Gwen Stefani - 4 in the morning
Giorgio había organizado una cena para esa misma noche, no me sentía con ánimo alguno de bajar y reunirme con ellos, pero sabía que si demostraba que estaba desecha Alessandra lo notaria y haría miles de preguntas, preguntas a las que yo no tenía respuestas.
Mientras me recojo el cabello en una media cola y me hago ondas a los lados paso mis manos por mi sortija de compromiso, el sentirme de esa manera tan rota, tan traicionada, tan mal conmigo misma hace que tome la decisión de quitármela y dejarla a un lado.
- La cena está servida señorita De Santis – la voz del ama de llaves se escucha detrás de la puerta de la habitación.
Doy un largo suspiro mientras acomodo mi vestido color negro manga larga, - Bajo en un instante – respondo.
Soy una tonta, estoy llorando por algo como eso – digo para mi misma cuando paso mis manos limpiando una lagrima. Respira chica pecosa y sonríe, sonríe auqnue estes hecha mierda.
Me regalo una sonrisa fingida cuando me levanto de la silla y me doy un ultimo vistazo en el espejo.
Salgo de la habitación bajando los escalones directo hasta la mesa del comedor, encuentro a Aless sentada a un lado mientras los platos son servidos. Entones cuando estoy dispuesta a sentarme a su lado su figura alta, intimidante y varonil se cruza en mi campo de visión.
Es Zeus ¿Qué hace allí?
Disimulo mis intenciones de preguntar acerca de las fotografías y de pedirle explicaciones así que solo hago lo que siempre suelo hacer, sonreír y darle un abrazo. Sus ojos azules verdosos inmediatamente se fijan en mi dedo al ver que falta la sortija allí.
- No llevas la sortija – susurra en mi oído cuando me estrecha entre sus brazos.
- Tal vez ya no la quiera llevar – mis palabras lo dejan helado mientras avanzo hasta la mesa del comedor y me siento a un lado de Aless.
Es entonces cuando Giorgio aparece después de alrededor cinco minutos, se ha hecho a un lado de mi hermana y saca de su bolsillo una hermosa sortija en oro blanco.
Le ha pedido matrimonio delante de los dos y solo aplaude como una niña de seis al ver que entre ellos si existe la palabra a la que llaman amor.
- Estas actuando muy extraño – su voz me detiene cuando entrelaza sus manos con las mías y enseguida la suelto.
- Déjame – susurro volteando mi vista a otro punto.
- ¿Dalila dime que sucede?
- Debo irme a mi habitación – me levanto de la mesa del comedor y doy un largo trago a la copa de vino que se me ha servido.
Dejo a todos sentados en la mesa mientras avanzos a las afueras de la casa y me dirijo hasta el viñedo. La noche se hace helada, el aire frio se cuela en mis huesos congelando todo dentro de mí.
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PLACER GRIEGO
RomancePor una venganza Zeus Areleous decide buscar a la candidata perfecta para ser su esposa, y así vengarse de la mujer que años atrás le rompió el corazón convirtiéndolo en el hombre frio, arrogante y poderoso que es. La familia Areleous es una de las...