Capítulo 23

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Serena 

Siento unos ruidos, cada vez se hacen más fuertes. Hoy es mi segundo día aquí, es una tortura. Pero se que debo mostrarme fuerte, intento que no me vean llorar o gritar de lo desesperada que estoy.

Anoche me llevaron a conocer a un tal Dylan, supuestamente es el líder de aquí. Si juzgo por lo que vi, todos tiene pinta de moteros. Camperas de cuero, cadenas, bigotes, tachas y ese semblante característico de un jodido motero. 

Pensé que solo esto sucedía en los libros que leo, pero aparentemente estamos en pleno singlo veintiuno y aún siguen existiendo estos malditos clubs. 

Lo que no me cuadra, es el motivo de mi secuestro, y se perfectamente que no tiene que ver con las carreras. Jamás escuche, ni vi nada de esto. Si era chicos de barrio, pero nunca moteros. Repito, pensé que estaban en existiendo y los que quedaban estabas no se en Los Ángeles. 

Todo el día le pido a Dios que me saque de aquí, que me ayude. Pero se que la noche está cayendo y pronto llegará el tercer día. No se si ya no llego, apenas entra luz por algunas hendijas. 

El muchacho extraño y mudo, me sigue trayendo comida y agua. Gracias a él puedo estar con un poco más de energía. Nunca le vi la cara, solo su gran cuerpo y escucho su respiración. 

Siento un disparo, inmediatamente mi cuerpo se tensa. Joder, desde que estoy aquí que nunca escuche ningún tipo de ruido. Sigo sin entender y me parece absolutamente sospechoso y me asusta como la mierda, la siguiente pregunta. ¿Por qué no me hicieron nada?

aún, me recuerda mi subconsciente. 

Hace dos días que estoy aquí, lo único que hicieron fue darme alimento y hable con el tal Dylan. Solo dijo "sos una cuenta pendiente y pienso cobrármela". Cuarenta y ocho horas pasaron y nada sucedió. Cada vez me pongo más a alerta, lo único que me mantiene un poco centrada y con calma es Dante, recordar momento vividos, cenas, risas, sus besos y caricias. Pensar en mi familia, en mis hermanos, en Mateo. 

¿Qué estarán haciendo? ¿Estarán muy preocupados? ¿Acasos se les ocurre dónde estoy? ¿Se imaginan que estas serpientes me tiene secuestrada en un jodido sótano? 

No quiero entrar en pánico, pero estar sola, encerrada y escuchar estos disparos me está matando. Me acerco a la puerta y pego mi oído a la misma, pero no escucho nada. Hasta que vuelvo a escuchar un fuerte estruendo y siento murmullos, joder, me coloco en un rincón. Sentada, mis nervios no paran de revolotear por todo mi sistema. Pero voy a intentar con todo mi ser, no mostrarme débil ante ellos. Se que eso genera cierta satisfacción en este tipo de personas, lo mejor que puedo hacer es lucir indiferente. Aunque por dentro me este muriendo, siempre fui una chica bastante atrevida en este sentido. Mis padres desde los diez años me mandaron a defensa personal, siempre digiero que era por mi protección. Nunca tuve la necesidad de usarla, ni siquiera para este evento.

Además de enseñarme defensa personal, me comentaron algunas cosas que debo tener presentes en este  tipo de casos. Las puse todas en práctica, espero que funcionen. 

Puedo ver como la luz que se filtraba por la hendija, ya no lo hace.

-Serena -joder, estoy alucinado. 

-Serena -¿Dante? 

-Hija, estas aquí -joder, lagrimas comienzan a salir por mis ojos y me acerco a la puerta, comienzo a gritar y a golpear la puerta.

-Tranquila mi amor, ya estamos aquí. Hazte a un lado -mi padre dice, al instante me hago a un lado y no puedo creerlo. Siento que estoy soñando, pellizco un poco mi brazo y se que es la jodida realidad. Me encontraron, joder, finalmente me encontraron. 

