CAPITULO 14

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Wet - it s all in vain

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Wet - it s all in vain

Estaba en el aeropuerto a punto de abordar el vuelo que me conduciría a Nápoles, Zeus y y decidimos viajar a Santorini una vez visitara a Aless. Había estipulado que me demoraría por lo menos cinco días allí, no pensaba quedarme por mucho tiempo aún estaban los planes de la boda, pero la situación con mi hermana era algo que me preocupaba, eso y el hecho de que no tomara bien la noticia de mi matrimonio.

- Vuelo con destino a Nápoles por favor abordar la puerta número doce – la voz por el parlante me hace fijar mi vista en Zeus antes de irme.

- Es mi vuelo – susurro apartando un mechón de mi cabello con una de mis manos, - Te llamare en cuanto esté allí.

- ¿Segura que estarás bien?, su mano recorre mi rostro en una suave caricia.

- Giorgio enviara seguridad.

Mucha seguridad. Ya sabes lo considerado normal para él.

- De acuerdo, – sonríe y saca una pequeña caja del bolsillo de su pantalón. – Son para ti, - el interior del estuche revela unos hermosos aretes en que caen como dos gotas de lluvia, - Puedes usarlos el día de nuestra boda.

- Son hermosos, - respondo tomándolos en mis manos, - ¿ De dónde los has sacado?.

- Eran de mi abuela, no son muy nuevos.. pero, - acorto su respuesta.

- Son preciosos, gracias – respondo, - Debo irme.

- Solo regresa pronto – sus manos se juntan en mis caderas, - Tha sas leípsei (te extrañare) – susurra en mi oído mientras rio al no comprender lo que me ha dicho.

- Cinco días y volveré para planear la boda – lo señalo con el dedo y sonrío.

- Te quiero rubia pecosa – sus labios se juntan en los míos de manera suave.

- Te quiero – susurro apoyada en su pecho mientras siento el calor de sus manos recorrer mi espalda. Me separo de Zeus y avanzo hasta la puerta de embarque, dispuesta a tomar el viaje hacia Nápoles, ni siquiera volteo a verlo, las despedidas siempre me dejan con lágrimas en los ojos y no quería que viera mi cara empañada.

Las siguientes horas en el avión fueron tediosas, y aún más el ver un documental de monos capuchinos que hablaban, un documental de monos que hablaban ¿eso estaba dentro de las cosas consideradas normales?

Cuando por fin bajo del avión, encuentro dos camionetas grises y una negra al lado de la malla, uno de los hombres desciende de una de ellas y lo logro reconocer es Giorgio. Lleva unas gafas de sol y se acomoda el traje mientras se acerca hasta donde me encuentro.

- Ciao Dalila – responde bajándose las gafas y sonriendo.

- Ciao Giorgio – respondo con una pequeña sonrisa.

PLACER GRIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora