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Maratón 5/5

Al despertar mi pequeña Emmy sigue durmiendo, beso su mejilla, y camino hacia el baño, me doy un baño algo rápido y entonces salgo en mi bata de baño, hoy estaré un poco más relajada, pues  la pasarela de hoy será en uno de los espacios del hotel y será luego del almuerzo. Pido por teléfono el desayuno, para mi solo una ensalada de frutas con yogurt descremado natural, y para mi hija unas panquecas (pancake) rellenas de Nutella.

Cuando llega el desayuno bebo agua y luego un poco de limonada sin azúcar, mi hija despierta así que le pido que vaya a cepillarse. Cuando regresa, desayuna feliz a mi lado, mientras hablamos de las nuevas películas que saldrán, le prometo que veré alguna de esas con ella en el cine, y luego de desayunar nos sentamos a ver televisión.

Me pongo a pensar en lo genial que es pasar un día al lado de mi hija, siento que no lo cambiaría por nada del mundo, me gustaría que Maximiliano la conociera, tal vez le gustaría su manera de ser, sin embargo, no  estoy dispuesta a exponer a mi hija a una situación incómoda.

Terminamos de ver una película de princesas, y veo la hora en mi reloj, un cuarto para las 12, así que debo arreglarme y arreglar a Emmy para bajar a almorzar, mi niña se da un baño mientras yo me arreglo un poco y me coloco el uniforme de ensayos: Camisa negra con el nombre de Victoria Secrets y unas licras negras igualmente, acompaño mi atuendo con unos zapatos deportivos, y recojo mi cabello en una cebolla (o chongo). Visto a mi niña con un short y una blusa azul turquesa de tirantes, en sus pies unas sandalias cómodas y en su cabello un cintillo del mismo color que la blusa.

Cuando estamos listas, bajamos en el ascensor, llegamos al lugar del ensayo, y le pido a mi niña que se siente en una de las sillas del anfiteatro, ella obedece, cinco minutos después llega Elisa y se sienta junto a mi hija. Inicia el ensayo, hacemos un baile para el inicio del próximo evento y lo practicamos unas 6 veces antes de que quede perfecto.

Terminamos el ensayo, y decido irme con Elisa y mi hija al jardín del hotel, tienen más de 500 especies de flores, por lo que al llegar no podemos estar más que sorprendidas, es hermoso, veo unas que particularmente llaman mi atención, son verdes con pintas rosadas, me acerco a ellas, y de la nada sale un señor mayor, de unos 70 años.- Esta maravillosa flor es nativa de Madagascar, su nombre es Paleta de pintor cuyo nombre científico es Hypoestes. Puedes tomar una si así lo quieres.

Sonrío con emoción, siempre me han gustado las flores, y esta es tan distinta que solo puedo sorprenderme, le digo que sí, que deseo una, y el me da un ramo fino y delicado de esta hermosa plata floreada- Muchas gracias, está hermosa... no puedo más que sorprenderme y agradecerle por darme una.

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Los siguientes días pasaron con algo de rapidez, de hecho en esos días me vi con Maximiliano, pero no pasó nada de nada, él piensa cumplir su promesa de conocernos mejor y pues yo estoy bien con eso. En esos días también hablé con Sara, quien emocionada me contó que pronto vendría a verme. Una noticia que sin duda me emocionó demasiado, pues tengo casi un mes sin verla.

Ese día ha llegado, estoy en el Aeropuerto junto a mi hija y a Elisa, esperando a que llegue Sara,  cuando su vuelo llega veo que ella también lo hace, con dos maletas y una cartera, corro a su encuentro al mismo tiempo que Emmy y nos abrazamos fuertemente las tres, ¡cómo nos hemos extrañado!- ¿Qué tal tú vuelo, cielo? ¿tienes todo tú equipaje? ¡ay estoy tan feliz de verte!- le digo emocionada, ella solo puede abrazarme y  besar los cachetes de mi pequeña, quien emocionada le dice lo mucho que la quiere.

Cuando terminamos nuestra sesión de abrazos, le presento a Elisa, inmediatamente las tres hacemos clic, y nos encaminamos hacia la salida, ahí paramos un taxi que nos lleva hasta la entrada del hotel- ¿Tes estás quedando en un mil estrellas?- reímos todas ante la expresión de mi amiga. Y yo afirmo- Pues sí cariño, así que acostúmbrate a la elegancia, ya hablé con Barbara me dijo que no hay problema con que te quedes unos días.

¡Genial! ya me va cayendo bien esa Barbara.- Cuando llegamos a mi habitación, ella se sorprende, aunque no es tan grande, hay espacio para otra cama- Wow, o sea esta belleza tiene que ser un sueño, ¡hasta hay chocolate!- dice mi amiga mientras corre hacia una mesita de noche en la que está una barra de chocolate recién puesta, supongo que alguien vino a limpiar y dejó ciertos detalles.

Emmy se despide de Sara y se va con Elisa a comer un helado en el centro comercial que está cerca del hotel, cuando quedamos sola ambas decimos al unísono- ¡tengo que decirte tantas cosas! ¡primero tú!- ambas reímos y entonces luego de perder el juego de piedra, papel o tijera, inicio yo.

¡Bien! resulta que un día me dio un ataque de hambre y fui a comprar en Subway, pero no llevé la billetera... entonces me encontré con este chico, Maximiliano quien me brindó un combo. Luego coincidí con el varias veces, hasta el punto de que nos besamos en una de nuestras salidas... pero no hemos llegado a nada más, primero porque queremos ir más despacio, y segundo porque, bueno... tengo miedo de que mi miedo aflore y me paralice. Lo cierto es que lo deseo y me gusta muchísimo, creo que es lo que siempre quise.

¿Cómo que es lo que siempre quisiste?- sonrío, es momento de decirle, así que tomando una respiración pausada le digo- ¡Es venezolano!- Mi amiga abre mucho sus ojos, al punto de que pareciera que se les van a salir de sus órbitas, entonces sonreímos ambas, ella celebra mi logro y reímos un largo rato.

¿Cuál es su nombre?- pregunta mi amiga a lo que respondo- Maximiliano- saboreo su nombre mientras lo digo, como me gusta ese chico.

¿Sabe que eres divorciada, que tienes una niña y que eres una top model?- niego cabizbaja,- ¡No lo sabe! Ay por Dios Jazzy, ¿cuándo le vas a decir?

Pues no creo que le diga, tal vez esto quede en una linda experiencia secreta mientras estuve aquí, no quiero complicarle la vida- mi amiga se pone seria, hace esa cara de cuando algo no le gusta pero decide callar, no sé si por cansancio o por no querer pelear, le agradezco el gesto y le pregunto- ¿Qué me querías decir?- su rostro cambia rápidamente, no sé si a uno de emoción o confusión pero lo que sale de su boca me deja pasmada.

¡Estoy embarazada!






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