Roger corre algunos papeles de mi escritorio para que yo pueda sentarme mientras él besa mi cuello, mordisquea y succiona cada parte de mi piel en él; me tiene volando en las nubes de nuevo. No puede ser que un hombre me nuble así, pero lo deseo también y quiero tener sexo de nuevo con él.
Recorre la línea de mis labios con el dedo índice mientras me mira con excitación, mientras que con su otra mano me toca uno de mis senos, todo sin quitarme la ropa, estoy jadeando.
Hoy llevo falda y una blusa mangas cortas, creo que está feliz por usar falda acampanada, le es más fácil para poder llegar a mí. Deja de tocar mis labios y va subiendo con su mano mi falda, llegando a mis bragas y toca ahí, en mi zona húmeda y caliente, emito un jadeo mientras me besa, su lengua juega con la mía mientras él hace círculos en mi intimidad.
Luego sin dejar de besarme, se desabrocha su pantalón y saca a su amigo, que está preparado para la acción, busca en su bolsillo un preservativo, ¿estaba preparado para esto? ¿Sabía qué diría que sí? no sé qué pensar sobre ello, si él piensa que soy fácil o qué.
Dejo pensar cuando me da la vuelta, y se posiciona detrás de mí, se acerca más a mi cuerpo, para meterse entre mis piernas y aprieta su erección contra mi trasero, baja un poco y se introduce lentamente en mí, me empuja una, dos y una tercera vez, yo grito de placer cada vez que hace eso, me va a volver loca.
— ¿Esto es lo que quieres, Lola? —Me pregunta moviendo las caderas mientras se balancea contra mi cuerpo.
—Sí, eso creo —digo en un gemido.
— ¿Por qué crees? ¿No quieres en realidad? —inquiere, deteniendo su acción.
—Una parte de mí quiere mucho esto, pero por otra no dejo de pensar que tu creas que yo sea una fácil.
—No eres fácil. Nunca he dicho eso.
—Viniste preparado para esto.
—Lola, siempre llevo preservativos en mi bolsillo.
— ¿Por qué?
Él no contesta mi pregunta.
— ¿Quieres o no quieres hacer esto? Me está doliendo ésta erección, Lola.
Estoy dudosa, pero si me niego me voy a arrepentir, y si lo hago igual. Entonces es mejor arrepentirse saciada de placer y sexo, ¿no?
—Sí quiero.
No dijimos más nada, él besa mi nuca, haciendo que ésta se erice.
Su mano vuelve a concentrarse en mi pezón, deja de hacerlo, para tomar mis mejillas y rozar mi mandíbula con sus dientes y labios.
— ¿Sabes lo excitante que eres, Lola? Me tienes hecho una furia, queriendo besarte y joderte cada vez que pueda. —Su voz suena ronca mientras no deja de empujar contra mí. Abro la boca para responderle, pero no puedo y, en vez de eso, suelto un fuerte gemido.
Me voltea para que estemos de frente, entra de nuevo en mí, atrapando mi boca otra vez y tirando de mi labio inferior con los dientes antes de meterme la lengua, para seguir jugando con la mía sin piedad.
Mis dedos se hunden en su pelo y tiro de su cabeza hacia atrás para tomar su boca, yo también puedo jugar. Siento que un fuego me consume en el vientre. Él suelta un gruñido y me empuja, se adentra en mí cada vez más rápido.
—El sexo es muy bueno contigo, Lola —me dice en un susurro y después nuestro cuerpo es uno sólo a ritmos salvajes, lentos, rápidos, sin duda, el sexo con él es la gloria.
Reviento de lujuria gritando su nombre y envolviéndole con mi cuerpo porque no quiero dejarle ir, esto está mal me repito, pero que se joda el mundo, hay que disfrutar mientras dure.
Luego de unos minutos, él sale de mí. Se quita el preservativo, busca una papelera y lo bota allí entre las hojas y la basura. Se abrocha el pantalón y trata de arreglarse la camisa, mis manos fueron hacia ellas y está arrugada por todos lados.
Sigo con la respiración acelerada, veo hacia la nada, acabo de tener sexo en la oficina y con mi jefe, esto parece una telenovela, no la vida real.
Salgo de mis cavilaciones y le digo—: Esto no puede volver a suceder. —Lo confronto con la mirada, lo veo, tiene el cabello despeinado.
—Te ves linda luego de hacer cochinadas. —Sonríe pícaro.
— ¿Cochinadas? —Lo pienso y suspiro. Tiene razón—. Sí, lo que hacemos son cochinadas que no deberían de hacer el jefe con su empleada.
—Lola, es sólo diversión, alejarse de nuestros mundos —me besa de nuevo—, no te agobies tanto.
—Serás tú el que quiere olvidar todo, ¿qué quieres olvidar mientras tienes sexo conmigo, Roger? —pregunto sin entender.
—De una vida que no puedo cambiar o eso creo. —Mira al suelo pero luego levanta la mirada—. Me gusta esto, pero recuerda que es solo sexo, Lola.
—Como si quisiera otra cosa de usted, señor Butler —replico.
—Entonces, ¿podemos volver a hacer esto en cualquier momento?
— ¿Qué soy? ¿Tu servicio de sexo personal o qué?
—Eres alguien que me ayuda a olvidar un rato todo lo que me rodea. Ya te lo dije.
—No puedo hacerlo, esto es demasiado peligroso. Quiero mantener mi puesto en esta empresa, necesito tenerlo.
Estar haciendo cochinadas como él dice, es peligroso. Todo en esta vida se termina sabiendo, y esto es algo que sólo a mí me perjudicaría, además necesito demasiado este trabajo para poder tener a mi hermana conmigo, para poderla criar y darle todo lo bueno que merece.
—Tendrás tu trabajo, nadie sabrá de estos encuentros entre tú y yo —asegura.
—Sólo hemos tenido dos.
—Y vendrán más, hermosa. —Tiene una sonrisa ladeada en su rostro, que me hace olvidar el enfado.
— ¿Por qué estás tan seguro?
—Tus pezones se yerguen cuando estoy cerca, y tu respiración se acorta cuando te beso. —Él me besa de nuevo, pero es un beso corto—. Sólo déjate llevar, Lola. Disfruta del momento.
—No es fácil, estamos jugando con fuego.
—Y no nos queremos quemar, eso lo sé —responde con cara de seriedad.
—Exacto. —Termino de abrochar mi blusa y bajar mi falda.
—Hagamos esto sólo cuando se dé la oportunidad.
—Nunca se va a dar, ríndete. —Me bajo del escritorio y trato de arreglar los papeles para que se vea que aquí nada sucedió.
—Ya veremos, señorita Walts.
—No volverá a suceder, señor Butler —repito, tomando mi bolso y caminando hasta la salida. Mis piernas aún se sienten entumecidas, pero aun así me armo de valor para salir de allí.
Él me toma del brazo y me besa otra vez, me alejo de él inmediatamente.
—Deje de hacer eso.
Me suelto de su agarre y subo las escaleras directo a la recepción.
Como dije antes, me iba a arrepentir de haber hecho eso, pero de todas formas, me siento saciada y satisfecha, que es lo importante. Por una parte, debo verlo como que es solo diversión y, es algo que necesito en mi vida, pero es un juego peligroso y no quiero salir lastimada.
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NO DIGAS NADA Y DISFRUTA
Chick-LitLola Walts, es una joven contadora que trabaja en el sótano de una empresa de inmobiliaria, con una hermana a cuidado de personas engañosas, queriendo una vida nueva donde no tenga preocupaciones, solo decide disfrutar de una noche donde se olvidara...