Al ver que este iba a decirle algo más, le ordenó con voz tajante—. ¡Ni una palabra más! No es momento para darte lecciones de cómo acabar con alguien de manera efectiva sin ser un animal descerebrado. —SeHun abrió la boca para hablar, pero JongIn alzó una mano, repitiendo—. ¡Ni una palabra más, omega! Lo digo en serio. No hay tiempo que perder. Tao, avisa a mi equipo de publicidad que haga pública unas donaciones a los hospitales a los que suelo enviar dinero y al orfanato de omegas de la ciudad. Que la prensa se entere de esto y le dé cobertura.
El teclado del teléfono celular fue acallado por la voz de SeHun, quien se burló sin poder creer lo que acababa de escuchar. —¿Tú, donando? ¿Qué has hecho con JongIn? ¿El hijo de puta que mataría a su propia sombra si con ello ganase algo?
Esta vez fue Tao quien le respondió: —Las donaciones son un modo legal de conseguir y mantener el apoyo de la opinión pública.
SeHun bufó en alto, cruzando los brazos sobre el pecho. El mundo de la política le daba dolor de cabeza, le parecía falso y traicionero. Al menos cuando iba a la batalla sabía a lo que se iba a enfrentar... la mitad de las veces, las otras, luchaba con todas sus fuerzas contra el enemigo, combatiendo cuerpo a cuerpo en una batalla por sobrevivir. Nunca podría vivir en el mundo oscuro y falso del empresario, en el que tus aliados eran a la vez tus enemigos cuando te veían débiles, cuando percibían una brecha en tu poder. Prefería las batallas cara a cara, con la verdad por delante, en iguales condiciones, en el que el más fuerte sobreviviría. —Pero que falsos son los alfas.
El mundo entero se mueve por dinero, omega, si aún no lo has aprendido es que no eres más que un niño con el cuerpo de hombre. —SeHun fulminó con la mirada a JongIn, quien se excitó al ver el fuego desafiante de su amante. Quería avivar esas llamas hasta que los consumiese a ambos. —¿Quieres que te demuestre lo hombre que soy? —Desafío SeHun a JongIn quien riendo mordió uno de sus labios.
—Adelante, omega, sobre ese sofá, ponte sobre tus manos y rodillas, y ábrete para recibir a un hombre de verdad. —Sonrió por dentro al ver las mejillas sonrosadas de SeHun, quien se removió en el sitio nervioso, luchando interiormente contra su explosivo carácter. Los omegas se movían por los sentimientos, actuando antes de pensar, permitiendo que su corazón gobernara sobre su mente.
—Imbécil, debería partirte la cara.
En tus sueños omega, en tus sueños.
Tao, optó intervenir en ese momento, incómodo al ser testigo del intercambio entre esos dos. La tensión sexual era palpable en el ambiente y lo que menos quería era estar en primera línea cuando acabaran follando como animales. —Ya están avisados los del gabinete de publicidad, en breve harán las donaciones a las instituciones habituales, asegurándose que llegue la noticia a la prensa. ¿Algo más o puedo irme? —Preguntó ya que, Llevaba casi dos días sin pegar ojo.
—Llama a la actual zorra de YiFan, para que nos mantenga informados de cada uno de sus movimientos.
—Entendido, señor. La llamaré en cuanto llegue a la Central. ¿Le ofrezco la misma cantidad de siempre o....?
—No, asegúrate que la cantidad final sea generosa para que no dude en traicionar a su actual medio de ganancias.
SeHun intervino, asombrándose de los entresijos. Esos dos hablando en clave, daban dolor de cabeza. —¿Entonces tienen que pagarle a su actual amante favorita por información?
JongIn, mostró una mueca de cansancio, y respondió como si le explicara a un niño pequeño una lección que ya le ha repetido varias veces. —YiFan posee un tatuaje de un dragón en el pecho con los ojos del color de un Rubí como ya sabias, pero el detalle esta, en que este llama Rubí a su favorita, a su amante de turno. La actual Rubí está más que dispuesta a compartir información por una buena cantidad de dinero.
—¿Y vas a basar toda la operación para matar a ese cabrón en la palabra de una mujer? —
JongIn, negó con la cabeza asombrado de la estupidez que mostraba el omega. —¿Cómo crees que mantengo mi posición dentro de las empresas? ¿Con una sola informante?
—Vale, no hace falta ser sarcástico. Con decirme que no es tu única informante, llegaba.
—Tao, ya puedes ir a la Central. Asegúrate de mantenerme informado a cada hora de todos y cada uno de los pasos de mi equipo, y el de YiFan.
—Sí, señor —fue lo último que dijo Tao antes de salir apresuradamente de la casa sin mirar atrás.
