Josy había conseguido dormir de maravilla al llegar a casa. El día siguiente, se despertó animada y se preparó para ir a la universidad. Ya lista, salió rumbo a la parada de autobuses. Haba estado oyendo música desde que salió de casa.
Durante el camino, le dejó algunos mensajes a Amanda para que la esperara debajo del árbol en el que siempre solían sentarse juntas. Tenía días sin hablar con ella. Más que todo porque su agenda estaba generalmente llena y no tenía mucho tiempo libre. Tampoco habían hablado mucho por teléfono. Tal vez alguna que otra charla ocasional. Pero nada más. Casi siempre que Josy estaba libre, Amanda no podía. Y viceversa.
—Al fin apareces —sonrió Amanda cuando vio a la chica llegar.
—¿Qué tal todo? —preguntó Josy sentándose a su lado—. Hacía tiempo que no nos veíamos. Te he echado de menos.
—Me pondré sentimental si dices eso —lloriqueó la rubia—. Algo ajetreado. Pero dudo que sea más ajetreado que tu estilo de vida. Te admiro demasiado.
—Ahora soy yo la que se pondrá a llorar —se rio Josy—. Me alegro de que estés bien.
Amanda miró a Josy atentamente. Aquel día se la miraba más enérgica que de costumbre. Y sus ojos azules brillaban con ilusión. La rubia sonrió ladeando la cabeza un poco.
—¿Quién es el chico? —Josy se sobresaltó con las mejillas rosadas—. Lo sabía. ¿Kyle? —la sonrisa desapareció—. Vaya... Algo malo tuvo que pasar para que tu expresión cambiara de esa manera al oír su nombre.
—Bueno, él —susurró la castaña jugueteando con sus dedos—. Ha sido algo rudo conmigo ayer.
—¿Te regañó? —preguntó confundida. Josy sacudió la cabeza—. ¿Entonces?
—Me hizo pasar un mal rato. Se me confesó y luego invadió por completo mi espacio personal. Básicamente me dejó sin escapatoria entre la puerta y él y comenzó a preguntarme cosas sin sentido.
—¿Qué? —el ceño de Amanda se frunció bastante—. Qué desagradable... ¿Te hizo algo?
—No, no realmente —Josy suspiró—. Últimamente se comportaba extraño. Desde que... Bueno, eso puedo contártelo luego de finalizar esto —Amanda asintió—. Compremos un café mientras tanto. Aún falta un poco para que mis clases empiecen.
—Tienes suerte de que estamos en la misma situación. De lo contrario, te habría dicho que no —se rieron ambas y empezaron a caminar—. Puedes continuar.
Josy le contó toda la historia a Amanda. La rubia continuaba con el ceño fruncido. Y se sentía bastante molesta por todo lo que estaba oyendo. Ya tenían sus cafés, y se habían sentado en un lugar apartado.
—No pensé que él fuera esa clase de persona —dijo Amanda algo indignada.
—No te preocupes, no ocurrió nada más —la tranquilizó Josy—. Luego de eso, el chico del que te hablé llegó por mí.
—Veo que tu rostro se ilumina tan sólo cuando hablas de él. Parece que realmente te gusta —sonrió la muchacha mirando la cara de Josy tornarse roja—. ¿Cómo se llama? ¿Cómo se conocieron? Y cuéntame por favor qué tal te fue ayer con él.
—B-Bueno —se aclaeò la garganta—. Su nombre es Ethan. Tiene 24 años. Nos conocimos por mera casualidad —rio atontada—. Él llegó a la cafetería, portando una mala e irrespetuosa actitud. Me hizo irritar demasiado —soltó otra risilla—. ¡Ni siquiera apartó la vista de su móvil hasta que lo enfrenté! Y luego, de la nada me preguntó que si ya nos habíamos visto antes, tan pronto como levantò la vista. Tena una expresión de asombro, mezclada con algo de confusión. Lucía bastante lindo.
—Vaya manera más peculiar de conocer a alguien —carcajeó la rubia.
—¡Y que lo digas! A partir del sermón que recibió de mi boca en aquel encuentro, empezó a comportarse con más respeto. A veces eso me hace mucha gracia. Me dice que esas cosas las aprendió de mí —soltó una risita.
Amanda notó inmediatamente que el ambiente se había suavizado bastante al comenzar a hablar sobre el tal Ethan, del que su amiga parecía estar bastante encantada.
—¿Es lindo? —la rubia quería que Josy volviera al radiante estado en el que estaba antes de hablar sobre Kyle.
—Decir que no lo es sería un pecado —soltó un suspiro—. No quiero ilusionarme con él. Pero es muy atento. Tiene pinta de chico malo y serio, pero terminé sacándole una que otra sonrisa —dijo Josy llena de orgullo—. Tiene una sonrisa preciosa —se sonrojó—. Creo que voy a detenerme. Voy a morir de vergüenza.
—Espero entonces poder conocerle alguna vez —sonrió Amanda—. Mi clase está por empezar, nos vemos al mediodía —Josy asintió, levantándose también.
—Hasta entonces —respondió ella. Cada una comenzó a caminar por su lado.
Josy jugaba disimuladamente a no pisar las líneas del suelo. No le importaba ser algo infantil de vez en cuando. Aquella mañana estaba bastante feliz, dejando de lado todo lo que había ocurrido con Kyle. La noche anterior, no había tenido esa pesadilla de siempre. En el elevador, creyó que le costaría dormir pensando en los acontecimientos del día. Sin embargo, apenas tocó su cama, cayó plácidamente dormida. Al despertar, revisó su teléfono. Se llevó una linda sorpresa al ver un mensaje en su barra de notificaciones:
"Buenos días. Me he divertido mucho ayer. Espero encontrarnos pronto" —escribió el muchacho apenas despertó. Al soltar el celular, Ethan se pasó la mano por el cabello, y luego por su cara, preguntándose a sí mismo qué era todo aquello que estaba haciendo por Josy. Pero no podía evitarlo.
Por otro lado, el mensaje hizo que Josy diera un pequeño salto sobre su lugar. Aquello la había tomado por sorpresa. Y sonrió para sí misma al contestarle:
"Buenos días, Ethan. También la he pasado genial. Y espero encontrarte pronto también" —de manera instantánea, al muchacho se le dibujó una sonrisa en los labios.
—¿Qué haré contigo, Josy Gallagher? Me estás volviendo loco —susurró tapándose nuevamente con la delgada sábana.
Y de esa manera, el día de ambos, había comenzado de maravilla.
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FLAMES [LIBRO I: THE DEVIL LOVES TOO] (EDITANDO)
Teen Fiction"The Devil Loves Too" La ciudad de Los Ángeles está siento azotada por un asesino serial que la policía sigue sin poder localizar. De todo se intenta, pero él no parece dejar rastro alguno. Josy Gallagher, conocerá a un chico que pondrá su mundo de...