Fuertes golpes se siente, pero esta puerta es de hierro. No van a lograr nada empujándola. Como si alguien escuchara mis pensamientos, siento un disparo y la puerta se abre. La luz me ciega y refriego mis ojos. 

-Mi amor -la figura de mi padre me abraza, su olor me invade y más lagrimas silenciosas salen. Alivio, paz, tranquilidad y ansiedad inunda mi cuerpo. Este remolino de emociones se instadas en lo más profundo, observo a Dante. Sus ojos registran cada parte de mi cuerpo, me separo de mi padre y voy corriendo a los brazos del chico que amo, del rey de mis pensamientos. 

-Mi amor -es lo único que digo, escondo mi rostro en el hueco de su cuello. 

-Mi princesa, joder, sentí que me moría -besos en mi cabeza, comienzo a sentir. 

-Debemos irnos -mi padre coloca una mano sobre mi hombro y simplemente asiento. Dante me tiende un chaleco antibalas y me lo pongo sin rechistar. Me tiende un arma, nuestros ojos se encuentran, ninguno dice nada. Todo sucede en silencio, como si todos supiéramos que hacer. 

Nunca tuve que poner en practica todos mis conocimientos sobre artes marciales y tiro, pero al parecer, hoy llegó el día. 

-Quiero que hagas todo lo que diga Serena, por nada del mundo me tienes que desobedecer -mi padre me instruye, asiento con mi cabeza y todos comenzamos a salir. Unos hombres, que no me resultan familiares se encuentran delante de mi padre, atrás mío corre Dante. De vez en cuando, lo observo y el me regala esa sonrisa que tanto me gusta y tranquiliza. 

No veo la hora de que este martirio termine y regresemos a casa, no quiero saber más nada. Se que no me sucedió nada, nadie me hizo nada, al contrario me daban de comer y de más. Soy consciente de que hay personas secuestradas que sufren, las violan, torturan. Para mi gran suerte y alama, eso no sucedió y estoy muy agradecida. 

También le agradezco a Dios por mi familia, por esta hermosa familia. Tendremos nuestras cosas negativas, pero siempre estaremos para el otro. En las buenas y en las malas, ese es el gran lema de mi familia y estoy orgullosa. 

-Serena, iras con Dante directo a la moto y se van a ir, sin mirar atrás.

-No pienso dejarte aquí.

-Te dije que hagas lo que te pido, por favor Serena, no compliques las cosas. Quiero que regreses a casa, que te vayas de este lugar cuanto antes. 

-Papá, no pienso irme sin ti. 

-Joder Serena, te irás y punto. No se discute, te amo y si te llega a pasar algo por errores de mi pasado, mi jodido pasado me muero. Así que por favor, hazme caso y vete -mi padre sujeta mi rostro, con ambas manos. Mis lagrimas salen por mis ojos, no puedo dejarlo aquí. 

-No quiero irme sin ti papá, si te pasa algo me muero. 

-Sirentia, nada me va a suceder. Además no estoy solo, tus tíos están y mis muchachos igual. Ahora ve con Dante, directo a casa. 

-Ten mucho cuidado padre, todos están armados. 

-Lo tengo controlado. 

-Te amo papá.

-Te amo Serena.

Dante toma mi mano y me dirije a una salida, mi padre queda atrás con sus muchachos. Él lleva un arma al igual que sus hombres, además de sus intercomunicadores. Me tranquiliza saber que mi padre no está solo, pero me muero si algo le pasa. 

-Ven mi amor, regresemos a casa.Todo se va a solucionar -Dante me coloca el casco y no espera mucho para acelerar, sale disparo, como si fuese una estrella fugaz. 

Me sujeto fuertemente se su cintura, mis manos se encuentran entrelazad. Mi cabeza pegada a su pecho, mis ojos cerrados. Creo que aún no caigo del todo, creo que aún sigo medio sedada. Siento como la moto disminuye su velocidad, mis ojos se abren y distingo la zona. Falta poco para llegar a casa. 

Pero aún sigo preocupada por mi familia. 

Los adoro 💕








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