CAPÍTULO 45

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"No te quedes sola
Hombres hay de sobra
¿Por qué no te buscas quién te ame y te enamoras?"

Maluma.


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—Ey, no creí que iba a encontrarte aquí, pensé que te la pasarías encerrado en esa casa.

Miró a la mujer que acababa de hablarle. Dariem se encontraba en la tienda, llevando algunos víveres para el almuerzo.

—Y yo verte justo ahora, Venus —le dijo eligiendo unas zanahorias.

—¿Qué tal todo?

—Bien.

—¿Todavía no te has aburrido de la humana?

—No es un juguete para que me aburra, es la mujer que amo, mi mujer —le dijo enseñándole el anillo que llevaba en su dedo anular izquierdo.

La morena abrió los ojos con sorpresa, sintiendo un gran vacío en su interior en ese momento.

—¿T-Te casaste?

—Algo así, aún no es algo oficial.

—¿En verdad la amas? ¿En verdad me has olvidado, Dariem?

—No es el momento, ni el lugar para discutir esto.

—Entonces salgamos de aquí, porque no me iré hasta que respondas.

—De acuerdo, cuando termine de hacer las compras —le dijo con calma.

Y a Venus no le quedó más que aceptar, y seguirlo por todo el mercado, hasta que comprara y pagara los alimentos.

Salieron, y se sentaron en una plaza, Dariem llevando las bolsas de las compras en un carrito.

—Amo a Narel, ella es la mujer que he elegido para que sea mi compañera. Tenemos un bebé, juntos hemos formado una familia, con Luna, algo que tú no quisiste hacer conmigo, Venus.

—Y-Yo no quería a esa niña ¿Por qué no puedes entenderme, Dariem? No fue deseada, yo sólo quería un bebé contigo, formar una familia con un hijo nuestro.

—Si yo pude amarla, sin ser nada mío ¿por qué tú no?

—¿Quieres qué te cuente la verdad? De todos modos jamás volverás a estar conmigo —masculló con rabia—. Me acosté con otro tipo aquella vez, tuve sexo con él por dinero.

La miró aturdido. Jamás hubiese esperado escuchar algo así de ella.

—Necesitaba dinero para comprarme una nueva blusa, y no quería esperar al fin de semana para conseguir dinero en el bar donde trabajaba. Porque sí, Dariem, había comenzando a trabajar en un bar, bailando para humanos con mucho dinero. Mientras tú dormías, o te ibas junto a los otros machos, yo también comenzaba a formar mi futuro.

—¿Y me alejaste de ti cuándo tú eras la que me engañabas? ¿Tienes idea de lo que sufrí por ti? No vales nada, Venus.

—Sólo acepté la única oportunidad que me dieron para ser alguien.

—Una prostituta.

DariemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora