8. Desapariciones extrañas.

1.1K 92 0
                                    


Los días fueron pasando, hasta convertirse en semanas.

En mis pesadillas (que tenía todas las noches), la voz de Dolos, siempre estaba presente, los monstruos seguían persiguiéndome, una voz aún peor que la de Dolos, me causaba dolor.

A parte de eso, había mejorado considerablemente en mis clases de entrenamiento con Percy, ¡hasta he vencido a un chico de la cabaña de Ares! Ya, lo sé, soy una crack. Bueno, ni te creas eh -protestó mi consciencia.

Pasar más tiempo con el hijo de Poseidón, me hizo bien. El semidios me ayudaba a pensar en positivo, ¿quién lo diría? la chica más negativa del mundo, pensando positivo. Sep, este campamento me estaba cambiando. Empecé a quererlo como un hermano mayor, y él me trataba como su hermana menor, cosa que no me molestaba en absoluto.

Las desapariciones de Nico se volvieron aún más frecuentes. O es que no quería estar conmigo, o es que tendría cosas importantes que hacer, (prefiero pensar que es la segunda opción). Sabía que él podría cuidarse solo, así que no me preocupaba.

En mis clases de arquería, conocí a dos personas, que pocos días después acabaría considerando como mis mejores amigos:

Camilla Meriweather, hija de Demeter, diosa de la agricultura. La chica tenía mucho sentido del humor, era cabezota como una mula, (sorry Cami), pero podías pasar con ella, horas, días, semanas y siempre tener conversación para hablar.

Cami llegó al campamento desde New Orleans, poco antes que yo, su padre la maltrataba y un día ella decidió huir. Sorprendentemente consiguió llegar hasta el campamento Mestizo sin la ayuda de ningún fauno.

Su cabello rubio y sus ojos color avellana, hacían de ella una muchacha muy hermosa. Pero lo que de verdad interesaba a Cami, era entrar en el grupo de las cazadoras junto a  Artemisa, diosa de la caza y líder del clan. Ya que, Cami, no creía en el amor verdadero, aunque no lo hubiese experimentado.

La otra persona que conocí, fue Andrew Miller, hijo de Ares. Drew, era totalmente diferente a todos los otros hijos del dios de la guerra. Él, no aparentaba ni egocéntrico, ni engreído. Más bien, era tranquilo y humilde, y un experto con la espada. Digamos que para un hijo de Ares, es una excepción.

Sus ojos verdes, su tez morena, y su pelo castaño, atraían a cualquier chica (siendo hija de Afrodita o no). Pero él, no mostraba el mínimo interés en los afectos que éstas producían.

Drew, llevaba en el campamento desde que tenía uso de memoria. De su madre biológica, no sabe nada, y de su padre, digamos que a parte del hecho que al dios el chico no le importa, no sabemos mucho más. Andrew fue adoptado por una familia mexicana, y en verano venía al campamento.

En aquel momento, Cami, Drew y yo nos encontrábamos en plena clase de tiro con arco, cuando Cami preguntó:

—Soph, ¿crees que las cazadoras me aceptaran? —¿es en serio? ¿otra vez? Lleva preuntándome lo mismo 500.000 veces, si no es más.

Rodé los ojos (no tengo paciencia), y respondí por 500.000:

—Cami. En serio, relájate. Te aceptaran si no estás enamorada y estás dispuesta a dejar el amor a parte para entrar en el grupo.

—Estoy dispuesta, pero a la vez estoy nerviosa —dijo, llevándose un dedo para morderse la uña, se veía MUY nerviosa.

—¡Camilla Meriweather! ¡Vienen en dos semanas! —grité, exasperada.

Drew apoyó su mano en mi hombre, señalando que me tranquilizara. Bufé, respiré hondo varias veces, Cami era un caso perdido, pero aún así era mi amiga, y la quería.

—Cami, estoy seguro que te cogerán. Solo deja de pensar y preocuparte de eso ahora, nos poner nerviosos a todos —dijo Andrew, en tono calmante guiñándole un ojo a Cami.

Aunque fuera por una miseria de segundo, pude ver como las mejillas de Cami adoptaban un leve color rojo. Sonreí tanto interiormente como exteriormente, ahí pasaba algo.

—¿De qué sonríes, incordio? —preguntó alguien en mi oído.

Rodé los ojos, sabía quién era, no podía evitarme ponerme feliz, (aunque exteriormente no mostraba señales de felicidad), pero también sabía cual era su intención.

Drew y Cami, habían cambiado de arena de combate, ¿me pregunto por qué?, sín avisarme, claro, yo siempre despistada.

Cruzé una mirada con Cami, me miró pícaramente, como si supiera de quién se tratase. ¡Aquella infeliz! Me vengaré de ella en cuanto tenga una oportunidad.

—Di Angelo, ya puedes salir de tu escondite. Esta vez, no me asustaras —digo, dándome la vuelta.

—Y... ¿quién dice que no? —suelta Nico, apareciendo detrás de mí, gritando un ¡Buuhh!, cosa que hace que grite y salte a metro y medio de altura. Lo sé, en otro mundo fui un conejo.

—¡Maldito! Voy a acabar muerta a este paso—-le grito, casi se me escapa el pis del susto, hahahahaha, te lo mereces –dice mi "querida consciencia", riendo.

Miro a Nico furiosa, claro que él no deja de reírse, ¿quién no lo haría?

De repente, Nico se pone tenso y deja de reírse inmediatamente.

—Hmmmm, ¿Nico? ¿Qué pasa? —pregunto, preocupada. Chica, te preocupas por todo, igual lo que pasa es que Nico es bipolar y no lo sabes –vuelve a responder mi consciencia.

Ruedo los ojos interiormente, semejante estúpidez no debería exigir mi atención.

—N-n-no lo sé. Me tengo que ir. Nos vemos, cariño —dice, antes de desaparecer entre sombras.

Os estaréis preguntando: ¿Cómo es que no has montado un drama por el nombre cariño? Bueno si os digo la verdad, es que ya me he acostumbrado a él, y no me importa. También os preguntaréis: ¿No estas preocupada por el hijo de Hades? No, ya ha desaparecido otras veces, aunque esta vez ha sido de lo más extraña, no me preocupo, porque él sabe cuidarse solo.

Un murmullo en mi cabeza, me saca de mis pensamientos:

"Él, está en peligro."

DARKNESS UPON ME (Nico di Angelo) *CORRIGIENDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora