Jack
Abro los ojos poco a poco. No sé qué hora es, pero el sol ya salió. Me siento algo desconcertado y fuera de sí, pero con un calor en el pecho inigualable, como si ubiese pasado la mejor noche de mi vida y creo que fue así, me siento como nuevo, revitalizado.
De pronto iento un bulto en mi brazo, que casi no siento de lo dormido que está. Se me ocurre detener mi mirada en el peso que ocupa mi extremidad y me topo con el pálido rostro de Elsa que permanece dormida recostada contra mi pecho. Su cuerpo está muy junto al mío que hasta puedo sentir su pulso contra mí. Observo su piel desnuda y recuerdos de la noche pasada me sacuden de pies a cabeza.
Todo lo sucedido ayer fue tan... Fantástico, que me cuesta aceptar que una mujer como ella haya estado conmigo de esa manera tan increíble y hasta especial. No va a ser fácil olvidar lo que vivimos juntos y como nos dejamos llevar por el deseo.
No pude evitar recordar como sus labios pronunciaban mi nombre, quizás no el verdadero, pero lo pronunció. Como mis dedos se apoderaron de toda su anatomía femenina, como su calor mi invadía, sus besos, el toque ardiente de sus manos. Su cuerpo era tan perfecto y encajaba tan bien con el mío como si fuéramos creados para complementar al otro. Se movió con tanta destreza contra mío que por poco pierdo la cabeza en un millar de sensaciones que no recordaba, me sentí único en este maldito mundo y no podré olvidar sus curvas, sus pechos, el color de su piel, su piel, se han quedado prendados a mis recuerdos, a mi piel.
No le tengo un nombre como tal a lo que hicimos, no sé si hicimos el amor o solo tuvimos sexo. La verdad es que estoy hasta la mierda de confundido. Pero fue el momento más delicioso que he pasado en lo que llevo con vida, no creí que existiera alguien que me hiciera sentir tan bien, tan deseado como hombre.
Miré su rostro, tan... Angelical, que parece que no fuera esa mujer dura que pretende ser o que me muestra solo a mí. Ayer me demostró que era una diosa, divina y que además sabe muy bien como encenderme y llevarme al paraíso con un simple beso y una caricia. Sus labios, no paraba de verlos, es que son tan suaves, que no puedes parar de besarlos, anoche no podía separarme de su boca, quería más y más de ella, estaba perdiendo la cabeza por esa mujer. Toda ella es hermosa y fue mía, quizás no fui el primero, pero estuvo entre mis brazos, es decir, en este momento la tengo a mi lado. Con el cabello alborotado y una simple sábana cubriendo su cuerpo. Me muero por volver a tocarla a sentirla solamente mía. Muerdo mi labio inferior de solo fantasear un contacto íntimo con ella una vez más.
Dejé a un lado esos pensamientos salvajes e indecorosos y me fijé solo en ella. Retiré algunos cabellos de su rostro y no pude evitar pensar, si esto que hicimos estuvo bien, qué repercusiones podrían existir. O si, de verdad siento algo por ella. Esto ya se ha convertido en un dilema para mí. La deseo como mujer pero no sé si mi corazón la elija como algo más. Fue mi amante, mi todo en una noche, pero qué significa eso ahora que volvimos a la realidad.
Con mucho cuidado de no despertarla, quité mi brazo de su cintura y salí de la cama. Me coloqué algo de ropa y me acerqué a la entrada de la cabaña. Necesitaba pensar.
El día amaneció un poco nublado, es posible que llueva dentro de poco.
Comencé a pensar en mi vida, en lo poco que sé de mí mismo. En que, no sé nada de lo que fui, quizás en el pasado era una mejor persona o... Tenía metas, sueños. Sin embargo, mi presente no me deja vivir tranquilo, porque soy un asesino y no merezco que una mujer como Elsa esté junto a mí. En cualquier momento le haré daño y eso es lo último que quiero hacer, quiero llenarla de placer y no de dolor. No me gustaría volver a ver miedo en sus ojos, por el contrario quiero ver en ellos el deseo de sentirme cerca, de tocarnos y entregarnos de nuevo.
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Monstruo
RandomLa ciudad de Seattle no es segura ahora, los ciudadanos evitan a toda costa, salir en las noches.Temiendo encontrarse con el monstruo de ojos dorados. -Nunca podré ser lo que las personas quieren que sea, solo soy lo que ves, un ser que no sabe sent...