Capítulo 1. "¿Qué fue eso?"

4.3K 111 4
                                    

Mimi suspiraba para sí misma mientras transfería alguna que otra cosa de su mochila hacia su nuevo casillero ya asignado. Parecía que fue ayer que estaba terminando su primer año de bachillerato y esperando con ansias las vacaciones de verano.

Ahora, semanas después, Mimi se encontraba en los mismos ruidosos y caóticos pasillos los cuales ya conocía desde hace ya dos años atrás, preparándose a sí misma mentalmente para el año con la rutina monótona que se le avecinaba.

Y no es que odiase ir al colegio, de hecho, todo lo contrario, le encantaba el concepto de aprender, de auto-formarse intelectualmente como persona y claro, todas sus calificaciones perfectas eran solo una pequeña muestra de ello. Ella disfrutaba la sensación ya sea de estar hundida en el mundo literario de libro en libro como resolver ejercicios de matemática y física que le volaran la cabeza y al final llenarse de gozo al llegar al resultado deseado, así era Mimi, apasionada por todo lo que la hiciese mejorar como persona.

El conocimiento es poder, o eso había escuchado Mimi siempre, y no podía negar la satisfacción que le producía aplicar un conocimiento aprendido en clase, en un momento de la vida diaria-aun si esto se tratara de la cantidad de agua establecida necesaria para hacer que sus riñones no se explotaran.

No era la rutina diaria que te obliga el colegio tener, lo que molestaba a Mimi, porque a decir verdad, un poco de orden en su vida no le venía para nada mal, sino eran los roles y los clichés que se establecen los que no soportaba. No se describiría a sí misma como popular, pero al mismo tiempo tampoco era tratada como una inadaptada social por parte de la sociedad estudiantil. Mimi, se puede decir, que solo existía entre la élite social y los inaceptados sociales.

Se sentía cómoda teniendo conversaciones con parte del equipo de fútbol como lo hacía con parte de la banda musical de la escuela, nunca hubo problema entre ello. No encajaba dentro de los esteriotípicos clichés, ella estaba feliz de ser la persona que sus padres habían formado y criado durante el tiempo. Alguien que no juzgaba, no discriminaba a los demás, con una mente abierta y tolerante. No escogía sus amistades basándose en cosas banales si no en sus experiencias, su intelecto y su gentileza.

Mimi volvía a suspirar para sí misma mientras cerraba la puerta de su casillero. Sintió una pequeña ola de emoción y alegría acercándose hacia ella, quien llegaba tocando uno de sus hombros por detrás.

-"Hey" Amaia, la mejor amiga de Mimi se acercaba a ella para acogerla en un gran abrazo de los que solo ella sabía dar. - Te he echado de menos este verano.

-Amaia... -alcanzó a decir a penas salía el aire de sus pulmones después de ese abrazo que le aplastó todos sus órganos.

-Bua lo siento, lo siento -dijo al darse cuenta que casi mata a su mejor amiga.- Es solo que jo no te he visto en semanas, necesitaba ya un abrazo ¿no?

Mimi rió, y avanzó junto a ella por el pasillo -No exageres, no es como que te he abandonado completamente- protestó- hacíamos videollamada una vez por semana y te escribía todos los días, lo haces ver como que me fui al ártico con ninguna manera de comunicarme.

-Campamento de baile, el ártico, no existe mucha diferencia, sea lo que sea a mis vacaciones les hacia falta un poco de sabor a Mimi, así que arrrestame por ser una entusiasta de nuestra reunión, yo solo te he extrañado.

-Yo también te he echado mucho de menos, pero al menos tenías a Miriam para hacerte compañía ¿no? y hablando de la señorita ¿dónde está? pensé que estaría contigo.

-Ella dijo que nos esperaría aquí -informó Amaia a Mimi. Levantó una ceja, un poco de sugerencia en su voz -Ahí viene mira, jo es guapísima.

-Hola "Mimita"- saludó mientras ambas se daban un abrazo.

Guerras y TribulacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora