Volver a ti

23-Emocional

La Nochevieja estaba cada día más cerca, y con ello la vuelta a Madrid de Sergio.
Aquella mañana Martina se había permitido quedarse en la cama hasta que Sergio despertará, desde que él  llegó se levantaba pronto para seguir su rutina de bailarina responsable.

-buenos días dormilona- dijo Sergio deslizando su dedo índice por el puente de su nariz, ella abrió lentamente sus ojos y sonrió al verle

-buenos días

-me gusta verte despertar

-¿qué hora es?

-casi las diez- ella se levantó de un salto y empezó a decir palabras indescifrables para Sergio- ¡oye! ¿Se puede saber que te pasa?

-mi rutina de baile, es súper tarde para ponerme ahora a hacer ejercicios- Sergio río al verla y la atrajo hacia sí, acostandola  en la cama, con un rápido movimiento logró ponerla debajo de él.

- Martina Cepeda Ocaña me encanta que seas tan responsable, pero por una mañana no se te van a oxidar tus piernas- dijo besando los labios de la chica dulcemente- ¿quieres que salgamos a correr?

-no creo que te guste hacerlo en sitios públicos- dijo ella riendo y besando su mejilla

-sabes que no me refiero de esa forma

-ya, pero me gusta ver cómo los colores suben a tus mejillas-voy a por la ropa de deporte

Sergio y Martina hicieron deporte durante una hora, al volver los abuelos de la chica no estaban, no le habían dicho que pensaban salir pero no le dio mucha importancia y se metió a la ducha en cuanto Sergio salió.
Cuando se adentró en la cocina vio como Sergio terminaba de preparar el desayuno, no pudo evitar la sonrisa que se le escapó al ver aquella escena tan cotidiana.

-he preparado tostadas y café

-espero que no me envenenes

-que poco confías en mis dotes culinarias

-no se te da mal- dijo ella sonriendo y dándole un bocado a la tostada que tenía delante.

-¿tus abuelos han salido?

-estan de compras con los tíos de mi madre, no vienen a comer - Sergio asintió y mordió su labio inferior, clavando su mirada en la de Martina

-así que estamos solos- Sergio rompió un poco la distancia entre ellos, sintiendo la respiración de la chica y la sonrisa que le había vuelto loco desde el primer día- durante un buen rato- dijo besandola

-¿tienes algún plan?

-tengo algo pensado- dijo volviéndola a besar esta vez más apasionadamente, dejando que las manos de Martina se deshicieran de la camiseta del chico y que torpemente llegaran hasta la habitación entre besos y risas.

Un par de horas después, Sergio dibujaba con su dedo en la espalda desnuda de Martina.

Podían hablar de cualquier cosa, pero preferían el silencio en el que solo sus respiraciones se escuchaban, Martina sonreía al sentir a Sergio y cerraba los ojos, todo aquello parecía un sueño y quizás si los abría Sergio podía desvanecerse.

Aitana metía la llave en la cerradura y observaba el silencio que había en casa, observaba a Cepeda que estaba igual de sorprendido que ella.

Aitana no lo pensó demasiado y entró a aquella habitación que un día fue suya y que sus hijos habían heredado, al abrir cerro rápidamente al ver la escena

-mamá, puedes entrar- dijo Martina que se tapaba con el edredón mientras que Sergio se enfundaba  en su camiseta

- pensaba que estabas durmiendo, será mejor que os vistais, a tu padre no le gustará esta escena

Martina asintió a su madre que desaparecía, la chica sonrió a Sergio al que le había subido el color rojizo a sus mejillas.
Ella reía por la situación y él no pudo evitar lanzar uno de la cojines hacia ella y hacerle cosquillas

-para para- dijo ella pidiendo una tregua, el chico para y se quedó mirándola- no querrás que nos pille mi padre ¿no?

-espero caerle bien de verdad

- pero si te has ganado a mis abuelos, mis padres los tienes fácil

-no tengo yo eso tan claro- dijo viendo como la chica se vestía

-mira a mamá le puedes hablar de ropa, diseños, pintura, arte en general y a papá si le hablas de música estará encantado. Además tenéis algo en común

- ¿el que?

- ambos odiáis el ballet

-yo no odio el ballet, simplemente no me gusta y menos ver cómo acabas de cansada después de cada ensayo

- es algo normal- dijo ella subiendo la cremallera del jersey del chico, el sonrio débilmente y dejó que Martina le besará.

Al salir al salón vio a su padre sentado en el sofá y a su madre a su lado acariciando la barba de este, a veces  parecían dos adolescentes y no dos personas que se conocían de muchos años y que tenían dos hijos en común.
Cepeda se levantó y dejo que su hija se abrazara a su cuerpo, para después hacer lo mismo con Aitana

-bueno....... él es Sergio- Aitana y Cepeda lo saludaron educandamente al chico que permanecía tímido observando la escena- siento no deciros que estaba en Barcelona conmigo pero...

-cariño, no tienes porque darnos explicaciones- dijo Cepeda

-no quiero ser una molestia- se atrevió a decir Sergio

-no eres una molestia, eres amigo de Bruno ¿verdad?-dijo Aitana sonriendo, el chico se limitó a asentir

Tras un rato intentando conocerse Sergio se ofreció a ayudar a Aitana con la comida, dejando así a padre e hija a solas.

-papá.....

-Martina, ya te he dicho que no quiero explicaciones, es tu vida

-quiero dártelas

-yo solo quiero saber si te hace bien ¿estás feliz con él?

-si papá, Sergio me hace olvidarme de mi vida profesional y me hace sentir- dijo la chica llevándose la mano al corazón

-pues eso es lo importante, pequeña- dijo besando su frente

Aitana observaba como Sergio se desenvolvía en la cocina, realmente aquel chico había crecido viendo cocinando o incluso haciéndolo el mismo.

-¿desde cuando cocinas?

-no cocino tanto, se lo básico para echar una mano cuando haga falta

-¿cuando haga falta?

- pensaba que Martina os había dicho, mis padres tienen un bar y trabajo allí de camarero- ahora Aitana lo entendía todo, sonrio y siguió  a lo suyo, tenía demasiadas preguntas para aquel chico, quizás el cambio de su hija se debía en parte a él.

-le haces bien a Martina

-yo no hago nada, solo la quiero, me gusta Martina, me gustan sus ojos verdes cuando cuenta algo con ilusión y  su cara de cansada cuando sale de entrenar. La quiero mucho- Aitana sonrió al chico y  sabia que su hija era feliz con aquel chico, que se hacían felices el uno al otro y eso era lo importante.

Hasta aquí los capítulos navideños, el próximo ya estaremos en Madrid y de vuelta a la rutina de Martina.

Os voy a confesar en quien me he inspirado para crear la historia de amor de Sergio y Martina. Y es en el videoclip de Dani Martin Emocional. Os invito a verlo😘

Espero que os guste
Os quiero 💙💛😘😘