CAPÍTULO 29

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"—Mira todas esas estrellas —sonrió una joven castaña, de contextura delgada, acostada junto a su novio, apoyando su cabeza sobre el pecho de él—. Si fuéramos humanos, todas ellas serían las posibilidades que tendríamos de salir adelante, de ser alguien.

—Lo único que veo al ver todas esas estrellas, es que ninguna es tan bella como tú.

Sonrió, mirándolo, y lo tomó del rostro para besarlo.

—Te amo —susurró él contra sus labios, acariciando suavemente sus mejillas—. ¿Ya te he dicho cuánto amo tu sonrisa también?

—Mm nop, creo que no —bromeó besándolo ella ésta vez—. ¿Sabes que amo a demás de ti? —le preguntó sonriendo, observándolo a los ojos.

—¿Amas algo más además de mí? —le inquirió divertido, arqueando una ceja.

—Sí, la luna."

La escuchó llorar, y la culpa lo carcomió por dentro, sabía que no debía contarle de su pasado, mucho menos de Venus.

Bajó rápidamente por la escaleras, y rodeó el edificio, con la clara intención de trepar hasta su ventana una vez más. Narel estaba en la sala, y no la había cerrado luego de la discusión, ya que seguía en el mismo lugar, junto a la puerta.

Escondió su rostro entre sus rodillas, y lloró amargamente, abrazándose las piernas. Fue entonces que sintió a su bebé, moviéndose una vez más, recordándole que él aún estaba con ella, que no estaba sola.

—E-Ese estúpido q-que escuchaste... E-Es tu padre —sollozó tocando su panza con una de sus manos—. T-Tú no me hagas caso, bebito, n-no debes preocuparte por mí.

Apoyó ambas manos sobre su panza, y cerró los ojos, respirando profundo varias veces, buscando calmarse.

—Tú y yo siempre vamos a estar juntos.

Sintió unos pasos acercándose a ella, y no quiso abrir los ojos, sabía quien era. Tendría que haberse levantado a cerrar la ventana, para evitar que él volviera a entrar.

Se arrodilló junto a ella, y sin pedirle permiso, la abrazó, escuchándola llorar una vez de ese modo tan angustiado, sintiéndose tan miserable.

—Jamás quise dañarte, lo juro —le dijo arrepentido—. Nunca te mentí, siempre fui sincero contigo. Cuando dije que me volvías loco, las veces que te besé, que te hice mía, fueron sólo pensando en ti. Siempre pensé en ti, siempre pienso en ti, Narel. Me importas, me preocupas, cuando estaba ese hijo de puta suelto, venía todas las noches a verte, sólo para saber que estuvieras bien.

—S-Sólo vete, y d-déjame sola.

—No quiero hacerlo, quiero estar contigo, a tu lado y con el bebé.

Ella negó con la cabeza, sin querer mirarlo, sólo deseando que se fuera, que la dejara en paz. Dariem la tomó del rostro, y la besó, sintiendo como sus lágrimas también lo mojaban a él.

Narel lo separó, por más que no quisiera, lo alejó de ella, sollozando.

—Entiende que n-no quiero tenerte a m-mi lado, vete Dariem.

—Déjame cuidarte, demostrarte que todo puede ser como antes, formar una familia juntos. Tú, el bebé, Luna y yo.

—No puedo formar una familia con un hombre que piensa en otra, que ama a otra mujer, Dariem.

—Te amaré, sé que lo haré, porque lo que siento por ti es sincero, Narel. Soy feliz cuando estoy contigo.

—Me odiaste cuando secuestraron a Luna, me culpaste por ello, no te importó nada cuando eso ocurrió, sólo mantenerme alejada. Ya te lo dije, no te prohibiré ver al bebé, pero yo no quiero estar contigo.

—Dijiste que estabas enamorada de mi ¿es que acaso tu amor ya no existe?

—No soy masoquista, no vale la pena querer estar cerca del hombre de otra mujer.

—Narel, por favor —le pidió casi suplicante—... Quiero estar contigo, con Luna y nuestro hijo.

—No lo sé, ahora yo soy quien te pide tiempo.

—Te lo daré, todo el tiempo que sea necesario para que vuelvas a aceptarme.

***

—No me siento cómodo con esto.

—¿Por qué no? Si te ves muy bien —sonrió tomándolo del cuello de la camisa.

—Es que no es lo que usualmente uso, y... Siento que éste no soy yo, Cami.

El joven rubio estaba vestido con camisa, saco y corbata. Ambos estaban en el nuevo departamento de Camille, dónde planeaban probar vivir juntos.

—Sólo por ésta noche déjame verte como a mi me gusta, sin tu ropa usual. Es una ocasión muy importante, Narel nos dirá que será el bebito —sonrió.

—¿Te molesta la forma modesta con la que siempre me visto?

—N-No, no quise decir eso... Es sólo que si te ven conmigo, quiero que hablen bien.

—Entonces sí te importa que piensan los demás —murmuró con cierta aflicción, que no sólo expresaron sus ojos, también sus orejas de gato, que se echaron hacia abajo.

—No, claro que no Onías, a mi no me importa, pero para mi papá si es importante la imagen.

Negó con la cabeza, y quitó las manos de ella que estaban en en el cuello de la camisa.

—Soy una Bestia, no soy humano. Ya no quiero fingir algo que no soy, para que tú y tu familia, no se sientan avergonzados por estar conmigo. Siempre que salgo contigo, debo ocultar mis orejas, debo usar esas lentillas para que mis ojos se vean como los tuyos... Debo hablar bajo y calmado para que no noten lo que soy. Yo te amo como eres, no te pediría que cambiaras nada ¿por qué tú no puedes hacer lo mismo?

—Onías entiende que no lo hago por mí, lo hago por mi papá. Tú sabes que yo te acepto como eres.

—Sabes Cami, creo que quizás nos apuramos con esto.

—¿Qué? ¿Quieres decir? —le preguntó con temor.

—Que quizás aún no es tiempo para que vivamos juntos.

***

—Dar ¿Cuándo vendrá Narel? Dijiste que irías a hablar con ella.

—Lo sé Lu, y lo hice, pero ella no se siente bien. Me dijo que te extraña mucho, y que también desea verte. Cuando se sienta mejor, vendrá aquí.

—¿Podríamos llamarla por celular? Quizás pueda leerme un libro antes de dormir.

—Claro que sí podríamos llamarla —sonrió—. Pero primero, debes bañarte, luego cenar, y cuando estés en la cama, la llamamos ¿te parece?

—¡Sí!

...

Ya estamos cerca del final ❤💞 menos de cinco capítulos tal vez 🤔 por ahora, sólo publicaré uno por día ❤

(Jajaja no crean eso 🤣🤣♥️)

DariemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora