—Toma el volante —le repetí a Rapunzel.
—¿Qué vas a hacer? —preguntó, Jack seguía moviéndose.
—¿Tú qué crees? Pues evitar que este idiota despierte. Ahora maneja —le ordené. Cambiamos de lugar con cuidado de no estrellarnos con otro auto.
Saqué de mi muchila un pañuelo impregnado con el olor de la amapola que me robé del laboratorio de Honey. Lo coloqué en su nariz, él forcejeó pero lo sujeté con suficiente fuerza hasta que quedó otra vez inconsciente. Digamos que fue una pequeña venganza después de que él me capturara tiempo atrás de la misma firma.
—¿Va todo bien allá atrás? —me miró Rapunzel a través del retrovisor del auto.
—Sí. Todo bien —respondí cansada gracias al esfuerzo que tuve que hacer para dormir a Jack.
Me ubiqué en la silla que estaba al lado de Punzie. Ella me miró de refilón. Para mi amiga no fue fácil aceptar lo que tenía planeado hacer, y es que aún no ha llegado lo mejor.
—Aquí es —mencionó Rapunzel al llegar. Como bien lo dijo la casa abandonada se encuentra en la playa, las olas son suaves al igual que la brisa
La casa es pequeña, justo lo que necesitaba.
Aparcamos el auto cerca de la casa.
Bajamos juntas el cuerpo de Jack, Rapunzel sacó las llaves de su cartera y abrió la puerta. Al entrar me di cuenta que esta casa no tiene ningún mueble y solo es de una planta.
—Pensamos venderla en unos días —comentó —Esta casa ha sido comprada para cuando yo desee relajarme un rato, pero no creo utilizarla mucho, ya que el modelaje no me da tiempo para descansar.
—¿Tiene sótano? —le pregunté.
—No.
—Bien. Llevemos a este sujeto a una de las habitaciones —sujeté con fuerza su cuerpo para que no se cayera.
La habitación que mencioné se encontraba al final del pasillo, una completa tortura para nosotras dos.
Colocamos el cuerpo de él en medio del cuarto, el cual estaba sucio y desarreglado. Miré a Rapunzel.
—Ya te dije, este lugar ha estado deshabitado desde hace días. Es más que obvio que está en un estado deprimente —respondió a mi pregunta no formulada.
—¿Podrías traer mi maleta? La dejé en el auto —ella asintió y salió.
Observé a Jack tendido en el suelo, se ve tan indefenso.
En unos segundos Punzie trajo mi maleta negra.
—Quitale la chaqueta y camisa —le ordené.
—¿Qué? ¿Estás loca?
—Solo hazlo —contesté.
Ella después de pensarlo un poco hizo lo que le dije. Saqué de mi muchila unas largas cadenas de hierro, pesadisimas por cierto.
—Wow, Elsa, me estás asustando. Nunca te creí capaz de hacer algo como esto —mencionó mi amiga, no le respondí.
Ajusté ambas cadenas a dos de las paredes de la habitación, luego le coloqué el otro extremo de ellas a Jack en las muñecas.
—No te imaginas el daño que me produjo este hombre —mencioné sin verla a la cara.
—¿Qué puede ser tan malo para que lo encadenes?
—Él fue quien me atacó la noche de tu fiesta de cumpleaños —por fin le confesé, un peso se me quitó de encima —Y también asesinó a Tadashi.
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Monstruo
DiversosLa ciudad de Seattle no es segura ahora, los ciudadanos evitan a toda costa, salir en las noches.Temiendo encontrarse con el monstruo de ojos dorados. -Nunca podré ser lo que las personas quieren que sea, solo soy lo que ves, un ser que no sabe sent...