Caslya había rodeado con sus manos la cintura de Luvia para no caer del caballo que minutos atrás habían tomado del gran establo situado a un lado de la casa. El balanceo del animal resultaba tranquilizador y la estabilidad de la joven guardiana la hacía sentir a salvo. Inevitablemente, recordó la última vez que había montado a caballo y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. No quería pensar en Kayden ni las criaturas que la habían perseguido en la noche.
—¿Estás bien? —Luvia la observó por encima del hombre. Parecía preocupada.
Caslya asintió con una débil sonrisa. Después de todo, no se veía explicando lo que había sucedido esa noche, mucho menos todo lo que la había hecho sentir el encapuchado y sus sabuesos.
—Lo estoy —dijo, poco convencida. Luego, cambió la dirección de sus pensamientos—: Me preguntaba cómo es Ares.
—Mmm...—La joven regresó la mirada al camino de tierra con un gesto pensativo. Tras unos segundos, volvió a hablar—: Es un chico atractivo, de eso no cabe duda. Aunque, ¿qué guardián de almas no lo es? —comentó y Caslya no pudo evitar reír por lo bajo. Luvia tenía razón. Hasta ese momento, solo había sido testigo de rostros cautivantes y llamativas apariencias. Por un momento deseó llegar al pueblo al que se dirigían para poder apreciar a personas que no hubiesen sido talladas por divinidades—. Sea como sea, Ares es un sujeto alto; más alto que Kyriel, de seguro. Y, al igual que cualquiera de nosotros, está entrenado para enfrentar decenas de criaturas infernales, por lo que es un chico fuerte. Tiene unos grandes ojos cafés y un corto cabello castaño... ¡Ah! Y no suele usar ropa colorida, por lo que es probable que esté de negro. Dice que el color lo hace ver tonto.
Caslya sonrió a lo último y se esforzó en crear una imagen mental del guardián en su mente. Cuando lo hubo hecho, asintió a la nada, satisfecha.
—Por cierto, ¿dónde crees que podría estar?
—Ares es alguien muy impredecible —comenzó a responder—, pero...
—Pero si tuvieras que apostar, dirías que está en alguna taberna de mala muerte con mujeres y una jarra de cerveza —espetó Kyriel, quien iba a un par de pasos por delante, junto a Gideon.
La de ojos pardos soltó un suspiro como única respuesta. Kyriel no se había equivocado.
—Creo que es muy pronto para sacar conclusiones —indicó Gideon, pero nadie más que ella pareció oirle.
Durante un segundo, pensó en responder, sin embargo, el galope de unos caballos a la distancia la llevó a levantar la mirada, llena de curiosidad. A pocos metros por delante se aproximaba una carreta conducida por el primer hombre normal y corriente que Caslya iba a ver en su vida. Por alguna extraña razón, se emocionó como una niña pequeña y cuando el señor de grandes proporciones pasó por su lado, ella le saludó.
—¡Buenos días, señor!
El hombre, totalmente desconcertado, frunció el ceño y la observó de arriba a abajo. Luego, apartó el rostro con una expresión fastidiada. Caslya se avergonzó.
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Guardianes de almas.
Fantasy❝Cuando eres elegido por algo más fuerte que el destino no tienes escapatoria.❞ Como si fuese una pequeña y hermosa ave enjaulada, Caslya sueña con conocer el mundo del que su hermano tanto la protege, sin embargo, a veces lo que más deseamos es lo...