Jack
—Vas a ver lo hermoso que es el jardín, sé que te va a encantar, era tu lugar favorito —dijo mi madre mientras conducía por las calles de Seattle.
Tomé la decisión de aceptar su propuesta de regresar junto a ella y espero haya sido la mejor idea.
Hace un par de minutos salimos de mi apartamento, bueno la basura de apartamento que dejé. Ella no paraba de hablar mientras nos dirigimos a mi antigua o nueva casa, da igual, yo pretendía ponerle atención pero mi cabeza estaba hecha un lío.
Pensar que podré tener la oportunidad de recordar todo me pone nervioso. Mi mamá parece estar muy entusiasmada con todo esto, pero yo la verdad no estoy seguro que pueda acoplarme a una nueva realidad.
—Si tú lo dices —dije vacilante. Ella soltó un suspiro.
—Cariño, quiero que esto funcione, pon algo de tu parte, todo volverá a ser como antes.
—Eres demasiado entusiasta ¿sabías? —miré por la ventana y me crucé de brazos.
—Y tú aún no has entendido que quiero ayudarte.
Frunzo el ceño, algo dentro de mi cabeza estalla.
—Para el auto —le ordené, mi madre hizo un gesto de confusión y continuó conduciendo —¡Te dije que detengas el maldito auto! —grité y ella pareció palidecer y apagó el automóvil.
Abrí de mala gana la puerta y salí del auto.
—¿Qué sucede? —preguntó desconcertada.
—Quiero regresar a mi departamento
—Pero dijiste que me acompañarías —interrumpió.
—Acabo de darme cuenta que esto no va a funciar y que prefiero estar lejos de ustedes.
Azoté con fuerza la puerta, ella salió del auto y me tomó por el brazo.
—Ay, no otra vez —susurró —Ian, escuchame muy bien, El pequeño cachorro debe volver a casa.
Giré y la observé con el ceño fruncido, esa frase ya la había escuchado antes.
—¿Qué dijiste? —pregunté desconcertado porque con esa sola frase logró atraer mi atención y estabilizar mis emociones desenfrenadas.
Suspiró y soltó mi brazo.
—Mmm, solo es una frase que te gustaba escuchar de niño —sonrió —¿Ya te sientes mejor?
Parpadee un par de veces y pasé mis manos por mi rostro.
—No sé qué me sucede, un momento estoy bien y al otro me siento tan enojado que quiero romperlo todo.
Ella palideció, su actitud cada vez era más extraña.
—Deben ser solo nervios, no te preocupes, lo único que necesitas es distraerte —rió nerviosa.
Hice una mueca. Ella parecía estar muy tensa.
—¿Te pasa algo? —pregunté y ella negó con la cabeza.
—Es que, estoy muy feliz de tenerte a mi lado —me abrazó pero no correspondí a su gesto —Ok, retomemos nuestro camino, mataremos a tu padre con tu visita.
—Claro —dije vacilante.
Mi madre se subió al auto y yo dudé de acompañarla, me dejó más confundido de lo que creía, al final decidí no darle importancia al asunto y sentarme en el asiento del copiloto, ella me sonrió y le respondí con una media sonrisa.
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Monstruo
De TodoLa ciudad de Seattle no es segura ahora, los ciudadanos evitan a toda costa, salir en las noches.Temiendo encontrarse con el monstruo de ojos dorados. -Nunca podré ser lo que las personas quieren que sea, solo soy lo que ves, un ser que no sabe sent...