17-Mi propia lotería

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22 diciembre

Por fin acababan sus clases en el conservatorio y podría descansar durante dos largas semanas, llevaba demasiadas fingiendo en la academia de que todo estaba bien, intentando evitar a David, refugiándose en Julia y necesitaba alejarse de eso un tiempo.
Sergio la esperaba apoyado en su coche, se había convertido en un gran amigo para Martina y en su chófer personal, en cuanto alcanzó la altura de Sergio le tiro el cigarrillo al suelo y lo piso con sus zapatillas perfectamente blancas, se inclinó y beso la mejilla del chico

-lo acababa de encender

-es un vicio horrible- dijo ella- por cierto esa barba pincha

-eres peor que mi madre- Martina rodó sus ojos y dejó su mochila en la parte trasera de coche para subir en la parte del copiloto, Sergio sonrió al ver a Martina a su lado jugando con sus manos y moviendo sus piernas, ella que nunca se podía estar quieta- ¿Te apetece ir a cenar?

-me lo ha comentado Julia y le he dicho que sí

-me refería a los dos solos, pero ese también es un buen plan ¿Paso a recogerte o te fias de tu hermano?

-pasa a recogerme, odio la moto esa, no sé cómo Julia sube en ese bicho del demonio- Sergio río al escucharla

-a Julia le gusta tu hermano, no la moto- Martina golpeó el brazo de Sergio- va siendo hora de que asumas que tu hermano y tu amiga follan y más de una vez al día probablemente

-te quieres callar, no me gusta esa imagen en mi cabeza

-¿Entonces si te doy a elegir entre la moto y la imagen?

-elijo la moto sin pensarlo

-bueno pues dile a tu hermano que se acuerde de ti esta noche

-oye Sergio no me hagas esto

-nos vemos luego- dijo Sergio sonriendo y lanzándole un beso a la chica que se quedaba indignada ante aquella encerrona que le había hecho Sergio.

Entro a casa y se dio cuenta de que su mochila se había quedado en el coche de Sergio, sería una buena excusa para que pasará a por ella en un par de horas, no dudó en mandarle un mensaje rápidamente, pero Sergio ya lo tenía previsto y le contesto de que después de cenar la llevaría a casa y podría coger su mochila, sin duda no se iba a librar de la dichosa moto.
Beso las mejillas de su padre que guitarra en mano escribía en sus libretas y abrazo a su madre, la decoración de la casa estaba preciosa y es que después de un largo fin de semana decorando a pesar de que Cepeda no parará de rechistar mereció la pena

-oye papá ¿Me puedes llevar al centro en un rato?

-me ha dicho Bruno que te vas con él. Vienen Miriam y Roi a cenar pero te puedo acercar si quieres

-pues si la llevas tú, pasa a por Miri que tú gallego dice que ya está viniendo y no ha pasado a por ella- dijo Aitana haciendo reir a Martina que no iba a tener que subir en la odiosa moto de su hermano

Roi no tardó en llegar tal y como había avisado Aitana, reía con Cepeda de que el olvido de pasar a por Miriam había sido sin querer, mientras que el gallego mayor le hacía rabiar haciéndole creer que había sido a posta para comerse el toda la cena.
Bruno se despidió de ellos unos minutos antes, iba a pasar por casa de Julia y tendria que desviarse y quería ser puntual a la cena, Martina no tardó en bajar,vestía pantalón  y un top, junto a una chupa negra, sus botas de tacón sorprendieron a Aitana, no era habitual ver a su hija con tacón, siempre se quejaba de que le provocaba mucho más dolor con sus heridas de bailarina

-sigo sin entender cómo ha salido una niña tan guapa de este ser- dijo Roi mirando a Cepeda

-porque mis hijos se parecen a mi- grito Aitana desde la cocina haciendo reir a todos excepto a Cepeda que permanecía serio

-sois muy tontos, anda vamos pequeña

-odio que me digas pequeña papá

-ves como se parece a mí- dijo Aitana saliendo a despedirse de su hija y besando tiernamente los labios de Cepeda

Cuando Martina llegó aquel restaurante del centro pudo ver cómo Sergio fumaba en la puerta, seguramente la esperaba a ella,sonrió al verla llegar con esa sonrisa y esa forma de andar tan peculiar que tenia Martina como si nunca hubiese bajado del escenario

-¿Qué tal el paseo en moto? ¿Donde has dejado a Brunito?- Martina sonrió cogiendo una vez más el cigarrillo y pisandolo con su tacón

-Bruno ha ido a por Julia, y respecto a la moto creo que el coche de mi padre va de maravilla- beso su mejilla con una sonrisa y se adentro en el interior del restaurante.
Cuando Sergio volvió a entrar la vio charlar animadamente con Manuel y Carmen,al lado de Martina la silla vacía que el estaba dispuesto a ocupar,en cuanto se sentó apretó las rodillas de ella en busca de sus cosquillas

-que sepas que te la pienso devolver

-soy más lista que tú- susurro Martina riendo

Durante la cena Sergio observaba como Martina reía y de vez en cuando le miraba para recordarle que había sido más rápida e inteligente,para Bruno que conocía a su hermana no pasaba de desapercibido esos pequeños detalles y sonreía apretando la mano de Julia al encontrar una nueva mirada entre Sergio y Martina.
En la discoteca bailaban al compás de la música, excepto Bruno que hacía lo que podía mientras todos se reían porque no entendían como naciendo los dos el mismo día, Bruno no tuviese ni un poco de talento para el baile como lo tenía su hermana.

-son duda ese talento se lo llevó solo Martina -dijo Julia antes de colgarse en el cuello de su novio para besarlo con pasión. Martina sonreía y miraba a su alrededor hacía tiempo que había perdido de vista a Sergio, sabía que las discotecas no eran el lugar favorito del chico pero no se podía haber marchado sin despedirse, no se podía haber marchado sin ella.
Recorrió la discoteca hasta la salida miró a los lados dela calle y allí lo vio apoyado en una pared,suponía que se estaría fumando algún cigarrillo pero para su sorpresa el chico miraba algo en su móvil

-¿Se puede saber qué haces aquí?

-estaba mirando a ver si me ha tocado la lotería- Martina río ante la ocurrencia del chico

-y que ¿Ha habido suerte?- el chico negó con la cabeza y guardo el móvil en el bolsillo, vio como la chica se abrazaba a si misma en busca de algo de calor, no dudó en abrazarla- esta es la peor excusa para abrazarme que has utilizado- susurro la chica apoyada en su pecho

El chico la miró,aquellos ojos verdes que le oraban con ternura prometían volverle loco por mucho tiempo, sus labios cortados a causa del frío cada vez era más inevitable dejar de mirarlos. Sergio acarició la mejilla roja de Martina con delicadeza y sonrió, nunca imaginó tener tan cerca a esa chica con la que llevaba semanas soñando. Martina busco la mano de Sergio para entrelazados y el chico se acercó a sus labios en un beso tierno, que prometía mucho más un beso que pedían pasión, que significaba mucho más.

-creo que si que me ha tocado la lotería- dijo Sergio tomando aire para volverla a besar en aquella noche en el frío de Madrid y la música en el interior de una discoteca a la que a ninguno de los dos les interesaba demasiado.


Nuevo capítulo, espero que os guste.
Se viene Navidad y épocas muy bonitas, espero que disfrutéis estos días y estos capítulos porque después vendrán curvas en las que espero que no me mateis
Os quiero 💛💙😘

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