CAPÍTULO 15

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—Espera Dar, me olvidé a Narel en el sofá —exclamó soltándose de la mano del muchacho, entrando corriendo al departamento.

—¿A Narel? —preguntó sorprendida la castaña.

—Le puso así al conejo —sonrió Dariem.

—¿En serio? Es tan linda —sonrió mirando hacia el interior del departamento.

—Ahora, que ya es una niña, pero fue muy difícil de bebé.

—Lo imagino, lo haz hecho bien.

—Am... Evans ¿usas algún método anticonceptivo? Debí preguntártelo anoche.

—Sí, no te preocupes.

Luna llegó corriendo nuevamente a ellos, y abrazó a Narel.

—Gracias por dejarnos quedarnos, Dar dijo que hoy también vendríamos a verte.

—Y te estaré esperando hermosa, cuídate —le dijo abrazándola y besando una de sus mejillas.

Miró a Dariem y ¿Cómo se suponía que debía saludarlo ahora?

—Bueno, supongo que nos vemos más tarde.

La observó con una ceja arqueada, divertido.

—Sólo eso.

—Yo-

—Nos vemos, Evans —sonrió tomando a Luna en brazos—. Procura dormir.

—¡Adiós Narel! —la saludó Luna, saludándola con la manito, mientras se iban.

Respiró profundo, y cerró la puerta, lo único que quería era llegar a su cama, y dormir.

Dariem estaba saliendo del edificio, cuando un rubio lo increpó, mirándolo con rabia.

—¡Tú estabas con mi Narel ¿Verdad?!

—Dar —Pronunció con temor Luna, abrazándose a su cuello.

—¿No te parece qué no es buen momento ahora? Estoy con mi hija.

—Tú estabas con mi novia ¡¿Cómo te atreves?! —le gritó empujándolo.

Y si no fuera porque tenía a la niña en brazos, ahí mismo le habría correspondido a su empujón, pero se contuvo.

—No hablaré contigo ahora —gruñó comenzando a caminar.

—Esto no quedará así, Bestia.

Rodó los ojos, y abrazó a Luna, intentando reconfortarla.

—¿É-Él te hará daño, Dar? —le preguntó con temor.

—No cariño, sólo es un humano patético más, no te preocupes.

-o-o-o-o-

—¡¿Dónde diablos estabas?! ¡Estábamos todos preocupados por ti y Luna! —exclamó molesto Onías.

—Le dije a Rubí que saldría.

—Sí, pero no que no volverías, idiota.

—No había pensando en eso. Pero ya lo ves, estamos bien.

—¿Dónde estaban, Dariem?

—Dormimos en casa de Narel —pronunció Luna con una gran sonrisa—. Tiene una casa muy bonita, y Dar dijo que iríamos hoy también a visitarla.

—¿"Durmieron" en su casa? —le preguntó el rubio, mirando a Dariem.

—Sí —sonrió divertido.

—Oye cariño ¿por qué no vas a jugar con los demás niños? De seguro también extrañaron verte —propuso Onías.

—¡Okay! —sonrió soltándose de la mano de Dariem, corriendo hacia el jardín.

DariemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora