CAPÍTULO 25

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—Okay, sólo... Debo colocar esto en mi orina —se dijo así misma, leyendo las instrucciones—. Y esperar unos minutos. No es difícil —suspiró, colocando el test de embarazo, una delgada tirilla blanca, en la orina, .

La dejó sobre el lavabo, y puso la alarma para que sonará en los siguientes cinco minutos, caminado de un lado hacia el otro dentro del baño.

—No es la primera vez que tengo un atraso, no es la primera vez que estoy gorda, ni tengo ganas de comer cosas dulces. Esto sólo es producto de mi estrés.

Se lavó las manos, y salió del baño, buscando una paleta que se había comprado en la farmacia, cuando fue por el test.

Cerró los ojos, y se la llevó a la boca, rezando porque fuera negativo, porque no se imaginaba embarazada a sus veintiséis años, renunciar a su trabajo, cuidar de un bebé pequeño... Cambiar pañales, limpiar vómitos.

—Dios, por favor no —llorisqueó, abriendo los ojos al escuchar la alarma.

Respiró profundo, y buscó coraje para ir al baño nuevamente.

—Pase, lo que pase, haré lo mejor —murmuró.

Tomó la tirilla, y al ver el resultado, sus ojos se cubrieron de lágrimas, maldiciéndose.

—¿Por qué demonios me tiene que pasar a mí? —se quejó derramando varias lágrimas—. Ni siquiera me acuerdo la fecha exacta para colocarme la puta inyección ¿cómo se supone que seré buena madre? Seré un desastre —sollozó.

Y entonces recordó los tragos que había tomado la noche anterior, que casi había tenido sexo con un desconocido, la inyección que se colocó súper tarde, y que desconocía si podía tener efectos negativos en el feto.

Sí, definitivamente su vida era un desastre para ser madre.

—Dariem me matará...

***

—¿Por qué ella está aquí? Yo no quiero verla, Dar —gruñó la niña.

—Lo sé cariño, pero ella quería verte. Sólo saludala y ya.

—No, no quiero verla —le dijo molesta, negando con la cabeza—. No me gusta Narel.

La miró curioso.

—Lu, ella no es Narel, ella es Rubí, la chica que te cuidaba.

La niña lo miró con confusión, y luego bajó la cabeza.

—No... Ella es Narel.

—No cariño, ella no es Narel —le explicó en un tono suave, tomando su celular para buscar una foto en su galería—. Ella es Narel —le dijo enseñándole una foto dónde estaban ellas dos.

Los ojos de Luna se cubrieron de lágrimas al verla, y empezó a sollozar.

—Yo quiero verla a ella, ¿dónde está?

Dariem la abrazó, intentando calmarla, los médicos le habían advertido que la niña no debía sufrir estrés. También entendía, que quizás todo ese tiempo, su mente hubiese mezclado el recuerdo de ambas muchachas.

—Ella vendrá pronto a verte ¿de acuerdo? ya no llores, hermosa.

***

Tendría un largo viaje de vuelta hasta su casa. Casi doce horas de vuelo para pensar como se lo contaría a Dariem, y luego a su familia.

Su familia que eran unos completos exagerados racistas. Su madre pondría el grito en el cielo cuando supiera del bebé. Su padre diría que le quitaría la herencia, que sus amigos hablarían mal de la familia, que había manchado el apellido Evans...

Que difícil sería dar la noticia, y todo culpa de su estupidez. Ella le había asegurado a Dariem que se estaba cuidando, que no debía preocuparse por nada, y ahora estaba embarazada.

Respiró profundo, y se acurrucó en su asiento, abrazando una almohada en forma de barra de chocolate que había comprado para el viaje. Hasta ahí llegaba su obsesión con las cosas dulces.

—Tú no seas estúpido como yo. Si eres olvidadizo, procura llevar siempre una libreta contigo. O mínimo, usa el celular para eso.

La señora que estaba sentada junto a ella, la observó curiosa, confundida.

—Disculpa ¿me hablas a mí?

—No, le hablo a mi hijo.

—¿Hijo?

—Estoy embarazada, señora. Y le agradecería que me ignorara, no estoy de humor para hablar con otra persona que no sea mi bebé. Gracias.

—Maleducada —le dijo chasqueando la lengua.

—Pues cuando esté embarazada, hablamos. No sabe lo difícil que es esto.

—¿Qué no lo sé? Niña, he tenido cuatro hijos. Y a juzgar por tu vientre, debes estar cursando tu primer trimestre, ni se te nota.

—¿Cómo qué no? Sólo mire ésta panza.

La observó divertida, y comenzó a reír, molestando más a Narel.

—¿Puedo saber que le causa gracia?

—Si te parece grande esa panza, espera a llegar a los nueve meses.

***

Luna se había dormido, y saber que había recordado a Narel, y no la odiaba como creía, le traía de cierto modo tranquilidad. Ahora el problema, el mismo de hace más una semana, era comunicarse con ella.

Al menos ya no le daba el buzón de voz cada vez que la llamaba, era un avance.

"—¿Hola?"

—Hola ¿En serio? ¿Sólo hola dirás? —gruñó cuando ella finalmente le respondió—. ¿Tienes ideas de cuántas veces te llamé? ¿O te envié mensajes? ¿Tan malditamente difícil es apretar un puto butón, y atenderme?

"—D-Dariem."

—No, ahora me escucharás. Estuve preocupado por ti, fui a buscarte, y no estabas. Luna despertó y finalmente se acordó quien eras tú, y quería verte. Ella estaba llorando, porque te necesita, y tú-

"—Dariem, escúchame-"

—Y tú ni te dignas en hablarme —la interrumpió una vez más—. Dime donde diablos estás, e iré por ti.

"—En un taxi, volviendo a mi casa."

—Dime en cuanto llegas, y estaré en tu casa.

"—E-Es que no quiero verte... Tengo miedo."

—¿Miedo? ¿De qué?

"—De como vayas a reaccionar tú, cuando te cuente —sollozó—. En serio soy una estúpida, lo sé. Y lo lamento, yo no quería esto tampoco, pero me olvidé. Lo siento."

—Narel ¿de qué hablas? ¿Por qué lloras? —le preguntó preocupado—. ¿Por dónde estás? Ya voy saliendo a tu casa.

"—Sólo... No me grites cuando lo sepas, prefiero que te vayas simplemente, me siento tan estúpidamente sensible —pronunció limpiándose la nariz—. Y se supone que no tendría que estar tan dramática, pero no lo entiendo. Tal vez sea miedo por todas las estupideces que hice y casi cometo la otra noche."

—¿Qué estupideces? ¿Qué hiciste?

"—C-Cuando estés aquí te contaré todo."

—Pero-

"—Yo ya llegué al edificio, te espero en mi departamento" —le dijo antes de cortar la llamada.

Gruñó molesto, y guardó el celular dentro de su pantalón, antes de comenzar a correr más rápido para llegar a la casa de Narel.

¿Qué diablos había hecho?

...

Hoy sólo habrá un cap amores míos... No me siento bien de ánimos ❤

(Alguna vez les conté que Narel tiene unos años más que Dariem 🤔)

DariemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora