Capítulo 27

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Ethan abrió los ojos y parpadeó un par de veces. Volteó su cara a la izquierda para poder mirar por la ventana. El cielo estaba grisáceo. Y las nubes habían tapado el sol por completo. Miró ahora a su derecha, ya que su brazo se había entumecido. Josy dormía plácidamente en su pecho. Algunos mechones castaños le caían por el rostro.

El pelinegro soltó un suspiro pesado cuando los pensamientos lujuriosos atacaron su cabeza, y con sumo cuidado, se levantó, procurando que Josy no se despertara. Entró al baño y se miró al espejo, discutiendo consigo mismo por lo imprudente que había sido al quedarse a dormir con Josy.

Evidentemente no habían hecho nada más que dormir. La noche anterior, Ethan había pasado por momentos bastante peligrosos cuando el sol se había ocultado por completo. Pasó todo el día con Josy; la noche fue igual. Y por primera vez en años, no había salido de cacería por la noche.

Sin embargo, se sintió nervioso cuando Josy le besó, le abrazó y cuando sus cuerpos estuvieron a tan sólo milímetros. Le costó conciliar el sueño al sentir el exquisito aroma a flores que emanaba el cuerpo de Josy; cuando su rostro sonrojado descansaba sobre su pecho.

Sintió su sangre calentarse, y comenzó a sentirse inquieto. También sintió los cuernos queriendo salir de su cráneo. Aquella cercanía era terriblemente tentadora.

Pero finalmente logró pensar en otra cosa, y fue ahí cuando se quedó dormido y pudo pasar la noche sin que su verdadero ser fuera descubierto.

De cierto modo, hasta él mismo sintió sorpresa por su autocontrol la noche anterior. Había actuado tan bien, cuando realmente se moría por tomar a Josy.

Sacudió su cabeza, maldiciendo en voz baja al pensar aquello. Se mojó el rostro con agua fría y luego salió del baño. Josy aún dormía. Así que se acercó silenciosamente y depositó un beso en su frente.

—Nos vemos pronto, preciosa —susurró tomando su chaqueta, que había dejado en una silla al lado de la cama. El suelo de madera crujió, haciendo al muchacho fruncir el ceño. Aún detestaba que su pequeña tuviera que vivir en aquellas deplorables condiciones.

∆∆∆

Cuando Josy despertó, se sentó de golpe al sentir el vacío a su lado. Suspiró desganada y se levantó arrastrando los pies.

—Él realmente se fue —susurró cuando no lo encontró por ningún sitio.

Aquel día llovía a cántaros. A Josy le habría encantado que Ethan se hubiese quedado también. Aunque entendía que todo aquello había surgido de imprevisto la noche anterior; y que tal vez él tendría cosas importantes que hacer.

No se alejaba demasiado de la realidad. Ethan había aprovechado el tiempo nublado y oscuro para hacer el trabajo que no pudo hacer la noche anterior.

—Deten... —el corte limpio en el cuello de aquel muchacho le quitó las palabras de la boca.

—No es suficiente, maldita sea —gruñó Ethan tirando el cadáver por ahí. Sus sentidos habían desaparecido, tal vez de borraron con la lluvia—. Joder —chasqueó la lengua y de puso en cuclillas. Se quitó la máscara y levantó el rostro. Las gotas de lluvia le empaparon la cara y él lanzó un grito de frustración al cielo, el cual fue acallado por el fuerte ruido de las gotas chocando contra el pavimento.

Ethan estaba frustrado. Una fuerte inquietud le burbujeaba en el estómago. Cada vez se le estaba complicando más tan sólo estar en la misma habitación con Josy.

¿Qué iba a hacer ahora? Se había emparejado con Josy, lo cual significaba que tenía un compromiso con ella, y con su corazón. No quería romperla nuevamente. Había sido suficiente con verla llorar tres años atrás. No quería verla mal de nuevo, mucho menos si él era el culpable.

