Capítulo 22

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Ethan entró a la habitación con pasos suaves, procurando que Josy no se despertara.

—He vuelto, Josy —susurró él, al lado de su cama. Se puso en cuclillas y detalló el rostro de Josy—. Luces tan indefensa, pequeña.

Ethan había sentido bastante inseguridad. El ritmo de su trabajo se ralentizó considerablemente a partir de el incidente con Bernhard. No podía dejar a Josy sola. Sabía lo astuto que era su hermano.

—Ethan —susurró Josy en sueños—. Ethan...

Un escalofrío le recorrió la columna vertebral. Acarició su mejilla dulcemente.

—¿Qué estás soñando, Josy? Puedo leer tu mente, pero no puedo ver a través de ella.

—Ethan —volvió a susurrar—. Sálvame —de sus ojos comenzaron a brotar algunas lágrimas. Ethan se tensó.

—Mierda —susurró—. Josy —sintió algo doler en su pecho mientras la veía llorar sin poder hacer nada. Recordó que podía meterse en su cabeza sin que ella lo notara.

—Ethan, ayúdame —susurró.

Ethan suspiró y miró directamente el rostro de Josy.

"Josy" —le habló por telepatía.

—¡Ethan! —comenzó a desesperarse más.

"Ven aquí" —le dijo con voz calmada—. "Sigue mi voz, Josy. Aquí estoy" —Josy se calmó un poco—. "Eso es, ven aquí. Ya estás a salvo, pequeña" —paró de llorar—. "No temas más. Yo voy a cuidar de ti"

Ethan se levantó y la miró una última vez antes de salir de ahí.

—No volverás a sufrir, mi pequeña Josy.

***

La mañana siguiente, era domingo. Josy no tenía planes para ese día.

La piel se le puso de gallina cuando recordó la pesadilla de la noche anterior. En ella veía tules rojos y negros colgados del techo. El aire era pesado, asfixiante. Y todo era envuelto por un silencio ensordecedor que luego se convertía en risillas escalofriantes. Su cuerpo era abrazado por dos pálidos brazos y se sentía prisionera en ellos. Sin ninguna escapatoria.

Trataba de decir cientos de cosas, pero de su boca sólo salía "Ethan, ayúdame. Sálvame", "Ethan".

La persona que la aprisionaba, se paraba frente a ella. Unos cuernos enroscados como los de un búfalo, adornaban su cabeza, junto a una hermosa cabellera rubia. Su rostro era cubierto por un antifaz, pero podía ver unos preciosos ojos azules volverse negros completamente. Y mostraba una sonrisa vampírica.

Por favor, grita para mí, Josy —le había dicho con una voz distorsionada aquella persona.

¡Ethan! —el individuo frente a ella dejó de sonreir justo en ese momento y tomó su brazo bruscamente.

Ethan no puede salvarte, niña —clavó sus uñas en el brazo derecho de Josy y ella ahogó un grito

Josy —escuchó la dulce y familiar voz de Ethan—. Sigue mi voz.

Fue ahí cuando Josy pudo librarse de la bestia que la retenía y comenzó a correr a través de los tules. Viendo al final del camino, a Ethan tendiéndole la mano. Al tomarla, todo había acabado. Y ahora él la abrazaba mientras suavemente le decía que ya todo había terminado.

Josy se sentó en la cama y miró su teléfono. Tenía dos mensajes.

De: Ethan.

"Buenos días, Josy. ¿Tienes planes para hoy?"

FLAMES [LIBRO I: THE DEVIL LOVES TOO] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora