Gotas de sudor resbalaban por mi frente, haciéndola brillar a la luz de las velas de los amplios y largos pasillos oscuros del palacio en el que me encontraba.
Mantenía toda mi concentración en alcanzar mi máximo de velocidad para llegar hasta mi objetivo: la sala oscura. Corría sin prestar atención en la extraña ola de escalofríos que invadía mi cuerpo.
Las frases pronunciadas, anteriormente incoherentes, resonaban constantemente en mi cabeza: 'La solución sólo tú podrás encontrarla, porque sólo tú la podrás sentir...'
Ahora, todo tenía sentido.
Okey, no estaréis entendiendo nada. Rebobinemos.
Inicio del flashback:
Pasé dos días encerrada en mi dormitorio del palacio, dos días sin hablar con nadie más que con mí misma. Sí, suelo hacer eso muy a menudo. Dos días, o sea 48 horas comiendo vegetales, la única cosa que había para comer.
Pero lo peor no fue comer verduras (aunque sí estaban pésimas, y debería advertírselo a mamá) , sino el hecho de que no tenía nada que hacer.
Durante esas interminables horas, pensaba en alguna manera de 'escapar' aquel lugar al que mis padres llamaban 'hogar'. Busqué, y busqué, y busqué aún más, por todo el palacio, pero todas las habitaciones estaban cerradas con llave.
Mis padres estaban, pues digamos que en nowhere to be found, es decir, en ningún sitio que yo supiese y que pudiera encontrarles.
La comida tanto como la ropa limpia, aparecía extrañamente sola encima del escritorio. Sí, inspeccioné la mesa de madera, enterita, pero no encontré nada raro más que alguna tela de araña.
Finalmente después de dos noches, y dos días completos, hallé una señal de vida en mi dormitorio. También se encontraba mágicamente sobre el escritorio.
Una nota. Una simple nota fue el inicio de mi problema y también mi salvación. Ésta decía:
"Cuando el cielo brille, y un sonido metálico resuene en tus oídos, te veré bajo el cerezo en flor del jardín de los demonios."
Desde luego él/la que escribió la nota no debía vivir en el siglo XXI, ya que hablaba en tono poético, la letra era cursiva y difícil de entender, lo extraño de la nota es que era anónima.
No tuve que pensármelo dos veces, sabía perfectamente la respuesta al enigma:
Me vería con alguien a las 12 de la noche, (la única hora a la que sonaban las campanas), bajo el cerezo en flor de los jardines del Tártaro.
Cuando llegó la hora de la muerte, es decir, la hora de quedada. Salí silenciosamente del cuarto y corrí sigilosa como un gato hacia los jardines, el único lugar sin llave del castillo.
Al llegar al punto de encuentro, un gran cerezo con flores rosas, el único sitio bonito en aquel horrible jardín lleno de rosas negras y ortigas.
La persona a la que esperaba ya se encontraba ahí. Una gruesa capa negra cubría su ropa y cabeza, pero se podía distinguir su rostro fácilmente. Era la misma chica de alucinación, la misma de la foto, mi hermana.
Sus ojos marrones brillantes, llenos de amabilidad me miraban curiosos, su cabello negro recogido en una larga trenza, dejaba ver sus preciosas pecas marrones de la nariz, algo que las dos teníamos en común y no me había fijado antes.
Sus delgados brazos y menudo cuerpo me rodeó enseguida.
—¡Oh...Sophía! —suspiró, como si la conociese desde siempre.
ESTÁS LEYENDO
DARKNESS UPON ME (Nico di Angelo) *CORRIGIENDO*
Fanfiction❝Cuando lo único que te envuelve es oscuridad, ¿qué haces? Buscas la luz,... o te hundes en la oscuridad.❞ Sophía siempre estuvo sola. No tenía amigos, ni padres, ni familia. Monstruos la perseguían constantemente, porque su poder la delataba desde...