Capítulo 21

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Serena

Me encuentro en mi taller. Estoy trabajando en algunos diseños para mi. Unas faldas largas con unos tops, de la misma tela diseñada con flores y algunos colores terracota, azules.

De vez en cuando me gusta usar mis propios diseños, tengo una pequeña PYME donde vendo ropa online por pedido. Y debo decir que bastante bien me va, como no doy a basto yo sola, Babi es mi empleada.

Este taller me costó mucho tenerlo, no quise que me ayuden mis padres. Entonces poco a poco fui adquiriendo las cosas, en ese entonces las carreras ayudaban con las máquinas y telas.

Pero ahora ya no necesito correr más carreras, desde que Dante me contó un poco más de ese mundo, no quiero ni estar cerca.
Ahora quiero vender el auto que usaba en las carreras, por suerte tengo varios compradores. Pero de esos asuntos se encargan Bruno y Dante.

Mi celular comienza a sonar, saco el pie del pedal de la máquina y con mi silla giratorio voy hacia el escritorio.

-Hola mi amor -saludo a Dante.

-Princesa hermosa, ¿Aún sigues en el taller?

-Si, me falta terminar una falda y ya me voy para casa.

-Te paso a buscar y me puedo quedar a dormir contigo.

-Me gusta mucho la idea, pero no me vengas a buscar. Estoy con el auto y muy cerquita de casa, si querés anda yendo para el depto.

-No quiero dejarte sola a estas horas mi amor.

-No te preocupes, tengo todo calculado.

-No me convence.

-Te amo, tu tranquilo.

-Te amo preciosa.

Corto la llamada y vuelvo a mi sitio de trabajo, cuanto antes termine, antes 0odre irme a casa.

Luego de unos veinte minutos después tengo todo listo, acomodo las cosas así Babi no se altera. La chica sufre de trastornos obsesivos compulsivos, con lo que respecta al orden.

Miro el reloj y es casi la medianoche, cómo se me pasa el tiempo cuando estoy aquí. Con mi cartera y bolso, salgo del taller.

Las calles iluminadas por los favores cálidos, poca gente transita a estas horas. Mi auto está en la esquina, nunca tuve miedo a estar sola por la calle a estas horas. Pero hay algo que me incomoda, siento que alguien me observa, giro hacia atrás y no hay nadie. Observo el interior de los autos, nada, estoy sola. Deben ser cosas mías, a un paso un poco más acelerado me dirijo que mi auto.

Pero nunca llegué, sentí algo en mi cuello, era una especie de dardo. Mis piernas ya no me sostenían, poco a poco mi conciencia se esfumó y un escenario negro me atrapó 

Tiempo después

Me siento ida, no tengo fuerzas ni para pensar. Estoy recostada contra el frío suelo, mi mejilla apoyada sobre mi mano derecha, mis ojos entreabiertos. ¿Dónde estoy? ¿Qué me pasó? ¿Estoy jodidamente secuestrada?

Mis manos están acalambradas, mis piernas igual. Observo a mi alrededor, pero de nada sirve, todo negro. Lo único que ilumina es la puerta, justo debajo. Una línea finita de luz, joder.

Intento sentir calma, en estos casos lo peor que uno puede hacer es desesperarse. Una lágrima cae por mi mejilla.

Escucho pasos, siento como mi corazón se acelera, aprieto mis dientes con toda mi fuerza. Debo mostrarme sin sentimientos, in vida.

La puerta se abre y la luz me ciega, mis ojos se cierran automáticamente. Veo la figura de un hombre corpulento, trae una bandeja. La apoya a unos centímetros y se va, sin decir nada, sin mirarme.

Preguntarle dónde estaba era en vano, parecía un robot, acata órdenes de sus superiores.

Me incorporo un poco, con la poca fuerza que me queda. En la bandeja hay un plato con arroz y un vaso de agua, tuvieron el detalle de ponerme un pan y servilletas.

Tengo un poco de miedo, quizás esto esté envenenado. Pero si no incorporo algún alimento en mi sistema, dudo que pueda si quiera abrir mis ojos.

En silencio como de a poco, mi mente divaga. Intento encontrar alguna respuesta, pero la única que me cuadra, es por mi familia y su dinero. ¿Acaso buscan dinero?

No se cuanto tiempo llevo aquí, pero no veo la hora de irme. Quiero estar en mi departamento con Dante, llenarlo de besos, que él me haga mimos.

Lo extraño joder, y no me quepa duda, que se debe estar culpando por esto. Pero él no tuvo la culpa, hubiese sido peor, no podría soportar que algo le pase.

Finalmente me terminé todo el plato y me siento con un poco más de fuerzas, tengo que pensar cómo puedo hacer para salir de aquí. Solo puedo ver la puerta, pero algo más debe haber. Comienzo a caminar por este misterioso cuarto, con cuidado, sin hacer ruido. No hay nada, ni un mueble, lámpara, luz.

Pero algo llama mi atención en la pared. Comienzo a tocar con mis manos y puedo sentir maderas. Lo primero que se me viene a la mente, una ventana. Quizás están tapando algo con estas maderas. Sigo tocando, esperando que mi sentido táctil me oriente un poco.

¿Dónde estoy? Vuelvo a sentir ruidos, sin pensarlo mucho más. Me acuesto nuevamente en el suelo, pienso actuar como si no tuviera energías, como si apenas me puedo mover.

La puerta se abre, pude sentir la cerradura, si lo escuche mal, son dos. Dos cuerpos aparecen, si el anterior me pareció corpulento, estos dos son dos tanques.

Siento como me toman de mis brazos y me sujetan de ambos lados, nadie dice nada. Solo nos movemos, me empujan apenas para que camine, escoltada de ambos hombres, salimos de esa habitación. Un pasillo largo y con poca luz observo. Caminamos con pasos decididos, sin perder mi papel de chica débil, avanzo.

La luz se hace un poco más fuerte, una escalera aparecen en mi campo de visión. Pero antes de subir, siento como uno de los hombres me coloca esposas en mis muñecas. Seguramente se olvidó de ponerlas antes, carcajeo internamente.

Me vuelven a empujar hacia delante y subo las dichosas escaleras. La ansiedad va aumentando en mi interior, la intriga no se queda atrás y los nervios nunca me abandonan.

Ya no hay oscura, todo está perfectamente iluminado. Música clásica inunda mis oídos, joder estoy con un loco. Cuadros famoso decoran el pasillo, muebles finos ubicados en lugares estratégicos. Mucho dorado y madera.

¿Dónde estoy?

Los señores me siguen empujando y uno de ellos me señala la puerta. Lo observo un poco temerosa, es parte del acting, no veo la hora de ver quien se esconde detrás de esta puerta.

El señor de pelo largo, me abre la puerta y observo una habitación perfectamente decorado, una escritorio y una computadora se encuentran apoyadas en esta. Un gran sillón giratorio, dándome la espalda. Una sillón inmenso y todo está decorado en negro y dorado.

Siento como se cierra la puerta y quedo sola en esta habitación y con alguien misterioso, que está sentado detrás de esta maldita puerta.

Losadoro

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