Capítulo 42

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Dante

Hace cuarenta y ocho horas que no duermo. Miles de emociones están instaladas en todo mi sistema, odio, bronca, enojo, desesperación, ilusión, esperanza y un poco de fe.

Un remolino de emociones, que no me llevan a ningún sitio. 

Nuestras familias están moviendo cielo y tierra para buscarlos, resulta ser que el avión emitió una ultima señal y quedo registrada en el sistema. Están preparando todos los equipos correspondientes, para ir a buscarlos. 

En este precioso momento me encuentro viajando hacia el aeropuerto, iré con los pilotos y mi suegro. 

Aún no sabemos cómo es que surgió la explosión, joder. Me cuesta creer que fue una falla, estoy seguro que aquí hay algo más.

Espero que solo sea un presentimiento, porque las cosas se van a poner muy complicadas. Y joder, me hago absolutamente responsable de mis actos, se metieron con lo que más me importa del mundo. No lo voy a dejar pasar.

-Dante, veo salir el humo de tus orejas. Cálmate,  ese estado no hacemos nada -Bastian, me llama la atención.

-Joder. No puedo creerlo.

-Si vas a estar en este estado, mejor te quedas en tierra.

-Voy.

Cuando llegamos al aeropuerto, observo a mi alrededor. Parejas dándose abrazos, besos, haciendo promesas. Personas esperando impacientes, niños corriendo con carteles y globos.

Mientras que yo me estoy muriendo por dentro, pensando lo peor. Por cada minuto que pasa, pierdo un poco de esperanza.

-Señores, ya estamos listos -el piloto del avión llama nuestra atención, junto  a él se encuentra otro joven, con el mismo uniforme. 

-Empecemos -todos nos movilizamos a lo largo del aeropuerto, algunos muchachos más nos acompañan de las fuerzas especiales. Algunos médicos también, llevamos comida, agua, mantas y algunos otros elementos. No sabemos con que nos podemos encontrar.

Con el pasar de los minutos, mi ansiedad va aumentando. Miedo comienza a instalarse en mi cuerpo, no se que sería de mi sin esas dos personas. No quiero ni imaginarlo, no estoy preparado. 

Fue tortuoso el momento del despegue, el tiempo pasaba muy lento. Pero finalmente, luego de minutos eternos, estamos en el aire. Volando por los cielos de Alemania, en la búsqueda de mi mujer he hijo. 

Bastián se encuentra a mi lado, su semblante serio, pero con cierto dejo de preocupación. Se que ambos pensamos que esto fue ocasionado intencionalmente, pero eso lo resolveremos luego. 

Ahora solo queremos saber que estén bien, no solo ellos. Toda la tripulación, familias, hijos, amigos, nietos, personas están varadas en el medio de la nada. Sin nada, con hambre, frío, calor; Dios sabe qué.

-Joder, no hay un puto pedazo de tierra -mi suegro comenta, sigo su mirada y es cierto.

-Todavía no estamos cerca -intento convencerlo, pero ni yo me lo creo. 

-Cobraran por esto Dante, joder, que lo van a cobrar y me van a suplicar. 

-Ahora solo nos vamos a concentrar en buscarlos, luego vemos.

El tiempo pasa y más océano nos abraza. El cielo esta despejado, un sol radiante. Cada pasajero esta concentrado, nadie emite palabra alguna. 

-Estamos llegando a nuestro destino - el copiloto nos informa, inmediatamente bajo la vista. Pero no observo nada, solo océano. Si antes estaba preocupado, ahora directamente estoy por tener un ataque. Siento como mi corazón se acelera, mi respiración igual. 

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