Se sintió aún más perdido cuando se dio cuenta de lo enamorada que estaba Josy de él. Algo en su pecho dolió cuando vio sus preciosos ojos azules brillar con aquella intensidad; con amor.

Precisamente porque sabía que aquello iba a ocurrir, Ethan se había tratado de convencer de que lo mejor era alejarse de Josy antes de que todos aquellos sentimientos aparecieran.

Pero no pudo.

Se enamoró de Josy.

Y sabía perfectamente bien que tener una relación con ella sería imposible.

Al principio quiso convencerse a sí mismo de que podría existir alguna manera de sobrellevar su relación con ella. Que tan sólo bastaba con actuar como cualquier chico de veinticuatro años. Creyó que si se lo proponía, y trabajaba duro, podría lograrlo. También pensó que proteger a Josy sería sencillo.

Pero vaya que se equivocó.

Había estado trabajando tan arduamente, que ni siquiera notó que ya habían pasado casi seis meses desde que se topó con Josy en aquella cafetería.

No se dio cuenta de que él simplemente no podía actuar como alguien normal. Las dudas poco a poco iban a ir acariciando la lengua de Josy Gallagher. Y pronto le preguntaría por su trabajo, por su casa, por su hermano, al que por casualidad conoció en el mismo lugar que a él. Él lo notó en sus pensamientos. Josy se abstenía de hacer preguntas personales. Pero sabía perfectamente que aquello la hacía sentir incómoda.

Protegerla tampoco fue sencillo. Ella pasó por muchos momentos peligrosos con su hermano menor. Aunque Bernhard no molestaría más a la castaña, Ethan aún sentía remordimiento por no haber sido más cuidadoso.

No se dio cuenta de que el día que se topó con Josy nuevamente fue una condena. Porque ese día iba a ser el inicio de una enorme oleada de sentimientos que poco a poco irían haciéndose más y más intensos.

Su primer error, fue preguntarle a Josy por su identidad.

El segundo, fue recordarla.

El tercero, fue acecharla.

El cuarto, fue interactuar .

Y el quinto, fue enamorarse.

Este último lo cegó de todo lo demás. Y le debilitó la mente, pues ya no podía negarse a nada que Josy pidiera. Lo único que Ethan deseaba era que ella fuera feliz. Así que cuando ella lo miraba a los ojos. Él podía adivinar todo lo que ella quería con tan sólo leerle la mente.

“Bésame”, “Quédate conmigo”.

Josy había tenido esa clase de pensamientos muchísimas veces. Y cada vez que el pelinegro los oía, no podía evitar complacerla.

Pero habían otros que, por más deseosos que fueran; por más tentadores, no podían ser concedidos por Ethan.

Aquellos, eran peligrosos, y le robaban la respiración al muchacho. Se sentía asfixiado cuando Josy pensaba cosas indecentes al tenerle cerca. Su pulso se aceleraba y sus mente se sentía inquieta.

Josy era tan callada y dulce, que descubrirle pensando tales cosas era sorprendente hasta para él. Ella se sonrojaba y desviaba la mirada para que Ethan no notara la vergüenza en su rostro. Pero aquello era inevitable, teniendo en cuenta que Ethan podía saber todo lo que ella pensaba.

Ya no sabía cómo controlarse. Y eso le enfadaba.

Había matado a seis personas aquel lluvioso día. La sangre escurría de sus manos, siendo arrastrada por las gotas de lluvia.

—Estoy perdido —susurró poniéndose la máscara de nuevo y desapareció de allí.

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Heyhey, ¿Cómo les va?

Gracias a las personas que han estado apoyando esta novela. Los amo mucho :').

Venía a decirles que estamos a pocos de capítulos de terminar la primera temporada de esta historia. Sooooo, prepárense, amikos.

Espero que estén teniendo un excelente día ❤❤

Dhany. xx.

FLAMES [LIBRO I: THE DEVIL LOVES TOO] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora