Serena
Llantos, gemidos de tristeza , personas tosiendo y gritos a nuestro alrededor. Mentiría si les digo que yo no estoy asustada, no estoy desesperada. Pero tengo a mi hijo a mi lado y debemos estar tranquilos.
El avión sufrió una explosión, en la parte trasera. Pero le agradezco a Dios, el piloto que se encargo de salvar la vida de todos los tripulantes. Es un ángel de la guarda, terminamos en una isla, en el medio de la nada.
Algunos heridos, pero nada grave. Lo que están todos muy nerviosos, alterados, tristes. Es lógico, también debería estar así. Pero estoy tranquila, ayudando a todos. Mi hijo se encuentra sentado en un tronco, observando a su alrededor.
-Serena, ¿puedes pasarme las gasas? -una de las azafatas llama mi atención.
-Claro -tomo el paquete, todavía quedan algunos suministros.
-Debemos comenzar a escribir un S.O.S -el piloto llama la atención de todos.
-No va a servir de nada, moriremos todos aquí -una señora habla entre hipos.
-Con ese pensamientos, no podremos salir de aquí. Antes de que el sistema del avión deje de funcionar, avise en la central y quedo registrado dónde ocurrió exactamente todo -nuevamente el piloto le contesta.
-Los niños están muy asustados, iré a distraerlos un rato. Solo les pido, por el bienestar de todos, no es momento de llorar, no aun. No perdamos las esperanzas, apenas pasaron algunas horas de la explosión. El sol está cayendo, debemos tirar todos para el mismo lado -hablo en general, intentando llegarle al corazón de cada uno, creo que esta es la forma correcta.
-Tiene razón, debemos ponernos en marcha y no quedarnos llorando y diciendo "moriremos aquí" -un hombre joven llama mi atención, no lo había visto. Al parecer está de mi lado.
Sin esperar respuesta, me levanto de mi asiento y tomo la mano de mi pequeño. Solo me observa curioso.
-Iremos a jugar con os demás niños -solo me sonríe en respuesta.
Observo a mi alrededor, el paisaje es precioso. Es inevitable no quedarme embobada, los arboles, ninguno es parecido al otro. Todas ramas distintas, hojas desiguales, palmeras, cocos, algunas hermosas flores con colores vibrantes.
Más tarde apreciaré la belleza de este precioso lugar, ahora tengo niños que distraer y darles amor. Ya que sus padres están bastante alterados y se olvidaron de sus criaturas.
Me pase el resto del día jugando, inventando juegos, algunas escondidas, manchas, un veo veo. Los niños reemplazaron su tristeza, por risas y alegrías. Mi hijo pudo adaptarse muy bien, a pesar de su discapacidad.
La noche cayo finalmente, aun quedan algunas reservas del avión. Priorizamos a los niños y veteranos.
Utilizamos la estructura del avión, algunos asientos aún estaban intactos y las mantas, junto a los cuelleros estaban para utilizarse.
Mi hijo cayo rendido, a mi lado. Solo decidí alejarme un poco del malon de gente, necesitaba un poco de silencio. Solo escuchar las olas, los arboles y mis pensamientos.
Mateo, se encuentra sobre mi pecho, dormido. Mis brazos lo sujetan, mis labios besan su frente y mis manos acarician su cabello. Tarareo una canción y mis ojos comienzan a cerrarse, el tronco dónde me encuentro sentada, es bastante cómodo. Pero mi espalda duele horrores, así que con cuidado de no despertar al niño, me siento sobre la arena cálida y apoyo mi espalda sobre el tronco.
Un suspiro de placer se escapa por mis labios, ahora si. De esta manera, mi cuello queda apoyado sobre tronco y mis ojos apuntan al cielo. Estrellas preciosas iluminan la noche, nunca vi tantas estrellas, la luna redonda y gigante.
A pesar de la situación en la que nos encontramos, este cielo me brinda paz. Me tranquiliza y solo me tiene hipnotizada. Dante llega a mis pensamientos y aquí es dónde comienzo a fantasear .
Él a mi lado, su brazo alrededor de mis hombros, nuestras piernas juntas, mis labios sobre su cuello. Sus manos repartiendo caricias por toda mi espalda, mis manos acariciando su nuca. Sus besos esparcidos por todo mi torso, mi cuello, mi rostro.
Palabras tiernas musicalizando nuestro encuentro, declaraciones de amor iluminando nuestros corazones. Mariposas revoloteando sobre mi sistema, promesas llenando los silencios.
Y con esta preciosa imagen, comienzo a caer en los brazos del morfeo. Con mi hijo en brazos y su padre en mis pensamientos.
Los siguientes días fueron iguales, ya perdí la cuenta de los días que llevamos aquí. La desesperación comienza a instalarse cada vez más. Intento no pensar en lo peor, pero por la noches siento cierta desesperación. Cada día la señal de S.O.S es más grande, pero al parecer no sirve de nada.
El piloto cree que en cualquier momento vendrán a rescatarnos, otros comenzaron a tener ciertos pensamientos suicidas.
Por mi parte, solo pienso en mi hijo, mi futuro esposo y mi gran familia. Estoy segura que ellos están moviendo cielo y tierra. Y se que nos vendrán a rescatar, solo es cuestión de tiempo.
Mateo juega durante todo el día con los niños, les estuve enseñando a flotar en el mar, con la ayuda de otros padres. Por lo memos seguimos en movimiento, los días se pasan bastante rápido. Intentamos tener nuestra mente ocupada, solo estar en el instante y disfrutar el momento, dentro de todo.
Bonitas y Bonitos
Siento no estar actualizando como antes, pero estoy con muchas cosas. Solo les pido paciencia.
Espero que hayan pasado una hermosa navidad y ahora llegamos al AÑO NUEVO!!
Los adoro
ESTÁS LEYENDO
WANT
RomanceCuarto libro de la #SAGABONITA Serena es una joven de 23 años, ella vive en España. Estudia, diseño de modas. Pero tiene un hobby que pocos conocen... Dante, amante de los autos. Su padre tiene la mejor cadena de talleres de autos de toda Europa. De...