Capítulo 14

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Los años habían pasado y el ya se había resignado a que el rubio jamás regresaría a la aldea. ¿Quien quiere regresar aún lugar donde lo único que recibió fueron maltratos, desprecios y humillaciones después de todo?, el no lo haría nunca o eso es lo que le dice la parte lógica de su cerebro, lo dejó sin habla el hecho de que Naruto había abandonado la aldea. ¿No era el ser Hokage su sueño? ¿Entonces? ¿Por qué se fue?, o si claro, nadie lo quería aquí, el mismo fue testigo de cómo algunos aldeanos realmente se pusieron felices con la partida del niño y eso le molestaba mucho. ¿Que hubiera hecho el tercero si estuviese vivo? ¿Lo hubiese dejado ir?, Tenía que admitirlo, le había molestado mucho que la quinta lo haya dejado irse de la aldea así nada más, Naruto no podía cuidarse solo, aunque no quiso debatirle nada a la mujer, el sabe lo mucho que le molesta el hecho de que no acepten sus decisiones, además, era obvio el hecho de que a ella también le dolía el hecho de que Naruto se haya ido y que nunca más se haya vuelto a saber de él y le dolía cada vez que alguien mencionaba el tema, Pero si le dolía, ¿Por qué le dio el permiso de irse?, algo pasó para que ella lo permitiera, de eso estaba seguro.

No sabía cuánto tiempo llevaba de estar meditando aquello, pero era bastante porque su ramen ya estaba frío, sin muchas ganas de nada comenzó a comerlo. Sintió que alguien entraba y estaba seguro de haber reconocido la voz de Kakashi afuera del local, lo cual era bastante curioso porque el jounnin había dejado de ir allí poco después de que Naruto se haya ido, sin querer indagar en nada, ni siquiera de volteó a verlo, simplemente se centró en comer su plato de ramen, aveces creía que esa era la única manera de sentirse cerca del rubio, el ramen era la comida favorita de él después de todo.

¿Cuánto tiempo había querido volver a ver a Naruto?, mucho y de eso estaba muy seguro, pero simplemente no estaba preparado para lo que estaba escuchando en ese momento. Su voz había madurado, pero era su voz, de Naruto, se volteo y efectivamente, el rubio estaba de pie allí, con una sonrisa, al lado de Kakashi.

—¿Na-Naruto?– enserio era él, pues claro que si lo es, está más alto y tiene un buen cuerpo si se le permite decir, la ropa que lleva puesta se lo resalta y mucho. Naruto se volteó a verlo.

—Iruka-sensei– tenía una sonrisa en el rostro. —Que sorpresa encontrarte aquí– dijo abrazándole. Kakashi se mantenía con una sonrisa en el rostro, está era cubierta por la máscara que siempre lleva puesta.

—¿Cuando llegaste?

—Llegué hoy– dijo sin querer perder el contacto. —Te extrañé mucho.

—Yo también.

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¿Cómo es que Naruto tiene un cuerpo tan esbelto? Por kami, ahora entendía porque decían que el rubio era un barril sin fondo cuando se trataba de ramen. Iruka también están igual de sorprendido. Doce, doce cuencos de ramen son los que se ha comido, y está terminando él número trece, él mismo los ha contado con su dedo, no le importaba sin embargo, todo sea por ver el rostro alegre que Naruto tiene en ese momento.

—Gracias Kakashi-sensei.......etto.....yo voy a pagar– estaba avergonzado. Se había comida trece cuencos, sería injusto de su parte dejar que Kakashi lo pague cuando el apenas se comió uno. Kakashi le detuvo su mano cuando sacó el dinero para pagar.

—Quedamos en que yo te invitaría– dijo dejando un fardo de billetes en la barra para comer.

—Gracias Kakashi-sensei– le dio una sonrisa. —Hmmm....etto...creo que ya debo irme.....buenas noches Kakashi-sensei, Iruka-sensei– Ambos observaron como el rubio salió en dirección a su apartamento.

—¿Estará bien dejarle irse solo?, me preocupa que algún aldeano lo reconozca y quiera hacerle daño– expresó su preocupación Iruka.

—No creo que a él le guste la idea de que le sigamos, además, ya está grandecito para defenderse solo, ¿No crees?– Kakashi dijo tomándose el vaso de té que había pedido.

—El no se defenderá aunque pueda hacerlo Kakashi-san– este le miró con curiosidad. Iruka bajo su rostro que ahora estaba triste. —A Naruto no le gusta golpear a nadie, el a sufrido muchos maltratos y simplemente no quiere que nadie más pase por lo qué pasó él.

—Bueno, te puedo asegurar que eso a cambiado.

—¿Por qué lo dice?

—Ya te darás cuenta– fue lo único que dijo, levantándose de su asiento para salir del local. —Buenas noches– dijo en general.

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No mentiría, le gustó pasar tiempo con sus dos maestros, realmente el tiempo se le pasó rápido estando con ellos, nunca imaginó que la cercanía de Kakashi le haría sentirse bien, tal vez era porque Kakashi, de alguna forma, siempre intentó protegerle, eso nunca lo olvidaría.

Llegó a su departamento y lo primero que hizo fue darse un baño, estaba exhausto por todo el camino de regreso a la aldea, ya mañana ordenaría y limpiaría su departamento.

Salió de la bañera y se puso frente al espejo. Esa marca, siempre le recordaría el día en que la hicieron, el día en que le arrebataron su inocencia, lo que le hacía niño. Salió del baño limpiando sus ojos con su antebrazo, llevaba solo unos bóxer blancos puestos, la toalla que antes llevaba en su cintura, ahora la usa para secarse el pelo.

Se dejó caer en su cama, con su espalda hacia arriba y así se quedó dormido.

Kakashi tenía un fuerte color carmín manchando sus mejillas, Naruto es tan descuidado a su parecer. Dormir con la ventana abierta definitivamente es un mal hábito. No lo admitirá en voz alta, pero a él también le preocupaba el hecho de que alguien le hiciera daño al rubio así que había decidido seguirlo. Jamás se imaginó verlo salir en bóxer del baño y que se quedara dormido dejando a la vista toda su retaguardia. Decidió marcharse a su casa. Si, definitivamente fue mala idea seguirlo.

KakaNaru ~Angel del Infierno~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora