Capítulo XVI

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¿Qué? ¿A qué viene esa confesión?

— ¿Estás bien?—pregunta Roger, dándome pequeños golpecitos en la espalda.

Su respuesta me dejó sorprendida.

—Sí, ya estoy mejor. —Toso mientras me termino de limpiar la boca con la servilleta—. Disculpen.

—Tranquila Lola, me asustaste, tosiste mucho. —Leslie me abraza y yo recuesto mi cabeza junto a la de ella tratando de devolverle el abrazo.

Miro a Roger y está sonriendo con los labios cerrados pero sus ojos se han entrecerrado, no sé por qué le estoy devolviendo la sonrisa, pero lo hago.

Aunque no olvido lo que dijo.

—Sigamos comiendo —murmura Roger. Luego, toma con su tenedor un poco de pasta para después llevarla a su boca y comenzar a masticar.

—Les, ¿te gustó el paseo de hoy? —Debo buscar la manera de desviar la conversación pasada.

Después hablaré con Roger sobre lo que dijo. Él no puede estar diciendo cosas como esas a mi hermana. No quiero malos entendidos ni suposiciones.

Leslie me sonríe y comienza a explicarle a Roger su día, yo solo sonrío a sus comentarios, pero la mayor parte de la cena, me mantuve callada.

El comentario de Roger me dejó confundida, sólo hemos estado juntos unas pocas veces. Quizás, sólo le gusta mi manera de ser o por ser bonita.

Es estúpido pensar más allá, apenas nos estamos conociendo.

—Lola, te estoy hablando.

La voz de Leslie me saca de mis pensamientos y la miro, frunzo el ceño porque no sé de qué me estaba hablando.

Lola, la distraída, me deberían de llamar esta noche.

—Disculpa, es que estoy cansada. ¿Qué me estabas diciendo, Les?

—Le dije a Roger que salían muy lindos en la foto que tienes en tu teléfono. ¿Verdad?

Abro mis ojos, Leslie hoy está muy curiosa. Volteo y veo a un Roger sonriendo de medio lado, tratando de ocultar su sonrisa.

Hoy es puras sonrisas. ¡Lo odio! Porque me gusta mucho que lo haga.

—Ah, esa foto. —Trago saliva—. Sí, es bonita.

He terminado de comer, me levanto de la silla y tomo los platos usados para llevarlos al lavavajillas.

—Estaba delicioso, muchas gracias Leslie por invitarme y Lola por cocinar muy rico.

Sonríe hacia Leslie, y luego me mira a mí, su mirada siempre intimidándome.

Tenerle aquí me incomoda un poco. No sé cómo comportarme.

—Es un placer —responde Leslie. Sonríe, colocando sus brazos sobre la mesa y entrelazando sus manos.

También debo hablar con Leslie, para que deje de ser Leslie Cupido.

—No es nada —le digo a Roger—. Me alegra que te haya gustado.

Mi hermana se levanta de su puesto para ir al baño. Mientras ella se va lavar las manos, volteo para enfrentar a Roger.

— ¿Qué haces aquí? Te dije que lo nuestro no incluía venir a mi casa. Esto es un asunto personal, es vida privada. Como quieras llamarle, Roger. —Dejo el paño de limpiar a un lado con frustración.

Él me mira con su rostro serio.

—Lo sé, no debí venir, pero necesitaba hacerlo, me enfureció saber que otro hombre si podía venir a tu casa y yo no —contesta con una mirada ceñuda pero con culpabilidad en los ojos.

NO DIGAS NADA Y DISFRUTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora