Por la mañana, el abogado llamó a Thomas y estuvieron largo tiempo hablando sobre el caso de Julia. Finalmente habían concluido con las investigaciones y aquel hombre estaba preso. El sintió un gran alivio al oír aquellas palabras y pensó inmediatamente en ella y en lo que sentiría ante aquella novedad. Se llamaba Raul Britt, trabajaba hace tres meses en CerealTruck y tenía antecedentes previos. Una testigo afirmó haber visto a un hombre con sus características físicas salir de uno de los almacenes aquella noche en clara actitud sospechosa, luego las cámaras lo captaron en la salida de la empresa y finalmente Julia lo identificó sin dudas en la rueda de reconocimiento. Lo han presionado y a partir de disminuir un poco su pena a confesado. Thomas sintió una especie de alivio y a la vez impotencia ante la mención de aquel nombre, pero finalmente podría ella poner punto final a esa tortura. Le agradeció al abogado y terminó la llamada. Se puso de pie y salió en su búsqueda, quería ser él quien le diera la novedad. Al salir de allí, Ann estaba en la entrada de la casa. Lo miró fríamente y Thomas tragó saliva.
—Hola.
—Hola. —Un breve silencio volvió a invadir el lugar. —¿Cómo sigues?
—¿Cómo crees?... Seguro que no tan bien como tú. —Thomas entendió que ya le habían llegado los comentarios de su salida con Julia.
—No empieces... por favor.
—¿Será que podemos hablar Thomas?
—Claro que sí. Adelante. —le hizo señas con su mano para que entrara en el estudio. Cerró la puerta tras él.
Apenas sintió que estaban solos, se volvió a él y lo abrazó besando sus labios apasionadamente, mientras él trataba de apartarla sin dañarla.
—Ann... por favor. No hagas esto.
Se separó y caminó nervioso hacia el escritorio mientras ella le ponía la traba a la puerta y caminó despacio hacia él.
—Te extrañamos, ¿no lo puedes entender?
—Ya lo hablamos...
—Tú hablaste, pero no me preguntaste lo que yo quiero, lo que siento, lo que pienso. —Se acercó a él por la espalda y lo rodeó por la cintura, Thomas cerró sus ojos, su cuerpo no era indiferente a su contacto, después de todo, había sido su mujer muchas veces y hacía muchos días que no estaban juntos. Supo que si la dejaba avanzar un poco más, no podría librarse de sus brazos. Ella le besó el cuello, lo acarició en el pecho y sintió que alguien intentaba abrir la puerta inútilmente.
—¿Cerraste con llave? —le susurró claramente enojado.
—Claro amor... —volvió a besarlo y él rápidamente se puso de pie apartándose.
—¿Señor? —la voz de Julia del otro lado.
—No vuelvas a hacer eso Ann... No vuelvas hacerlo.—Repitió con insistencia y apartándola se acercó para abrir la puerta. Cuando lo hizo, Julia ya no estaba allí. Ann se acercó a él.
—Sólo quiero estar contigo...
—Yo no. Se acabó, entiéndelo. Y de ser posible, por favor trata de no venir sin avisar y mantenme al tanto de las citas del médico. —Ella lo miró con un odio que se podía palpar. Se apartó de allí y él se apoyó en el marco de la puerta cerrando sus ojos.
Julia observó desde la biblioteca que Ann salía del estudio y la tristeza la invadió. Habían estado juntos, estaba segura. Thomas salió de allí en su búsqueda, pero no la vio, pasó derecho hacia la cocina y Vincent aparecía por la entrada.
—Julia, ¿Qué haces?
—Aquí dejando este libro y buscando otro... —Sonrió tratando de disimular su malestar y con mucho esfuerzo esbozó una leve sonrisa.
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Perseguir El Viento
RomanceCOMPLETA La carretera oscura, la música fuerte para ayudar a olvidar y un cuerpo en el medio del pavimento... Así comienza esta hermosa historia de amor.