Tártaro rodeada de monstruos, teniendo pesadillas constantemente. 

Pero viéndola aquí, con su cabello negro desparramado por su cara, sudando del esfuerzo, con lágrimas en los ojos, con cortes sangrientos sobre el cuerpo, dándo todo por el bien del universo, me hace quererla aún más de lo que ya hago.

Para que nadie reviva el terror y el dolor de las guerras, alguien tiene que soportar eso, y eso es exactamente lo que está haciendo Soph, se está sacrificando.

Sus ojos azules se conectan con los míos. Lo que sale de mis labios ella ya lo sabe.

-Te quiero, siempre - susurro con mi último aliento, antes de desmayarme por la falta de aire.

Sólo logro oír un a multitud de gritos que resuenan como un eco en mis oídos.

Me fuerzo a abrir los ojos, necesito ver lo que está pasando.

Sophía está elevada en el aire, sus ojos negros, su cabello flotando, sombrar envolviéndola, enviando un impacto directo a Uranos, que al recibirlo explota y se desintegra.

-Se acabó, finalmente -murmura Sophía, cerrando los ojos y cayendo directa al suelo.

-¡NO, SOPHÍA! ¡NO! -grito al borde del colapso, ella no puede caer y morir simplemente así, tengo que ir a donde ella.

Humo negro y fuego está por todos los lados. Pero eso no me detiene, con las pocas fuerzas que me quedan, me levanto y camino lentamente hacia donde se encuentra Soph tumbada sobre un charco de sangre.

Esto no puede estar pasando.

Un dolor hace crujir mi alma.

—No, Soph, Sophi, no —. Mis ojos se llenan de lágrimas, que lentamente van mojando mi camiseta sucia.

No.

No puedo dejar que esto pase.

¡¿Por qué ella?!

DARKNESS UPON ME (Nico di Angelo) *CORRIGIENDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora