KakaNaru ~Angel del Infierno~

Capítulo 1

Lo veía sentado en el último asiento, a la par de la ventana, ni siquiera me atrevía a mirarle mas de unos segundos, su sola presencia me molestaba, no es que odiase al niño, después de todo el no tenía la culpa de nada, pero tampoco le quiero, es solamente una persona mas de la aldea para mi.

Que difícil fue aceptar el hecho en que ya no les vería de nuevo, recuerdo ese día aún, ellos me dijeron que estarían bien, que todo estaría bien, que no sucedería nada, ni a ellos ni a mi. Los ví marcharse rumbo a donde se encontraba aquella bestia, aquel monstruo, aquel demonio al que tantos temían. Algo dentro de mí estaba inquieto, no quería que se fueran de mi lado para ir a luchar con aquel ente maligno, se los rogué, que no me dejaran, sin embargo, siempre se marcharon, dijeron que era su deber para con la aldea, mi padre revolvió mi cabello y me dio una sonrisa cálida, mi madre se inclino hasta quedar a mi altura, me dio un beso en la frente y me dijo lo mucho que me amaba.....y se fueron.....con aquella promesa que volverían....pero no fue así, no regresaron, ni ese día, ni ningún otro...¿Por qué?...porque el demonio los había matado, el demonio me los arrebató de mi lado, ese demonio me dejo solo, consumiéndome en el dolor de mi perdida, ¿Y quién no?...eran mis padres después de todo, las personas mas importantes para mí, porque aún lo siguen siendo.

Ese día lloré... lloré como nunca lo había hecho..mi peor miedo..aquel presentimiento que tenía.. se hizo realidad, fue duró para mi darme cuenta que jamas les volvería a ver. Asistí a su entierro, consumido por el dolor, mi pecho dolía, solamente podía recriminar aquel demonio..lo odio, si lo odio, es eso, odio al Kyuubi no Yoko, por eso no le puedo querer a ese niño, de hecho, cuando el Hokage me dijo que yo sería el profesor de ese chiquillo me negué rotundamente, dándole mis argumentos sobre porque yo no podría ser el maestro de Naruto, y es que cada ves que le veo se me hace imposible no verlo a él, el causante de mi gran pérdida.

Estoy molesto en este momento, ¡¡Que descaro!!....¡¡Dormir en mi clase!!..Eso es algo que no pienso permitírselo a nadie, Que rayos le pasa a ese niño, ¿Qué? ¿Acaso no duerme?, no lo creo, según tengo entendido, esta en un orfanato, es imposible que no duerma, si allí todos ya están en sus camas a las 9:00 de la noche. Sentía mi sangre hervir de la furia.

—¡NARUTO!– Le grité tan fuerte, que saltó en su asiento. Pude ver sus ojos cristalizados. ¡¡Ahora yo soy el malo!!
—!Sal de mi clase! ¡¡AHORA!!– Lo ví bajar las gradas, los demás alumnos se burlaban de él y decían cosas como «Ese idiota, siempre durmiendo en clase» o «Es un perdedor, Miradle, es el peor de la clase». Y tenían razón, era el peor de mi clase y aún así se atreve a dormir en ella, ¡¡Ohh!! ya varias veces se lo había advertido, supongo que esa fue la gota que colmó el vaso. Le ví salir con el rostro al suelo, cabizbajo. —Cuando ya no tengas sueño, me avisas, así vuelvo a dejar que entres a mi clase–sentencié. No podía evitarlo, aunque no quisiera, no podía evitar ver al Kyuubi en él, supongo que mi odio hacia ese demonio es tanto que hasta me a hecho olvidar mis valores.

Chasquee la lengua frustrado, no, no estuvo bien lo que hice, ¡¡Lo humillé frente a la clase!! ¿¡Qué clase de maestro soy!?. Salí al pasillo, dispuesto a hacerlo volver a la clase, pero me sorprendí cuando lo ví tirado en el suelo ¡Durmiendo de nuevo!. Simplemente inconcebible, sin más, cerré de un portazo la puerta, continuando con mi clase.

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Su cuerpo dolía, ¿Como no?, todas las noches le golpean hasta la inconsciencia y si a eso se le suma las múltiples violaciones sexuales que ha sufrido, a sus cortos 8 años, Naruto no tenía ningún rastro de vida en sus ojos, parecía muerto andante, un simple zombi, sin embargo, la esperanza de ser aceptado en aquella aldea no desaparecía, no sabía el porque le odiaban tanto, tampoco quería que fuera así todo el tiempo, por eso, cuando le dijeron que asistiría a la academia ninja, se alegró, claro que lo hizo, eso significaba para él, una oportunidad de por fin poder hacer amigos, que equivocado estaba, en la aldea, cada vez que se dirigía a la academia le golpeaban tanto como en el orfanato, "Su casa", tal parecía que nadie le quería ahí. Pero no se dio por vencido, estaba dispuesto a hacer amigos, pero que difícil era todo, simplemente no podía, por mas que quisiera, le era imposible siquiera acercarse a un niño para poder jugar, pues estos salían despavoridos corriendo, gritándole monstruo, que el solo quería dañarlos. Los niños mas grandes le golpeaban en la academia, justo como en el orfanato, le tiran piedras, le golpean con puñetazos en su estomago, diciéndole que se lo merece. Nadie se daba cuenta que con cada desprecio y maltrato que le daban, el corazón del rubio dolía. Se sentía tan solo, sin saber el porque de su desprecio. No entendía ninguna palabra de aquellas, donde le decían monstruo o demonio, pero le dolían, pues si sabía que lo decían con claro desprecio y odio hacia su Persona.