32

518 45 21
                                    


Cansado ya de tanto forcejear quedo rendido en la cama a la espera de que alguno de los sirvientes de JongIn lo fuese a ver, ya que en verdad lo último dicho por este lo había dejado colgado y es que. Aquello en verdad podría ser cierto...?

Él portando el futuro hijo de aquel horrible alfa al cual tanto odiaba y, amaba a la vez como un maldito demente.

Sonrió pesadamente negando con su cabeza ya que aquello no sería tan buena idea después de todo. Ya que, ¿Qué pasaría si algo llegara a acabar con JongIn? ¿Qué pasaría con él? ¿Qué sería de la futura criatura que quisiera albergarse en su vientre para poder crecer? Y si esta naciera ¿Heredaría sus genes o los de él? ¿Se parecería a él...? ¿Sería un omega o un alfa? ¿Sería niño o niña?

Todas aquellas preguntas pasaban por su cabeza, olvidando así su desesperación anterior por querer soltarse de ahí y querer salir como si de un loco se tratase.

Estaba tan envuelto en aquellos pensamientos que su corazón por dentro golpeaba tan fuerte que hacia que su saliva a penas pudiese ser distribuida por su garganta que, cuando abrieron la puerta de la habitación, pequeñas lágrimas descendieron por sus ojos reflejando el miedo y la preocupación que ahora comenzaba a perseguirle de forma seria y atemorizante.

<<JongIn no podía morir, no podía morir ahora por querer dárselas de que él podía con todo, no podía dejarlo solo, sólo por querer cumplir con lo que le juró. Él no debía dejarlo estar ahí, debía ayudarlo, aunque ahora quizás una pequeña criatura estuviese formando dentro de sí. Y es que, no podía permitir que aquel alfa idiota tomara por toda su cuenta la venganza que le correspondía tan sólo a su persona.>>

Pensaba el castaño, sintiendo su corazón doler de tan sólo imaginarse el cuerpo del alfa que lo había enamorado y lo había atormentado en cuerpo y alma sin vida.

Él no podría seguir si JongIn no se encontraba ahí...




Con su abrigo en los hombros y un puro en su boca se encontraba ahí, caminando con aquella seguridad que lo representaba, a su lado iba por su puesto su hombre de máxima confianza y seguridad, el cual se lo veía algo cabizbajo por la decisión que él había tomado, mas aquello ya no le importaba y eso quería que este entendiera. Pero, al parecer era un caso perdido tratar de lidiar con ello, aunque, le importaba una mierda si aquel idiota que tenia de seguridad aceptaba o no a su hermoso omega.

—Cuando ingresemos a la sala de junta, quiero que estés atento y que pongas a tus hombres a alerta a penas yo ponga un pie al interior de esta. No dejare que nadie se refiera a SeHun como un omega barato o que salgan con sus idioteces, primero prefiero crear un baño de sangre que permitir que alguien insulte lo que me pertenece. ¿Entendido?

—Señor esta seguro que quiere seguir con esto? Usted sabe lo que esta haciendo y sólo por...

JongIn no le permitió seguir hablando a su guardaespaldas, ya que su pistola fue a dar a su cuello apuntando exactamente a su yugular, esperando a que este dijese algo que pudiera cabrear mas su mente, a pesar que en el fondo su preocupación por SeHun lo carcomía a cada maldito segundo.

—Creo que tu no quieres cumplir tu promesa, y creo que no entiendes, aunque por él haría todo, más si ahora se encuentra esperando a mi futuro heredero o heredera ¿queda claro o debería pegarte un tiro para que pudieras ahora al fin entenderlo?

Tao tragó saliva de forma lenta negando a lo que le preguntaba su señor con una sonrisa que lograba erizar su piel. Y es que, aunque le molestara y viese como su señor arruinaba todo lo que había conseguido por aquella alimaña, debía quedarse callado y debía dar su vida por aquel trozo de mierda si es que JongIn se lo llegaba a ordenar.

—Bien...—Susurró JongIn sin borrar la sonrisa que poseía en su rostro para acercarse hasta la oreja derecha de Tao, botando de paso lo que le quedaba de puro, para poder así terminar con su conversación con un: —Ahora sé un buen perro y no muerdas la mano que te da de comer.

