Ethan había bajado al infierno tal y como su padre había solicitado. El intenso calor de las llamas fue inmediato, pudo sentirlo en el momento justo en el que las puertas se habían abierto.
—Señor —se arrodillaron tres mujeres. Las tres principales esposas de Lucifer.
—¿Dónde está él? —preguntó Ethan directamente.
—El amo Lucifer está esperándolo en el harén.
Ethan suspiró con pesadez. El harén de su padre era el lugar al que menos le gustaba ir. Sin embargo, él, sin protestar, siguió a las tres mujeres que se contoneaban sensualmente. A lo mejor, adrede.
Los gritos de dolor podían escucharse claramente, a pesar de que el harén era el sitio más aislado de aquel lugar. Ethan no pudo contener la sonrisilla cínica que se le escapó cuando reconoció varios lamentos.
«Connor, Anthony, Victoria, Andrew...»
—Ethan —fue lo primero que escuchó cuando se adentró al lugar. Las sensuales y risueñas mujeres observaron al muchacho, sedientas, desconcertadas porque sabían que Ethan, jamás sería suyo. Lucifer conocía lo desvergonzadas que eran sus esposas. Pero aquello, fuera de molestarle, le dejaba en claro que su hijo, era casi tan irresistible como él mismo.
—Padre —respondió él haciendo una pequeña reverencia—. He venido como lo has pedido.
—Me resulta placentero que mi querido hijo haya aceptado la invitación de su padre —el hombre se levantó con una sábana enrollada en la cintura, dejando a todas las mujeres que le acompañaban, mostrar su carne entera. Por supuesto que aquello no les importó de ninguna manera.
Lucifer llegó hasta Ethan y le tendió la mano. Su hijo, la tomó y depositó un beso en ella.
—¿A qué se debe tu llamado, padre? —preguntó Ethan mirando las rojas pupilas de su padre. Los cabellos negros le caían desordenados por el rostro. Y su piel pálida, resplandecía por el fuego a los alrededores.
—Quería verte —dijo Lucifer—. Supongo que tu hermano te dijo que estaba perdiendo el control de vez en cuando.
—Así es —asintió—. Te has vuelto demasiado dependiente, padre —susurró Ethan—. ¿Qué dirían los demás?
—Agradezco que guardes silencio —gruñó—. Retírense inmediatamente —ordenó a las mujeres. Ellas inmediatamente se levantaron y salieron de ahí.
—Están entrenadas correctamente —soltó el muchacho mirando a la última mujer salir de la habitación.
—Has venido con un buen sentido del humor hoy día, a diferencia de las otras veces —Ethan frunció el ceño ligeramente.
—¿Aparento sentido del humor? Mis disculpas —soltó.
—Tú definitivamente has vuelto a la normalidad...
—Pregunto nuevamente, ¿a qué debo tu llamado, padre?
Lucifer soltó un suspiro pesado y se sentó a la orilla de la enorme cama en la que Ethan lo había encontrado.
—Lo has estado haciendo bien estos días. No me canso de recibir más y más gente con tu marca impresa en ellos. ¿Acaso no es maravilloso poder compartirlos conmigo? Ahora hay cientos de hombres y mujeres con tu marca y la mía fusionadas en una ardiente y preciosa cicatriz.
—¿Qué dices? —preguntó Ethan confundido.
—¡Es verdad! ¡Hacía tanto que no venías que nunca lo supiste! Sígueme, por favor —el hombre chasqueó los dedos, y una preciosa mujer de cabellos rubios entró a la habitación con una bata de seda roja. Ella, sin dudar, se acercó al hombre y delicadamente la deslizó sobre sus hombros. Luego, hizo una reverencia, y se alejó de ahí. Lucifer comenzó a caminar, e Ethan siguió sus pasos inmediatamente.
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FLAMES [LIBRO I: THE DEVIL LOVES TOO] (EDITANDO)
أدب المراهقين"The Devil Loves Too" La ciudad de Los Ángeles está siento azotada por un asesino serial que la policía sigue sin poder localizar. De todo se intenta, pero él no parece dejar rastro alguno. Josy Gallagher, conocerá a un chico que pondrá su mundo de...