KakaNaru ~Angel del Infierno~

Capítulo 16

Holaaa, solo quiero aclarar algo, Kakashi en este momento lo único que siente por Naruto es un sentimiento de culpabilidad......ahora, se que el capítulo anterior no fue para nada bueno, pero necesitaba algo con lo cual acercarlos y me pareció que esa era la mejor forma, despertar dudas en Kakashi sobre el agresor sexual de Naruto. Con este acontecimiento, Kakashi comenzará a acercarse mas a Naruto y, con el tiempo, ambos comenzarán a sentirse mas cercanos........bueno hasta aquí la información...................¡Casi lo olvido!....por si alguien tiene la duda, en el capítulo anterior, Kakashi no seguía a Naruto, fue una mera casualidad que Kakashi estuviera en el tejado de una casa leyendo Icha Icha Paradise y que Naruto pasase justo por esa calle.......bueno, sin mas, los dejo para que sigan leyendo....¡Gracias por leer mis historias!....los quiero mis lectores.

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Había pasado un momento muy incómodo, literalmente tuvo que correr a Kakashi de su apartamento para que el peli-plata dejara de hacerle preguntas que lo único que hacían era ponerle nervioso. ¿Quien querría andar diciendo a todo el mundo sus secretos mas oscuros?, Lógicamente, Naruto no era la excepción a ello.

Era de noche y caminaba rumbo a casa de Iruka, no le ha visto desde que llegó, que eso fue hace una semana ya, demasiado ocupado con las misiones que la Hokage le ha dado. Llevaba sus manos puestas en los bolsillos, iba con su atavío Jounnin, sin el chaleco. Mientras caminaba, sintió como alguien le seguía con la mirada, era como si le atravesara la espalda, se giró para ver de quien se trataba y se encontró con unos ojos oscuros observándole a la distancia, Naruto sonrió suavemente cuando el dueño de aquella mirada se le acercó, sus ojos parecían no creer lo que veían.

—¿Na-Naruto?— frente a él, se encontraba un Sasuke muy sorprendido, Naruto no lo diría, pero no le agrada para nada la cercanía de él, Sasuke siempre le trató mal junto a Sakura y, no los odia, pero tampoco quiere tenerlos cerca, uno nunca sabe. Recordaba cuando tenía once años, cuando se convirtieron en el equipo siete, cuando el tontamente creía que ellos tres serían los mejores amigos, sin embargo, la realidad le hizo caerse de esa nube,dándose un golpe muy fuerte contra el suelo, al percatarse de que aquellos dos jamas le mirarían con buenos ojos, esos dos, solo miraban al "Monstruo" que todos decían, él era.

—Sasuke— dijo intentando sonreír, después de todo, fueron las palabras hirientes de Sasuke por las que decidió que marcharse de Konoha seria lo mejor para él, para todos. en cambio Sasuke, parecía muy interesado en la ropa que llevaba puesta en ese momento.

—Regresaste....¿Cuando?— le dijo sin apartar la mirada de su ropa.
—¿Eres un chūnin?— le señaló su camisa.

Naruto soltó una risita, Vaya que estaba disfrutando ver la mirada de incertidumbre en el azabache. Sasuke siempre alardeó de ser mejor que él, siempre le restregó su linaje en la cara y, al parecer, él sigue siendo un chūnin, mientras él, no es solo un Jounnin, si no que también es un AMBU, ¿Como reaccionaría Sasuke con esa noticia?, pensó, y se dijo así mismo que dejaría que el Uchiha lo descubriera solo, ¿Por qué?, él no le debe explicaciones a nadie, se dijo así mismo.

—Hmmmm— fue la escuálida respuesta de Naruto, encogiéndose de hombros, como si aquello no le importara, que así era en realidad.

—Haber espera, ¿Me estas diciendo que si?, es imposible.....me estas tomando del pelo, es eso— se cruzó de brazos. Naruto frunció el ceño.

—Mmmmm, cree lo que quieras Sasuke, yo me voy......saluda a Sakura....te veo luego— hizo un ademán con la mano en forma de despedida mientras se perdía en la oscuridad de la calle.

Ahora, Naruto pensó que Sasuke le seguiría, sin embargo, no fue así, seguramente demasiado sorprendido por su llegada, pensó.

Tocó el timbre de la casa y pronto vio a Iruka abrir la puerta y bostezando.

