Maratón 2/3
Jazmine
Regresamos en la moto de Maximiliano, el me deja en la entrada del hotel, ya son las 4 de la mañana, y si se preguntan que otras cosas hicimos, pues la realidad es que solo hablamos frente al mar y disfrutamos de nuestra compañía.
Cuando bajo de la moto hago entrega del casco que me había colocado- Gracias por esta noche, fue maravillosa y espero pronto podamos repetirla- Le digo, el sonríe mientras toma una de mis manos y la besa.
El placer es mío Jazmine, eres preciosa y estoy dispuesto a quedarme contigo- Me dice, luego de otro beso en mi mano, arranca su moto con rumbo a la vida; mientras, yo doy media vuelta con una sonrisa en el rostro, al entrar en el vestíbulo del hotel me encuentro con Barbara, mirándome curiosamente.
¿Estás llegando ahorita?- Pregunta mi amiga, yo asiento mientras que ella añade- Creo que debes contarme muchas cosas, pero ahorita no es el momento, tienes dos horas para reponerte de tu trasnocho, a las 7 tenemos un paseo.- Asiento todavía en mi burbuja mientras subo en el ascensor y camino a paso cansado hacia mi habitación de hotel.
Cuando llego quito mis zapatos, y beso a mi pequeña que se encuentra felizmente dormida al lado de Elisa, esta última me guiña un ojo y sigue durmiendo. Luego paso al baño, me desmaquillo y me cambio a una pijama. Luego pongo a cargar mi celular y me tiro en mi cama, mientras sueño con un guapísimo rubio de ojos azules como el cielo y un cabello rubio, muy parecido al mío.
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A las 7:00 a.m estoy tratando de eliminar mi dolor de cabeza mientras desayuno junto a Emmy y Elisa, y cuando termino me doy un rápido baño en donde lavo mi cabello y me lo seco en suaves ondas, maquillo mi rostro muy naturalmente, y en mis labios coloco un rosa para que combine con mi vestido rosado también.
Mami estás muuuuy linda- Dice mi pequeña cuando me ve salir del baño vestida, beso su mejilla y le agradezco el cumplido.
Gracias mi bebé, tu estás aún más maravillosa- le digo a mi niña y ella se toca con coquetería sus risos, mientras luce su vestido verde.
Luego tomo mis cosas junto a Emmy y Elisa y salimos. En el vestíbulo nos encontramos con las demás modelos, cuando la organizadora nos dice lo que haremos todas estallamos en sonrisas y emociones, ¡Vamos a un parque de diversiones!
En los autobuses estamos hablando y cantando, todas estamos sumamente felices y contentas, incluyendo a mi hija, quien no para de hablar con las chicas y darles ideas sobre que canciones cantar.
Al llegar al parque hacemos un recorrido por distintas zonas, una de ellas es la montaña rusa, sin duda me subo junto a Barbara, Jasmine y Winnie- Jodeeeer, qué emoción hace mucho no me subía a una montaña rusa- Dice emocionada Winnie.
Ni yo, siempre subo al gusanito pero con Emmy, y para que vean que no es mentira miren, ahí va Emmy y Elisa, rumbo a la aventura del gusanito- Todas reímos, mientras nos subimos a la montaña rusa.
Gritamos y levantamos los brazos cuando el gustanito arranca, damos vueltas y vueltas en el aire mientras el viento levanta nuestros cabellos. Siento que el estrés desaparece de mi cuerpo, y me siento joven otra vez.
Cuando termina nuestro encuentro de la montaña rusa, Barbara corre hacia una papelera y vomita, es un poco débil. Veo a mi pequeña correr hacia mi con un algodón de azúcar entre sus manos- Mamiiii, Elisa me regaló este algodón- Sonrío a mi pequeña, ella ama los dulces.
Muy bien cariño, come tu algodón- Seguimos caminando hacia otras atracciones y encontramos una que siempre he adorado, los carritos chocones.
Corremos hacia allá, me monto en uno de los carritos junto a Emmy y las chicas se suben a otros, empieza el juego, y empezamos a chocar.
Mi niña grita de emoción, y todas nos divertimos durante un largo rato. Cuando son las 12 p.m. llega el momento del almuerzo, los organizadores deciden que almorcemos aquí mismo en el parque, así que nos llevan hacia un lugar con vista al mar, es algo elegante y nos sirven unos vasos con limonada sin azúcar y una ensalada de camarones. Recuerdo que anoche bebí y comí una deliciosa trufa de chocolate, la cual ahora que lo pienso no debí hacerlo por mi dieta.
Pienso en que Maximiliano la supo jugar, así que sonrío por darme ese gusto chocolatoso- Están demasiado bueno los camarones- Les digo a la chicas, todas asienten mientras comemos cada trozo.
Mi hija por el contrario se encuentra un poco arisca a comer camarones, por lo cual pido para ella papas fritas y una hamburguesa pequeña, sin embargo cuando la comida llega ella se niega a comer, está un poco malcriada y solo quiere ir al parque a seguir jugando.
Vamos cariño, come tu hamburguesa- Le digo un poco desencajada, jamás me había pasado esto durante el tiempo que hemos estado aquí, sin embargo ella niega con su cabeza y sus brazos cruzados.
No quiero, quiero jugar- dice mi niña y le repondo.
¡Emmy, come ahora mismo! O no irás a jugar y tampoco saldrás conmigo a ningún evento, ¿Comerás o no?- Todos en mi entorno me observan, me disculpo y mi hija con un puchero empieza a llorar, ¡Lo que faltaba!
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Luego de una larga estadía y un almuerzo un tanto molesto por culpa de las malcriadeces de mi hija, llegamos al hotel, le pido a Elisa que me deje a solas con Emmy y cuando quedamos solas ella se cruza de brazos sin prestarme atención.
Emmy, me puedes explicar por qué te has comportado tan mal el día de hoy- Ni al caso, Emmy solo baja su carita con enfado mientras sus lágrimas caen sin ninguna clase de ruido.
Te hice una pregunta Emmy Paquette- Ella levanta su rostro y me observa por debajo de un riso rubio que cae sobre su rostro- ¿Bien?
No quería comer, yo quería jugar en el parque- Me dice mientras seca sus lágrimas, es una pequeña orgullosa, muy parecida a mi.
¡Lo sé, Emmy! Sé muy bien que querías jugar, pero también debías comer, hice que te cambiaran el plato de ensalada por uno con papas y hamburguesa, porque sé que te gustan, pero tu fuiste muy grosera conmigo.
¡YA TE DIJE QUE NO QUERÍA COMER, QUERÍA JUGAR!- Grita mi niña, me sorprende esa actitud suya, jamás lo había hecho y entonces también sale algo de mí que jamás había hecho con ella, carácter.
¡PERO YO SOY TU MADRE Y ME OBEDECERÁS!
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RomanceLuego de tres meses, ha llegado mi momento de ser feliz, mi momento de ser lo que siempre quise ser, ¿Qué si no me duele? Claro que si, duele horrible y mucho mas duele el saber que mi hija, Emmy, pregunte por su padre a cada momento, no es fácil pa...