—Lo contemporáneo va elaborándose en medios intelectuales, políticos, historiográficos y literarios como una nueva categoría de temporalidad...
Blah, blah, blah...
¿Por qué escogí esta carrera? —se preguntó Josy cansada, garabateando en su libreta, en la página de atrás.
Aquella mañana, Josy se había levantado con los ánimos por el suelo. Se había levantado de la cama a regañadientes. Amanda se burló de ella en cuanto la vio con unas ojeras que casi tocaban el piso, arrastrando los pies, y con la mirada perdida. La noche anterior había estado teniendo pesadillas constantemente y podía jurar que había visto nuevamente al hombre de la otra vez. Pero esta vez, junto a su cama.
A la castaña se le pusieron los pelos de punta cuando recordó el gélido ambiente que aquella presencia causaba. Una escalofrío la recorrió entera, haciendo que se removiera con incomodidad en su asiento.
Cuando pudo salir del aula, caminó con rapidez, aferrándose a las correas de su mochila, y con la mirada clavada en el suelo. Ya hablaría con Amanda después. Aquella había sido la última clase del día.
Luego de abordar el transporte público, Josy se sentó en un asiento junto a la ventana. Jugueteó con sus dedos tratando de controlar el nerviosismo. Quería llegar cuanto antes a la cafetería. Hablar con Kyle de lo ocurrido le levantaría los ánimos. Por lo menos eso era lo que ella esperaba.
—Gracias —dijo cuando el bus se detuvo en la parada. A partir de ahí, ella podía caminar.
Dio pasos grandes, y algo rápidos; hasta que se cansó, y recordó que no había hecho educación física desde la secundaria, y su cuerpo estaba bastante oxidado. Respiró hondo y volvió a dar pasos normales. Su mirada se posó en un chico que venía en sentido contrario, al parecer, sin rumbo. Cuando sus pupilas hicieron un mejor enfoque, se dio cuenta de que ese muchacho, no era ni más ni menos que Ethan. Su corazón se aceleró, pero una sutil risilla se le escapó de los labios cuando pensó en la posibilidad de aquel apuesto y extraño muchacho la estuviera acosando, ya que se lo encontraba en cualquier parte, caminando como si no tuviera algún destino.
—¡Ethan! —lo saludó a unos metros aún. Él ladeó si cabeza y le sonrió, ligero; pero con más gracia de lo usual.
—Parece que nos encontramos en cada lugar, Josy Gallagher —la voz de él era intensa y varonil. Algo que a Josy le había parecido increíblemente encantador desde que se habían conocido. Usualmente, alguien como Ethan no era del tipo de Josy. Sin embargo, había algo en él que la hacía sentir intrigada.
—Así parece —respondió risueña.
—¿Vas al trabajo? —cuestionó él guardándose las manos en los bolsillos.
—Así es —a Josy se le había olvidado que hasta hace unos momentos, se encontraba tan nerviosa como un pequeño venado.
—Puedo acompañarte, si quieres. Se me antoja un...
—¿Ameriacano? —interrumpió poniéndose en marcha.
—Justo eso —sonrió siguiéndola.
Evidentemente, toda aquella situación había sido planeada desde la noche anterior cuando Ethan se había encontrado con Josy por la noche. Se había tomado la molestia de leer el horario que la castaña tenía pegado frente a su escritorio. También, había visto que se bajaba del autobús en la parada en la que se había encontrado con ella aquel día. Planear todo aquello, sólo para encontrarse con ella; se le hacía, hasta cierto punto, tedioso. Aun así, quería tener la oportunidad de quedarse a solas con Josy por un rato, sin que ella estuviese durmiendo y sin que ese rubio interfiriera en su conversación. Y, afortunadamente, todo había salido tal y como él había planeado estratégicamente.
—Ahora que lo pienso —dijo ella rompiendo el silencio—. Es la primera vez que tenemos tiempo así. Usualmente nos tropezamos por ahí, o te quedas algunos minutos revisando tu celular en la cafetería y sólo intercambiamos un saludo y una despedida. Aun así, se siente como si ya nos conociéramos desde antes, ¿no te parece? —Ethan miró detenidamente el perfil de Josy, quien hablaba enérgicamente con la mirada al frente.
—¿Es así? —preguntó él—. Me alegra que te sientas cómoda en mi presencia.
Josy sintió a Ethan más cálido aquel día. Usualmente desprendía una gélida y feroz esencia. Sin embargo, con un toque de gentileza hacia ella.
Ese día, la gentileza parecía predominar en el semblante y gestualidad del muchacho. Pues lo primero que Josy había logrado notar era que él la había saludado con una linda sonrisa, sutil, pero extremadamente encantdora. Josy para nada estaba acostumbrada a ver a Ethan sonriendo de aquella manera.
A pesar de eso, ninguno de los dos había dicho algo más. Josy miró al muchacho un par de veces por el rabillo del ojo. Era la primera vez que podía detallar cada una de sus facciones. Los colores se le subieron al rostro cuando Ethan la atrapó observándole. Él la miró confundido, algo serio también. Y ella se sintió tan avergonzada que simplemente apartó la mirada. Ethan, por su parte, mosto otra de sus casi imperceptibles sonrisillas, que sólo se hacían presentes cuando Josy tenía algo que ver.
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FLAMES [LIBRO I: THE DEVIL LOVES TOO] (EDITANDO)
Teen Fiction"The Devil Loves Too" La ciudad de Los Ángeles está siento azotada por un asesino serial que la policía sigue sin poder localizar. De todo se intenta, pero él no parece dejar rastro alguno. Josy Gallagher, conocerá a un chico que pondrá su mundo de...