—Naruto— esbozó una sonrisa al verle en su casa.

—Iruka-sensei, venía a visitarte ya que tu no lo has hecho— hizo un puchero infantil, sacándole una risa a Iruka.

—Ooo...creí que ocuparías espacio para acostumbrarte de nuevo— se excusó.

—Vaya, ya no recordaba lo reconfortante que era venir a su casa Iruka-sensei— después de que el Tercero le dijera que viviría solo, Naruto tuvo que aprender muchas cosas, sobre como sobrevivir viviendo el solo a sus cortos ocho años. En realidad, Iruka se llevó una gran sorpresa, pues el rubio sabía como barrer, fregar el piso, fregar los utensilios de la cocina, pero, como todo en Naruto, el que el niño supiera hacer eso, le hizo darse cuenta de  mas maltratos a los que Naruto era sometido en el orfanato.

Cuando el le preguntó como podía hacer todo aquello, este le dijo que en el orfanato le obligaban a hacer los quehaceres, que iban desde hacer la cama de todos los niños, limpiar cada cuarto, lavar los pisos, lavar los trastes sucios de la cocina e incluso, lavar los baños del orfanato, eso lo hacia casi todos los días, pues eran demasiadas tareas y, debido a que el aún era demasiado pequeño, no lograba terminarlas todas en un día. Cuando fregaba los utensilios sucios de la cocina y, por accidente y a causa del jabón en sus manos, se le resbalaba un plato y este se quebraba, no le permitían comer en todo el día, apenas y le daban agua, además de que le castigaban con un látigo, por haber hecho aquello por berrinche, decían ellos. También se dio cuenta, muy triste mente, de la causa por la cual el rubio llevaba tan malas notas en la academia. Naruto, a pesar de tener ocho años, no sabía leer ni escribir, ¿No entiendo?, le dijo un día en que le puso a leer la lección de ese día para, según Iruka, Naruto estudiara, grande fue su sorpresa al darse cuenta que el niño no sabía leer. ¿Que son estos dibujos?, le preguntó, en su inocencia, diciéndole así a las letras. Iruka se había sentido tan mal en aquel momento, la inocencia del niño, que en ese entonces el ya sabia había sido arrebatada, aún era tan grande, que no era capaz de entender todo lo que le habían hecho. Me portaba mal y por eso me castigaban, me lo merecía ¿verdad?........yo era el único que me portaba mal, por eso solo me hacían eso a mi. Habían tenido que trabajar mucho con Naruto para lograr ponerlo al nivel académico de sus demás compañeros de clase, se sorprendió al descubrir que Naruto era un diamante en bruto, que si era pulido de la mejor forma, llegaría a ser un gran ninja. Después los años pasaron, a los diez años de Naruto exactamente, Iruka notó que la actitud de él había cambiado, se le notaba mas triste. ¿Naruto? ¿Te sucede algo?, le preguntó un día. Este le había visto con sus ojos llorosos. ¿Por qué todos me odian?, le respondió el rubio, haciendo que Iruka se de cuenta que Naruto estaba comenzando a comprender todo lo que sucedía a su alrededor. ¿Por qué me hacían todo eso en el orfanato?, siguió el niño, dolido por todo el maltrato. Me dolía lo que él me hacia...me dolía mucho. Y, aunque Naruto no se lo dijo directamente, Iruka sabía a lo que se refería.

De repente, todos aquellos recuerdos habían golpeado su mente. Sintiéndose conmovido, abrazó a Naruto, sorprendiendo al rubio por su actuar tan inesperado.

—Me alegra que te agrade estar aquí— El abrazo era uno muy fraternal, pues Iruka quería a Naruto como si fuera su propio hijo. Que dolido se había sentido cuando el rubio se fue de la aldea sin despedirse de él.
—Quiero que me cuentes todo, quiero saber como fue tu vida en estos siete años que no supimos nada de ti— así, ambos se sumergieron en una plática muy amena, donde cada uno compartía anécdotas de su vida en los últimos siete años. La plática se extendió por un par de horas, siendo ya las Diez de la noche, Naruto decidió, era momento de irse a su departamento.

—Me ha gustado mucho platicar contigo Iruka-sensei— dijo despidiéndose de él.

—Ven mas seguido quieres— le dijo mientras veía como se marchaba de su casa. Esa fue una plática muy reparadora, pensó Naruto