Capítulo 40

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Dante

Aún no puedo sacarme de la cabeza la carita de Mateo y Sere cuando nos despedimos en el aeropuerto.

Lo único que me tranquiliza, es saber que dentro de siete días regresó a España y ataremos los tres juntos.

Al final este asunto del taller, me tomo mucho más tiempo del que creía. Cuando le vea la cara a ese malnacido, pienso cobrarme unos cuantos golpes por separarme más de un mes de mi familia.

-Hijo, mi vuelo está retrasado. En cuanto sepa algo te aviso -escucho el audio que me envió mi padre.

-Estaré al pendiente -contesto en respuesta.

Me encuentro sentado en el sillón de casa, mi computadora se encuentra en mis piernas. Contesto algunos mails pendientes, mientras que de fondo se reproduce un partido de fútbol.

Hace unas horas le envíe un mensaje a Serena, pero no me contesta y eso me llama muchísimo la atención. Su vuelo ya debe haber llegado, quizás no tiene señal el aeropuerto.

Siento como mis ojos se van cerrando, el cansancio se va instalan poco a poco en cada músculo de mi cuerpo.

Al día siguiente

Unos fuertes golpes me sacan de km sueño, poco a poco me voy despertando. Sigo acostado en el sillón, la computadora aún apoyada sobre mi regazo. Los fuertes golpes vuelven a sonar.

-Ya voy -grito un poco desorientado y dormido.

Con pasos torpes camino hacia la puerta, mi torso se encuentra desnudo. Abro la puerta y observó a mi padre.

-Joder -susurro. Lo olvide completamente. Debía recogerlo por el aeropuerto, miro el reloj que se amarra en mi muñeca. Las dos de la tarde, Joder, que dormí.

-Lo siento -es lo único que puedo decir, me corro un poco de la puerta y mi padre entra. Por sus gestos y movimientos me doy cuenta que esta un poco incómodo.

-No pasa nada hijo. Te estuvimos llamando, pero tú teléfono daba apagado.

Me acerco al sillón y tomó el aparato, efectivamente está apagó. Lo conectó rápidamente a su cargador, quizás Sere me contestó.

-¿Qué tal el viaje? -sacó dos cervezas de mi heladera y le tiendo una.

-La aerolínea tuvo un problema Dante. Joder, no se como decírtelo -lo miro extrañado.

-No pasa nada padre, seguramente algunos trabajadores estaban pidiendo un aumento de sueldo -le restó importancia , mientras que espero que mi teléfono vuelva a cobrar vida.

-Es algo mucho peor Dante.

-Venga hombre, que tanto misterio.

-El avión de Serena y Mateo tuvo un accidente. No lo pueden localizar -toda la tranquilidad que sentía, se fue al coño. Me quedo observando un punto fijo.

-¿Pero que estas diciendo? -una sensación horribles comienzan a incrustarse en todo mi cuerpo.

-El ultimo reporte del piloto, fue que hubo una fuerte explosión -comienzo a tirar fuertemente mi pelo. 

-Dime que esto es una jodida broma, dime por favor -mis lagrimas comienzan a instalarse en mis ojos y caen, lloro en silencio. No emito sonido alguno. 

-Ojala hijo, pero no es el caso. Ahora están intentando localizar el avión, pero no figura en el mapa. 

-Joder.

-Esta viajando Vera y Bastián, junto a todos los demás -sigo en silencio. 

No puedo creer lo que estoy escuchando, no puedo entenderlo. Ayer estábamos los tres abrazados, muertos de risas y ahora no se si están vivos.

 Joder, joder, joder. 

Siento los brazos de mi padre alrededor de mi pecho, mi cabeza se apoya en su hombro y ahora si, me permito llorar y gritar. 

-Se que están bien hijo -mi padre intenta consolarme. 

-Tienen que estarlo. 

Durante un tiempo indeterminado, pero necesario, me permití llorar. Cuando saque todo lo que sentía internamente, limpie mis ojos y como si fuera un robot, me programe. No voy a parar hasta buscar el maldito avión y al culpable. Me cuesta creer que en pleno siglo veintiuno los aviones tengan motores fallados. 

-Aquí me huele mal -comento al aire, mientras me tomo mi ultimo trago de cerveza. 

-¿Qué quieres suponer?

-Dudo mucho que el avión haya tenido una "falla técnica inconsciente" -mi padre me observa serio.

-Joder. 

-Se metieron con la jodida familia equivocada. Este año me reventaron los cojones hasta más no  poder, pero esto sobrepaso todos los limites. Mejor que encuentre a mi mujer y a mi hijo en perfecto estado.

-Debemos pensar con la mente fría. 

-No me puedes pedir eso, cuando mi mujer y mi hijo están en el medio de la nada. 

-Lo se, joder, que lo se. Pero debemos ser más inteligentes. 

-No tenemos mucho tiempo, no se donde miercoles están papá. Mi hijo y mi mujer, joder. 

-Dentro de unas horas estan llegando todos, debes calmarte. 

-Lo se, iré a correr.

-Pensaba quedarme en casa, pero ahora que lo analizo mejor, me quedaré contigo. 

-Vale.

-Ten cuidado. 

-Joder, que lo tendré.

Solamente me coloco un buzo negro, el mismo que uso mi Sere mientras estaba en casa, aún tiene su aroma. Tomo el celular y me voy, necesito respirar, necesito calmarme. 

Mi padre tiene razón, debo pensar en frío, pero joder, jamás pensé que iba a pasar una cosa. No quiero ni pensar como están, de solo imaginarme una sensación horrible se instala en mi mente. 

Comienzo a correr, sin rumbo alguno, el frío aire de Alemania me ataca. Pero no me importa, solo quiero despejar mi mente, solo quiero calmarme y pensar que todo esta bien. En cuanto lleguen todos, pondremos algún plan en marcha, tendremos que ir a la central y averiguar que cuerno sucede. 

No podemos demorar mucho tiempo, están varados en el medio del océano, joder, debemos actuar rápido. 

Mis piernas ya no soportan más, me piden que pare. Mi respiración esta sofocada, necesito parar, pero no quiero hacerlo. Soy consciente que la noche está llegando, no se cuanto tiempo pase corriendo. Solo se que estoy un poco más calmado, mi único objetivo es encontrar a Sere y Mateo, luego veré que haré. 

Con un trote un poco más lento voy retomando el camino a casa. Intento controlar mi respiración. El frío cada vez está peor, puedo sentir como quema en mi cara. Algunos corredores me observan un poco atónitos, estoy en pantalones cortos y canguros.  Todos están con paleras, calzas térmicas y medias. 

Diviso mi edificio y varios coches estacionados en la entrada, al parecer llegaron todos. Limpio un poco el sudor de mi rostro y me preparo mentalmente, para lo que se viene. Mientras subo en el ascensor, me observo mi reflejo. Mis ojos están rojos he hinchados, mi cara de la misma forma. 

Estoy desbastado, pero mis ojos no reflejan lo mismo, en ellos puedo observar enojo. Y eso si que es  muy peligroso. 

Los adoro 

Capítulo cortito, pero tenía que subir algo... sino me iban a matar. 

Mis Bonitas y Bonitos adorados 


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