Dicho aquello, fue como ingresó a la sala de juntas encontrándose así con varios de sus conocidos como también, con algunos con los cuales había tenido sus riñas pasadas, a lo que negó con su cabeza al ver a estos no sólo con sus guardaespaldas como él, sino que estos habían venido con sus parejas actuales.

Dándole a entender así, cual era su tema en común, su similitud...

—JongIn creo que al ver a nuestras parejas debes entender a lo que te hemos citado, ¿no?

Le comentó uno de sus inversionistas, haciéndolo visualizar nuevamente así en el ambiente que se encontraba, viendo, así como omegas y betas se resguardaban detrás de quienes venían por su "famosa" propuesta.

Suspiró asintiendo con su cabeza, esperando a que este siguiera hablando de ello.

—Tú no eres el único que quiere matar al perro de tu hermano, y creo que aquello ahora te debe quedar más que claro ¿no? Por lo que, hemos venido a ofrecerte nuestra alianza para poder llegar hasta el maldito. Porque, aunque no lo creas Kim, hay mas de nosotros quienes, sólo lo quieren descuartizar porque, como sabrás en esa perdida que hubo de omegas, sólo tu tuviste la suerte de salvar al tuyo, mientras que los que mantenían un lazo con los que murieron quedaron ensangrentados por dentro.

JongIn mordió su labio y les dio la espalda por un momento en lo que se cuestionaba aquella propuesta que, en verdad, en estos momentos le sonaba bastante tentadora ya que, podía tener mas seguro a su hermoso omega, pero, estaba la cuestión de que pudiese haber un infiltrado en aquella reunión que estaba esperando a que el diese el sí de forma rápida y elocuente.

Él no era idiota y podía oler el miedo de uno de los que ahí se encontraban, como también podía percibir el aroma de su hermano.

—Señores, como sabrán en el tiempo que me conocen que yo no soy una persona que se fía de los demás, que no se fía ni de su propia sombra. Por lo que, aunque me parezca tentadora la oferta que me están ofreciendo, creo que tendrán que darme tiempo y alguna que otra demostración para poder confiarme de ustedes. Ya que, por ejemplo, este caballero que se encuentra a mi derecha, quien ahora esta que se caga por que lo descubrí, es un infiltrado de mi hermano. Y por ello porta un dispositivo el cual logra grabar todo lo conversado aquí, ¿o no es así querido amiguito?

JongIn sonrió y Tao respondió de inmediato dándole tres tiros certeros al infiltrado, quien cayó al suelo en frente de los demás, quienes quedaron mirando con repudio y con sorpresa a quien caía delante de ellos.

—Y bien?

Expresó JongIn, a lo que uno de los hombres con el que tenían casi la misma edad y con cual había tenido uno que otro roce, sonrió para felicitarlo con un pequeño aplauso para luego hablar con seriedad.

—Entendemos tu posición, créeme es admirable, aunque en parte odio tu jodido ego, pero, yo esta vez te estoy dando mi palabra porque mi omega como veras esta en espera y no quisiera que algún otro de su clase muriera. Se que hay unos imbéciles que creen que por tener dinero el valor es mayor pero no, yo estoy dispuesto a apoyarte porque se que lo de SeHun no es un capricho tuyo. Y porque quiero que tengamos una alianza a futuro.

—Como dije, demuéstrenme su unión, y yo veré si acepto o no, porque como dices tú, lo de SeHun no es un capricho.

Termino por decir la ultima palabra el de tez morena antes de hacer una reverencia y abandonar la sala de juntas junto a Tao, quien hizo una reverencia de igual forma antes de salir de aquel lugar de igual forma.

—Sácale la mordaza y las ataduras, voy en camino y quiero ver que él se encuentre con otra muda de ropa junto al test correspondiente para determinar su estado, estarás muerto si él escapa de ahí.

Habló al doctor de la otra vez, y quito la tarjeta de su teléfono celular para romperla antes de subirse así a su auto.

MÍODonde viven las historias. Descúbrelo ahora