JongIn, esperó a que la puerta se cerrara para abalanzarse sobre SeHun, tomándolo por sorpresa. Le besó con pasión, devorando sus labios, mordisqueándole hasta hacerle sangrar. Le sujetó con fuerza, tumbándolo contra el sofá, acallando los gemidos de protestas que pugnaban por brotar de los sonrosados y magullados labios del omega. No le iba a dar un segundo de tregua, no cuando el bastardo había estado a punto de morir a manos de su guardaespaldas. No cuando tenía la intención de huir de su lado aprovechando que estaba en la ducha. Se lo iba a hacer pagar. Apoyó una rodilla en el sofá y lo aplastó con su cuerpo, sin dejar de besarle, desabrochándole el pantalón sin perder ni un segundo de tiempo. Iba a follarlo antes de llevarlo a otra de sus viviendas, ya que en la que estaban corrían peligro, sobre todo cuando comenzaran los ataques contra las empresas que manejaba YiFan. SeHun intentó separarle, empujándole con las manos y golpeándole la espalda.
Aquello le incendió.
Se alejó apenas unos centímetros para susurrarle con voz ronca:
—¿Lo quieres fuerte, omega? —
SeHun jadeó y negó con la cabeza. —Joder, no, no quiero nada, déjame levantarme y...
JongIn se rio en alto, echándose hacia delante, devorándole con los ojos. —¿No quieres follar? ¿De verdad, omega? ¿Y esto? —Bajó la mano hasta meterla entre los pliegues del pantalón desabrochado, apretándole la polla—. Estás duro, SeHun, goteando por mí —describió al notar la humedad brotando del endurecido miembro—. Apuesto lo que quieras a que tu vicioso culo está temblando ansioso a que me lo folle duro, como a ti te gusta.
Estaba enfermo.
De amor, de deseo, poco importaba el nombre que le pusiese, pero lo que sentía por ese hombre no era normal, iba más allá de lo razonable, lo conducía de cabeza al abismo. Miró para otro lado para no verse reflejados en esos oscuros ojos y respondió con voz cansada, ya que estaba agotado de luchar contra la razón, contra sus sentimientos, sus obsesiones, su cruda necesidad. —Serás mi muerte JongIn y estoy cansado de todo esto. —Buscó sus ojos para que el otro pudiese ver que estaba hablando en serio. Que estaba agotado. Por lo que tenían, lo que ansiaba tener, pero, iba a ser imposible. Por lo que perdió y lo que estaba dispuesto a perder. Por la vida que le tocó vivir y el futuro incierto que tenía por delante—. Esto sólo es sexo y estoy cansado. Es cierto que me la pones dura, JongIn, pero no voy a perder la vida ni mi libertad por dos horas de sexo a la semana. Por ser tu puta cuando tus huevos estén a punto de explotar y quieras un agujero al que poseer para descargarte. Estoy harto, y ahora lo único que quiero es vengar la muerte de mi familia y de mi sociedad.
—Y, lo harás, SeHun, pero todo tiene un precio en la vida.
—¿Un precio? —preguntó este, mirándole a los ojos directamente—. ¿Qué es lo que quieres, JongIn? Ya sabía yo que ibas a pedirme algo, tú no haces las cosas altruistamente.
JongIn sonrió con burla. —¿Alguien en nuestro mundo trabaja altruistamente, omega? Acepta la realidad, o matas o te matan, así de simple. —Se agachó hasta rozar sus labios, entremezclándose sus alientos—. Y no hace falta que te diga qué es lo que quiero, lo tengo aquí en mis manos. —Le apretó la polla, acariciándosela con fuerza de arriba abajo, provocando que el otro jadeara en alto y cerrara los ojos, sin dejar de temblar—. No me cansaré de repetirte que eres mío, SeHun, ya es hora de que lo aceptes de una maldita vez. —Al ver cómo el otro abrió los ojos y le fulminó con la mirada, continuó acallando una posible réplica—. Deja de una vez de pensar, solo has de aceptar que me perteneces. Que tu vida está atada a la mía. Que pondré al mundo a tus pies si así lo deseas para que acabes con tus propias manos con YiFan, vengándote por tu familia y sociedad. Pero ya es hora de que aceptes que tu destino está a mi lado, y ni la muerte te podrá separar de mí. —No le dio oportunidad a responderle, atrapó sus labios y los devoró, introduciendo sin piedad su lengua, gruñendo al probar de nuevo su dulce sabor. No era momento de palabras, ninguno de los dos quería acallar al fuego que los estaba consumiendo.
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MÍO
FanfictionEn un mundo donde domina el linaje, las costumbres y el poder de los Alfas, se encontraba uno en particular. Uno que a toda costa lucharía e incluso encerraría y castigaría a su pequeño Omega, sólo para que este entendiera que le pertenecía, y que n...