—Josy —dijo Ethan antes de salir de la tienda—. Escribe cuando acabes tu turno, me gustaría invitarte a cenar —la chica se atragantó con su propia saliva—. Nos vemos —finalizó saliendo de la tienda y perdiéndose por ahí. Josy quedó completamente asombrada ante la repentina propuesta del chico. Inconscientemente miró su atuendo y se maldijo mentalmente por vestir tan desaliñada. Llevaba un suéter de lana blanco y unos jeans oscuros. Ethan ni siquiera había esperado que ella respondiera. Aunque de todas formas no tenía planes para aquella noche.
—Diablos, Josy. Qué audaz —susurró Jake apareciendo a sus espaldas. Josy se sobresaltó con las mejillas rojas—. Ya te invitó a cenar, quiero ver qué sigue —sonrió con picardía.
—¿Por qué no empiezas a meterte en tus propios asuntos, maldito puberto? —sonrió irritada. Jake no pudo evitar soltar una sonora carcajada que hizo que la mayoría de los clientes voltearan a verles—. Y deja de llamar tanto la atención, Jake, demonios —susurró.
—Yo creo que aquí la única persona que está llamando la atención eres tú, señorita vergüenza —el chico ladeó un poco su cabeza en dirección a la oficina de Kyle. Josy miró la puerta—. Ha estado algo exttaño desde hace unos días, ¿le has dicho algo malo?
—¿Por qué siempre que alguien se enfada o algo parecido soy yo la culpable? —soltó indignada. Jake se acercó cuidadosamente a la oreja de ella.
—Eso es porque el gerente está enamorado de ti —las manos de Josy se pusieron heladas—. Y si él actúa de esa manera tan repentinamente, sólo puedo pensar en que tú eres la única culpable —finalizó alejándose de ella y le sonrió entrecerrando los ojos—. Así que, ve y habla con él. No deseo un jefe en estado de depresión.
Josy tragó en seco y soltó todo el aire retenido cuando Jake había vuelto a la cocina.
Más tarde, cuando ya todos se habían ido y ya casi a punto de cerrar. Josy tomó su teléfono y le avisó a Ethan con las manos temblorosas que podía ir a recogerle. Cuidadosamente, abrió la puerta del despacho de Kyle y se asomó. El rubio la miró y le sonrió un poco.
—¿Puedo pasar? —preguntó ella con voz suave.
—Por supuesto, adelante —contestó haciéndole un gesto con la mano.
Josy entró silenciosamente y se acercó a él. Sólo se quedó en silencio, mirándole hasta que Kyle le preguntó:
—¿Qué pasa? —cuestionó extrañado.
—¿Hay algo que te incomode? —los ojos de Kyle se abrieron de sorpresa ante la repentina pregunta de ella.
—¿Incomodarme?
—Has estado actuando extraño últimamente. Como si algo te incomodara —Kyle suspiró y se levantó de su silla. Caminó rodeando el escritorio y luego se apoyó en él con los brazos cruzados.
—¿Crees que podrías deducir? —Josy lo miró confundida. Aquella tarde, Kyle desprendía un aura diferente, más... dominante y fría. De tal manera que a ella le causó algo de miedo.
—¿Q-Qué? —preguntó ella.
—Por favor, trata de adivinar qué me ocurre —comenzó a acercarse a ella peligrosamente. Josy retrocedió cada paso que Kyle avanzaba. Finalmente, chocó contra la puerta.
—C-Creo que debería irme, luego hablaremos con más calma —con algo de nerviosismo, alcanzó la perilla de la puerta. Pero Kyle levantó la mano, haciendo que la puerta volviera a cerrarse. Josy no había notado hasta ese momento, que la diferencia de tamaño entre ambos era impresionante. El otro brazo del rubio estaba a un lado de su cintura, también apoyado en la puerta—. ¿Kyle?
—Escucha, Josy —los ojos azules del muchacho, se habían vuelto oscuros y pesados. Una mirada como esa, era la primera vez que Josy la veía—. Tú realmente no lo sabes, ¿verdad? —Kyle tomó el silencio de Josy como una oportunidad para continuar hablando—. No puedo continuar con esto —se acercó al rostro de ella—. Me gustas demasiado...
—Kyle, por favor, no estás pensando claramente —trató de empujarle—. No sigas.
—¿No seguir? ¿Por qué? ¿De verdad crees que no pienso con claridad? —cuestionó con ironía—. ¿Qué significa Ethan para ti, Josy?
—¿Qué? —frunció el ceño.
—¿Crees que no he notado cómo le miras? —soltó irritado—. ¿Qué es él para ti? Me enoja demasiado.
—¿Por qué demonios debería explicarte eso? No somos nada —Josy también se sintió irritada—. Así que, por favor, apártate y déjame ir —Kyle la miró asombrado. La campanilla de la tienda sonó y el rubio pudo ver al muchacho de ropas oscuras entrar buscando a alguien con la mirada. Luego, su mirada se detuvo en la ventana y su ceño se frunció mucho más al ver la posición en la que ambos se encontraban. Nuevamente, Kyle no pudo entender cómo era que Ethan veía a través de esos vidrios oscuros. Por otra parte, la manera en la que Josy le había contestado, le había devuelto los pies a la tierra. Se alejó de ella y clavó su mirada en el suelo.
—Lo siento. Puedes irte. Veo que tienes planes —susurró entre dientes. Josy lo miró indignada y salió de ahí sin decir nada más.
Kyle miró la sonrisa que Josy le regaló a Ethan cuando ambos se encontraron, el rubio quiso morirse de la rabia. Antes de salir se la tienda. Ethan le echó una mirada oscura.
«No volverás a ponerle un dedo encima. Te mataré si lo haces» —escuchó nuevamente la voz de Ethan. Las piernas le flaquearon, por lo que tuvo que sostenerse de la pared.
—Este tipo... ¿Siquiera es humano? —susurró cuando la puerta del local se cerró. Se recostó de la pared y se deslizó por ella—. Soy tremendo idiota —susurró.
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FLAMES [LIBRO I: THE DEVIL LOVES TOO] (EDITANDO)
Teen Fiction"The Devil Loves Too" La ciudad de Los Ángeles está siento azotada por un asesino serial que la policía sigue sin poder localizar. De todo se intenta, pero él no parece dejar rastro alguno. Josy Gallagher, conocerá a un chico que pondrá su mundo de...