Las lágrimas de Julia, y un Bruno desesperado queriendo saber qué le pasaba a su hermana, que guardaba Julia, con que la estaba amenazando Martina, porque le guardaba el secreto.
-Julia por favor- Bruno atrapaba las mejillas de la chica entre sus manos
-Bueno no puedo- decía entre suspiros- te prometo que la voy a ayudar, pero no puedo decirlo
-no me puedes hacer esto- dijo Bruno viendo como Julia recogía sus cosas dispuesta a irse- es mi hermana, Julia por favor
-hare todo lo que pueda y quiero que todo cambie lo antes posible, confía en mí
-siempre voy a confiar en ti
-sera mejor que me vaya- dijo Julia separándose del cuerpo de Bruno
-dejame que te lleve a casa
-cuida de Martina, te aviso cuando llegue a casa- Bruno asintió y beso tiernamente sus labios
Bruno subió minutos más tarde esperando tener la habitación de su hermana cerrada como llevaba demasiado tiempo dejando, pero para su sorpresa aquella noche la luz de la mesita se dejaba ver por aquella puerta entornada, entro a aquella habitación que por primera vez veía tan desordenada, Martina solía ser la maniática del orden, desde bien pequeña se encargaba de tener su habitación perfecta, aquel desorden era solo el aviso de que la mente de Martina estaba en completo caos.
Bruno se paró a contemplarla, su rostro dormido, su cuerpo aún vestido con ropa de calle sobre la cama deshecha.
Acarició sus mejillas, echaba de menos a su hermana, a la pesada, a la que irrumpía en su habitación para llenarlo de besos, esos que tanto odiaba, pero que animaban después de una tarde entera estudiando agobiado porque al día siguiente tenía un examen importante, echaba a la Martina de Barcelona, la que siempre pedía un helado después de cada comida, la que era la debilidad de papá y conseguía todo lo que quería, y pintaba con mamá, con la que dejaba notas cuando mamá estaba fuera de casa y estaban hartos de la tortilla de papá, echaba de menos a la Martina cómplice de trastadas y confidencias, y quizás él era culpable de todo aquello, quizás nadie había prestado atención a las llamadas de Martina hasta que todo estaba perdido, y ahora Martina necesitaba ayuda de verdad es por eso que Bruno perdió la noción del tiempo sentado en el suelo de la habitación de su hermana, con la cabeza apoyada en la cama de ella que dormía profundamente y sin quererlo se quedó profundamente dormido también.La mañana siguiente Aitana y Cepeda seguían preguntándose qué hacía Bruno en la habitación de Martina, les daba un poco de esperanza, por ello desayunaban junto Amaia y Alfred entre risas, se habían echado de menos. Helga disfrutaba de las tortitas con chocolate que su tia Aitana le había preparado.
Era Martina la primera de los mellizos en bajar, el silencio se hizo en el salón, silencio que Helga se encargaba de romper, lanzándose a los brazos de la chica que era como su hermana mayor. Martina relajo su cara cansada para dedicarle una sonrisa y una pequeña sonrisa a esa niña que la miraba con ilusión.-¿Me echabas de menos? Pequeña terremoto
-quiero jugar con tus muñecas
-despues, que tengo hambre y creo que te voy a quitar ese montón de tortitas de chocolate que tienes ahí
Martina fue recibida en la mesa entre miradas y sonrisas, ella esperaba otra cosa no se había llegado bien últimamente con sus padres y no sabía muy bien como pedirles perdón,la sonrisa de Aitana al verla ahí al lado de Helga podía iluminar perfectamente aquella habitación, al igual que la de Cepeda que no esperaba un perdón por parte de su hija, simplemente que no volviera a ignorarla de aquellos manera, que volviera a ser Martina, la de siempre.
-supongo que ayer se alargó el ensayo- dijo Amaia
-sí tita, intenté venir pero me fue imposible
-el trabajo siempre primero- apunto Alfred
-pero pasaré el día con vosotros
Tras la noticia de Martina, ambas parejas decidieron vestirse para salir a pasar un día familiar por el centro de Madrid. Helga se negaba a ponerse su abrigo pues quería jugar en la habitación de Martina, pero fue la propia chica la que le prometió dejarle una de esas muñecas que ella tenía olvidadas en la estantería para que la niña se la llevará a Barcelona.
Al llegar al centro advirtieron a la pequeña que no se podía soltar de la mano de los mayores y ella aceptó cogiendo la mano de Cepeda, la gran vía llena de carteles que anunciaban un nuevo espectáculo, Martina recordaba las tardes de sábado en las que iba con su madre a ver cualquiera de los musicales o al cine, una tradición que habian perdido con el tiempo.
El móvil de Martina vibraba en su bolsillo, los mensajes y llamadas de David iban a hacer estallar el móvil, no dudó en apagarlo y volver a guardarlo en su bolsillo, ante la mirada atenta de Bruno que no perdía detalle de cada movimiento de su hermana.
Las calles de Madrid olían a Navidad a pesar de quedar aún semanas para ir diciembre entrará cargado de su música navideña, sus luces y sus preciosas tradiciones.
Pasaron una maravillosa mañana rodeados de rincones especiales de Madrid, rincones que les hacían recordar, sobretodo a Cepeda y Martina, la niña había crecido en esa gran ciudad y el había aprendido a ser padre allí también, recordaba la primera vez que paseo con ella dormida en el carrito, y el primer gofre repleto de chocolate que se tomaron un viernes junto a Ana, las veces que la pequeña suplico que la apuntará a clases de baile y todas las veces que se lo negó, quizás las cosas fueran diferentes si no hubiese ido a aquella academia de baile o quizás el destino tenía escrito para Martina que sería bailarina y hubiera llegado a ese momento sin importar la decisión de un padre.
Martina se fue quedando atrás mientras los mayores andaban, Bruno la siguió, quedando a su lado, necesitaba preguntar, al fin y al cabo Martina no había puesto el grito en el cielo cuando lo había visto dormido en el suelo de su habitación y eso era todo un avance.-Martina.....
-gracias por no decir nada de lo de anoche- se apresuró a decir la chica
-no puedo decir nada, porque no se nada
-es mejor así
-no no lo es, quiero que confíes en mí como tu hermano, que me dejes ayudarte- Martina paró a mirarle y acarició una de las mejillas de su hermano y con una pequeña sonrisa
-haceis buena pareja
-Martina..... Sé que Julia te guardara el secreto y no por la amenaza esa que le has puesto, sino porque te quiere. Pero yo también lo hago. Deja que te ayudemos los dos, por favor
-no podéis Bruno, nadie puede hacerlo
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Volver a ti
ФанфикContinuación de Llegar a ti. Martina y el baile empiezan a tener una relación muy estrecha. ¿Aitana y Cepeda siguen como siempre? ¿cómo afecta la vida de Martina a Bruno?