FINAL (Parte 4)

1K 89 47
                                    

Elsa

No puedo hacerlo, no puedo golpearlo, no... debo.

Mis manos tiemblan, mi respiración es forzosa y todo dentro de mí me pide que lo lastime y que le haga sentir todo el dolor por el que tuve que pasar cuando asesinó a mi hija; pero, era Tadashi... La persona que más he querido por lo bueno que fue conmigo en el pasado, yo no podía simplemente lastimarlo.

Los recuerdos hermosos que pasé con él se aglomeraron en mi conciencia y no me permitieron siquiera quitar la mirada de su rostro.

—¡Haz algo, Elsa! —gritó Jack a escazos metros de mí.

Contuve el aliento por un momento, pero después estallé.

—¡Cállate! —giré mi rostro, enojada.

Tadashi reía sin parar.

—Que discusión tan absurda —mencionó —ustedes dos me dan asco.

—Tad, no quiero lastimarte... Vete —traté de no sonar patética con mi súplica —vete...

—No. Me iré cuando dejen de respirar —contestó arrogante.

—Te tragarás tus palabras —espetó el castaño de ojos dorados.

Trague saliva y retrocedí un par de pasos.

—Yo... No... Combatiré contra ti —dije con un molesto nudo en la garganta.

—Entonces, me harás el trabajo más fácil.

Disparó contra mí una ráfaga de poder, que, si no hubiese sido porque Jack se movió rápido y me tomó entre sus fuertes brazos, me hubiese lastimado.

—¿Estás bien? —sostuvo mi rostro entre sus manos.

Yo no podía coordinar mis movimientos, parecía débil e inútil. Sentía esa incertidumbre de no saber qué hacer ante una situación como esta, lo único que tenía frente a mí era el pálido rostro de Jack, quien trataba de que yo entrara en sí, pero seguía bloqueada.

Caí al suelo junto con él; sin fuerzas, sin ánimo de querer luchar. Me miraba preocupado y acariciaba mi rostro con ternura, yo solo miraba el color dorado de sus ojos, perdida en la profundidad de su mirada, mientras que Tadashi perdía la paciencia.

—N... No puedo —susurré.

—De acuerdo, entonces no debes estar aquí —me tomó en brazos, nuevamente, y corrió lejos de aquella calle.

Sentí la suave brisa sacudir mi cabello; estaba en la terraza de un edificio. Jack me miraba detenidamente, lucía tranquilo, pero no podía engañarme, sus ojos reflejaban angustia.

—¿Qué hacemos aquí? —pregunté mientras que miraba la tenue luna que se asomaba en el punto más alto del cielo.

—Aquí estarás segura de ese sujeto. Aquí no podrá hacerte daño —respondió serio.

Respiré el aire congestionado y pesado de la ciudad. Desde este lugar todo parecía estar en calma, pero no era cierto, muchas vidas se han perdido en esta trágica noche, por mi culpa, por ser un monstruo.

—¿Por qué? —observé mis manos.

—Porque no te sientes bien y él puede manipular tus sentimientos, por eso es mejor que te alejes y me dejes a mí solucionar todo —se me quedó viendo por unos segundos y después desvió la mirada —Me importas, Elsa.

—Esta es mi lucha, Jack, no quiero que interfieras, no quiero que te veas como el héroe y yo como la damisela en apuros, no —frunzo el ceño —Tú eres quien debe alejarse.

MonstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora