KakaNaru ~Angel del Infierno~

Capítulo 32

Se sentía helado y pesado. Podía ver como Kurama intentaba envolverlo con sus colas mientras lentamente sentía como perdía su vida. Tenía una sonrisa en el rostro. Por fin podría descansar en paz.

—Cachorro— susurró kurama. Alicaído. El sabía que solo un milagro podría salvar a Naruto.

Naruto tosía fuerte y mas sangre salía de su boca, incluso en su subconsciente. Donde se supone no debería pasar y eso solo significaba que Naruto estaba a poco de morir.

A Kurama no le importa que al morir Naruto el solamente tendría que volver a aparecer y ser libre. Ya que al ser una gran masa de Chakra y odio no puede morir. Su Jinchūriki, no, su amigo está agonizando y ni siquiera él puede salvarlo. Naruto ya había perdido demasiada sangre, tanta, que hasta parecía papel de pálido que se encontraba ya.

—Puedo......— Tosió —puedo....liberarte....si quie-quieres— dijo Naruto con gran esfuerzo.

—Tranquilo. No hace falta cachorro. Ya has hecho demasiado por mi— Kurama pudo observar como los ojos de Naruto comenzaban a lagrimar.

—Lo siento— dijo en un susurro. Su voz sonaba rota.

Kurama no necesitaba preguntar para saber con quien se disculpaba el rubio. Estaban tan conectados que, si se concentraba lo suficiente, podía oír los pensamientos de Naruto.

—El mocoso Kakashi lo entenderá, estoy seguro— Kurama sintió como Naruto se conectaba con él. Seguramente ya no le quedaban muchas fuerzas para seguir hablando.

—Habíamos hecho tantos planes juntos— dijo Naruto, a través de sus pensamientos, a Kurama. Al menos aún podía pensar fluidamente.

—Lo se— las lágrimas comenzaban a salir de los ojos de Naruto.

Tenía tantos planes junto con Kakashi, tenían planeada toda una vida juntos, parece que no sería así. Probablemente Kakashi lo culpe por no cumplir sus promesa.

Naruto levantó sus manos para hacer algunos sellos. Los ojos de Kurama se ensancharon al oír los pensamientos del niño rubio.

—Cachorro, no lo hagas— Naruto tenía planeado liberarlo. —No, Naruto— una mano detuvo la mano del rubio.

—Naruto.

Naruto intentó levantarse del suelo para ver quien le había impedido liberar a Kurama y sobre todo, quien era capaz de entrar en su subconsciente. Pero siseó de dolor cuando lo intentó.

—Tranquilo, cariño. Aquí estamos— Naruto observó como una mujer de larga cabellera roja colocaba sus manos en su pecho y otro hombre de cabello rubio acunaba su cabeza en sus brazos y la colocaba en su regazo.

—Has sido un excelente muchacho— el labio inferior de Naruto tembló y sus lágrimas salieron con mayor fuerza al reconicerlos.

—Mamá, Papá— dijo con voz quebrada por el dolor de que le causaba ver a sus padres por primera vez en su mísera vida.

Naruto siseó de dolor al sentir como algo parecía quemarle el pecho.

—Ayudarme Kyuubi— Kurama refunfuñó por lo bajo. El único de sus Jinchūrikis que se preocupó por su nombre ha sido Naruto. Nadie mas.

Kurama comenzó a utilizar su Chakra y, asombrado, observó como la herida de en el pecho de Naruto estaba comenzando a sanar.  No sabía que clase de técnica Kushina estaba utilizando, pero debía admitir que estaba funcionando de maravilla. Solamente esperaba que Tsunade estuviera haciendo un buen trabajo, también.