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Jazmine.-

¡Teo... para, para!- grito, mientras lo empujo, la cara del hermoso hombre frente a mi es de confusión, una vez más no sabe qué sucede.

¿Te dieron cosquillas otra vez, o hice algo mal?- pregunta, yo sonrío porque en el fondo sé que el no tiene nada que ver con mi vida anterior, que el no fue quien me lastimó, ni mucho menos el, me engañó con otra mujer, pero ahora que ya ha pasado tanto tiempo y me quiero dar el lujo de disfrutar de un cuerpo sólo para mí, no puedo hacerlo, no puedo porque en el fondo sigue estando Doriam y sus mañas, sus engaños, sus abusos y de eso nadie, ni siquiera Sara, sabe que me pasó.

¡Lo siento! Creo que me iré, ya no puedo continuar. No es nada sobre ti, soy yo con mis miedos e inseguridades, ¿De acuerdo? Me gustó esta noche, pero ya debemos terminar con esto.

No, Jazzy, lo siento, discúlpame si fui un bruto contigo o hice algo que no te gustó, pero no te vayas, prometo que si te quedas seré cuidadoso y haremos lo que quiera y como tú lo quieras.

No, yo lo siento Teo. Me iré a casa, no quiero hacerte daño- Su cara es todo un poema lleno de palabras confusas. Sin embargo, camino hasta la puerta del baño y salgo directo a la habitación en la que está nuestra ropa tirada por todos lados.

La recojo y me la voy poniendo de manera apresurada, entra Teo con una toalla alrededor de su cintura y otra en su manos- No te secaste, puedes resfriarte, ten- me tiende la toalla y seco mi cabello un poco, me hago una cola alta sin peinarme, ya cuando llegue a casa tendré tiempo de hacerlo.

Te llevaré a casa- me dice, yo niego con mi cabeza y antes de poder abrir mi boca para decir que no era necesario el ya está respondiendo nuevamente-  No, Jazmine, por lo menos déjame llevarte a casa, no quiero que estés sola a estas horas de la noche, ni mucho menos con un taxista, ¿De acuerdo?

Si.- asiento, el recoge su ropa, se quita la toalla y sin ningún tipo de vergüenza queda totalmente desnudo frente a mi, para posteriormente vestirse y peinar su cabello hacia atrás con una mano.

Una vez listos, recojo mi bolso, y el me toma de la mano, sentir su piel en contacto con la mía me hace aflorar sentimientos que hace mucho no sentía, algo parecido a la atracción física y mental, en la que dos personas se gustan y lo saben, pero no pueden hacer nada al respecto.

Cuando nos montamos en su auto, arrancamos de vuelta a mi casa, en el camino la suave brisa seca mi cabello mojado, pero también refresca mis ideas. A partir de mañana inicia un nuevo camino en mi vida, un camino que siempre quise tomar.

Cuando llegamos a mi casa, ya estoy un poco más tranquila y antes de despedirme, me giro hacia  Teo, el mantiene su mirada fija al frente, sin apenas parpadear. Con mi mano toco su rostro, e instantáneamente se inclina sobre ella y la atrapa con su gran mano.

A pesar de todo, me gustó estar contigo esta noche, Jazmine, eres encantadora, hermosa y apasionada, digamos que eres la mujer perfecta para mi, lamento que aquel idiota no haya sabido valorarte, pero debes tener en claro que no todos somos así, aunque lo parezca.

¡Lo sé! No quiero que pienses que soy de las chicas que tienen la idea de que todos los hombres son malos, es sólo... que aún no he podido superar muchas cosas, cosas que no son tan sencillas de asimilar, créeme, no tienes idea de nada.

De acuerdo Jazmine, algún día yo lo sabré y cuando me entere prometo que trataré de ayudarte todo lo que pueda, porque quiero ser ese hombre que merezca estar contigo, no quiero sólo una noche, lucharé por más. 

Dicho esto, toma mi mano entra las suyas y la besa con delicadeza, hace que se me erice la piel y me llene de emoción. Luego, me hala acercándome a su rostro y me dice- Mañana, vendré a buscarte y te llevaré a un sitio hermoso, para que te relajes y hagamos sólo lo que tu quieres.- Me besa brevemente en los labios, quisiera que hubiese sido un poco más largo, pero no es así, por lo cual, me bajo del auto con una mezcla de tristeza y emoción.

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Al llegar a casa, la encuentro vacía, sólo acompañada por el eco de mis pasos al caminar, mi casa sin Emmy se siente surrealista y es ahí cuando agradezco a la vida por mi niña, porque aunque su padre no haya sido el hombre que yo necesitaba y soñaba tener, fue él, quien me dio a Emmy y jamás cambiaría algo sobre eso.

Entro a la sala y veo el peluche que Teo le regaló a mi niña, cuando lo vea seguro le encantará. Sigo recorriendo la estancia, hasta llegar a la cocina, saco mi bolsa de té de la India, mi favorito, y lo pongo a hervir, cuando está listo agarro unas galletas de chocolate de mi hija, y me las como frente al televisor, ¡Mañana será otro día, ya después tendré que hacer dieta! 

-

Despierto por un ruido insistente, el timbre, me despierto somnolienta abro la puerta, es Sara con mi niña, abro los ojos como platos, veo la hora en el reloj de la sala, y no entiendo en qué momento me quedé dormida, sólo ahora me doy cuenta que dormí en la sala con la ropa puesta y que ahora se encuentran mi mejor amiga y mi hija frente a mí esperando una explicación.

¡Rayos, Jazzy! Tengo rato llamándote al celular y tocando el timbre, ¿Por qué no estás lista aún?- Me encojo de hombros y las dejo entrar, mientras cierro la puerta a mis espaldas.

¡Uf,  es que anoche fue un desastre Sara!- La cara de mi amiga cambia a una de preocupación y me adelanto a decir- No, no pasó nada malo con Teo, el es perfecto, pero yo... no sé ni por donde empezar.

De acuerdo, linda, vamos con calma, ya es tiempo de que te hayas arreglado así que mientras tu te bañas, arreglas y haces tú maleta, yo haré la de Emmy, ¿Está bien?

Sí- alcanzo a decir mientras subimos las tres por las escaleras y cada una va a lo que le toca.

Cuando ya estamos listas, pasamos por un Macdonal's , para  desayunar, mi niña se alegra cuando ve que es su sitio favorito y corre hacia donde están los juguetes del mostrador y empieza a señalar cual quiere, escoge uno de la película Frozen, y pido su cajita feliz. Mientras Sara y yo, amantes eternas de las hamburguesas, pedimos una Macpollo de tres milanesas y unas papas grandes.

Cuando tenemos nuestros pedidos en mano, nos sentamos, aún queda una hora para que salga mi vuelo, y al ser un avión exclusivo para las modelos, deben esperarnos a todas.

Y bien, cuéntame, ¿cómo te fue anoche? ¿qué tal es el bombón alemán en la cama?

Si te cuento, te mueres, es ¡ideal!

¿Entonces, cuál fue el problema?- Pregunta con curiosidad y pienso en que es momento de contarle muchas cosas a Sara de las que ella no tiene ni idea.

¡El problema fui yo!

Controlados ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora