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Jazmine

Mi abogada, Anya, está esperando en un restaurante, donde me citó para hablar de unos casos personales sobre Emmy y la custodia, mañana es el juicio de mi niña, espero podamos ganar.- Buenas tardes, señora Anya. Aquí me tiene, dígame.

Querida Jazmine, ya encontré el lugar donde está la niña, es un hotel al norte de la ciudad, ahí también está la mujer que es la abogada de Doriam y la patética trabajadora social. De hecho descubrí que ambas tienen una relación amorosa- la miro entre asqueada y sorprendida, y no tengo nada en contra de las lesbianas, solo me da asco lo repulsivo de esta situación.

¿Mi hija está a salvo? o ¿cree que hayan podido hacer algo?-  Anya me toma de la mano y antes de hablar me sonríe y dice.

No lo creo, pero si es así, sabemos que  Emmy dirá todo, así que no tengas miedo, tú hija es muy inteligente. Sin embargo, no podemos interferir y rescatar a Emmy como queríamos, pues el juez está al tanto de todo, y según unos documentos la situación es legal, aunque nosotras sabemos que no es así, y eso es precisamente lo que tenemos que comprobar en el juzgado, así que te hice una lista con todas las preguntas que podrían hacerte y las respuestas que debes decir. En caso de que no sepas que decir en alguna, yo lo sabré, e interferiré.- Todo lo que me dice me llena de poder, y adoro contar con personas tan valiosas como ella, sé que con fe todo saldrá bien.

¡De acuerdo, Anya! ganaremos este juicio- entonces nos fundimos en un cálido abrazo, que necesitaba, pienso en mi pequeña y lo asustada que debe estar, eso me da aún más fuerzas para seguir adelante y tenerla en mis brazos.

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Cuando llego a casa de Dan y Sara, solo sale Sara a recibirme, pues es día de semana y Dan trabaja, sin embargo, mi amiga no puede porque tiene reposo por su embarazo.- ¿Cómo te fue con la abogada?

¡Bien! Estoy emocionada por todo esto, aunque admito que un poco nerviosa. Pero tengo una lista de cosas por aprenderme.- Entonces nos ponemos a leer, practicamos y cuando nos da hambre decidimos que iremos a un centro comercial a comernos algo, ninguna de las dos quiere cocinar. Le avisamos a Maximiliano, que me dice irá a encontrarse con nosotras en media hora. Salimos en el auto de Sara, pero yo manejo.

Cuando llegamos al lugar donde comeremos, será un lugar de comida italiana que amo llamado  Trattoria Stefano, ya habíamos hecho una cita, así que solo indico mi nombre y me reciben con una alegre sonrisa, nos sentamos en una mesa cercana a un balcón, desde donde se ve una maravillosa vista.

¡Siempre he amado este restaurante! Mis padres la última vez que vinieron comieron aquí, dicen que es un estilo gastronómico muy cercano al original de Italia, así que desde ese día siempre que podía venía aquí con Emmy- me pongo un poco sentimental, por eso mi amiga me sonríe y toma mi mano.

¡Pronto vendremos aquí con ella! mañana podría ser ese día, así que no decaigas, sé fuerte y recuerda, siempre me tendrás a mi, pase lo que pase, eres mi mejor amiga. Además, tú serás la madrina de mi pequeñín cuando nazca.- Sonrío, estoy feliz de saber que ya ha aceptado un poco mejor aquello de convertirse en madre, así que la abrazo.

Pedimos pasta a la bologna para ambas, pues Maxi no ha llegado aún. Seguimos hablando y Sara me dice que irá al baño, cuando vuelve está bastante pálida, supongo que volvió a vomitar- ¿sigues mal?- ella asiente y antes de que yo pueda decir algo, se desploma en su asiento.

¡Sara, Sara! ¡Ay Dios mío! ¡Ayúdenme por favor!- llegan dos mesoneros, y un hombre de una de las mesas. Este explica que es médico, y hace unas preguntas, cuando toca su pulso explica que es un poco débil y yo creo morir. Justo en ese ajetreo llega Maximiliano, quien al ver la multitud corre hacia donde estoy.

¿Qué sucedió?- entre gritos y nervios le explico, y entonces el hombre médico le indica que hay que llevarla a urgencias ¡rápido!, mi hermoso venezolano carga a su paisana entre sus brazos y sale a toda prisa del lugar, yo recojo mis cosas y las de mi amiga. Bajamos en el ascensor, hasta el estacionamiento, busco el auto de mi amiga y de los nervios lo confundo con otro. Cuando al fin lo encuentro, abro la puerta trasera para que Maximiliano pueda subir a mi amiga, de los nervios se me cae la llave, él la recoge y me dice.

Cielo, necesito que te calmes, respira. Ahora necesito que me des indicaciones de a dónde ir, porque no conozco esto, ¿bien? yo conduzco.- entonces, subo al asiento de copiloto, Maxi conduce con destreza entre el tráfico de la ciudad, y sigue mis indicaciones al pie de la letra, sigo orando mentalmente, y estacionamos frente a una clínica, es donde Sara normalmente se hace el control de su embarazo, así que al llegar busco a su enfermera, le explico y ella llama a dos chicos más quienes la suben a una camilla, seguimos Maximiliano y yo detrás, hasta que pasan unas puertas, y sale el doctor encargado del embarazo de mi amiga y explica que no podemos entrar.

Nerviosa y angustiada, rompo a llorar, mi hermoso venezolano me acuna entre sus brazos con toda la paciencia del mundo. Minutos después es él, quien llama a Dan para explicarle lo sucedido. No pasan ni 15 minutos cuando pálido éste llega.- ¿Dónde está Sara? ¡díganme que está bien!- sus ojos se llenan de lágrimas, y lo abrazo, no sé qué decirle, no sabemos nada desde que entró.

Entonces diez minutos más tarde sale la enfermera y dice- ¿Familiares de Sara Reina de Paquette?- Todos caminamos hacia ella y entonces la joven prosigue- El estado de salud de Sara es bastante crítico, sus defensas están por el suelo, los latidos de su corazón han disminuido. Sin embargo, estamos haciendo todo lo posible y ya hemos realizado diversos estudios para dar con lo que está haciéndole daño a ella y a su bebé. Por eso debe permanecer aquí unos días más, hasta que logremos identificar lo que tiene.

Algo dentro de mí se rompe, no puedo dejar de llorar, primero mi hija desaparece y ahora cuando todo parece estar tomando su propio rumbo, mi amiga se pone mal. Maximiliano, se seca unas lágrimas al vernos a Dan y a mi rompernos. Como puede, saca momentos para abrazarme y otros para consolar a mi querido ex cuñado, ¡tan distinto a Doriam! es un hombre totalmente admirable, su amor por Sara es impresionante. 

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Hola chicas, les comento que estamos inscritas con esta historia en los premios Wattys 2019. Así que, vamos a compartir esta historia en nuestras redes sociales con nuestros amigos para más personas pueda conocerla. Cuando lo hagan no olviden hacerlo con el #Watty2019 #Romance #Controlados.

Controlados ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora