La luz del los pocos rayos de sol se colaban por su ventana, Martina se despertaba una vez más antes de que su despertador sonará con ese horrible tono que se colaba en sus tímpanos de la forma más estridente.
Sus pies descalzos sobre el parqué llegaron hasta la ventana, corriendo las cortinas blancas dejaba ver los edificios que vestían la ciudad en la que llevaba casi un año y medio viviendo.
Los mensajes de sus padres y de su hermano dándole los buenos días aún con la diferencia horaria, le daban ánimos para comenzar el día.
El camino al conservatorio era rápido, no más de cinco minutos andando y allí estaba Marilia aquella chica que amaba el baile casi tanto como ella, estiraba su cuerpo frente al espejo, con su pelo perfectamente recogido y su vestido perfectamente colocado.
-buenos días Martina- dijo con un perfecto acento inglés
-hola, Marilia ¿has madrugado hoy?
-solo para estirar, ya sabes que los exámenes no son nada fáciles
-sacaras buena nota, estoy segura
- tú nunca has estudiado para un examen de ballet ¿verdad?- Martina mordió su labio ante la pregunta de Marilia y negó con una pequeña sonrisa- tienes un don
-a veces me gustaría no tenerlo- admitio la joven- es difícil estar lejos de la familia........ no he podido ir a verlos ni en navidad porque teníamos que bailar en las galas benéficas......... y ellos tampoco han podido venir...... y les echo de menos
-bueno pero tienes aquí a tu novio eso es una suerte
-si- respondió una apenada Martina
Martina bailaba, y daba clases durante todo el día, y los días libres que podía tener aprovechaba para ver la ciudad. Aunque podía asegurar que si le preguntaban por el lugar más bonito, no lo conocía. Apenas había conocido bien la ciudad en un año y medio que llevaba viviendo allí.
Sus pies tenían más heridas y echaban de menos los masajes de mamá, bueno realmente Martina echaba de menos a mamá, sus besos, sus dibujos, su voz....... y a papá, con la guitarra, con esa obsesión con hacer la tortilla perfecta y lo ricos que le salen los desayunos un sábado por la mañana. Y a Bruno, su pequeño Bruno...... siempre con sus gafas y estudiando, con la habitación desordenada y llena de maquetas. Echaba de menos la sonrisa de su amiga Julia y ver su felicidad cuando Bruno estaba cerca.
-¿qué tal el ensayo?- pregunto aquel chico besando sus mejillas de forma cariñosa
-bien, como siempre
-espero que sigas siendo la mejor
-hay mejores que yo
-no digas estupideces, pagamos tu carrera aquí por algo
-yo no pedí nada
-deja de ser tan desagradecida y vamos a casa. Por favor- Martina observo los brazos del chico, se acaba de inyectar cualquier mierda que cambiaba todo, respiró profundo y sentía el miedo de volver a casa
-me dijiste que ibas a dejar de drogarte
-no eres nadie para controlar mi vida -escupio el chico- creo que ya sabes que si lo hicieras podrías ser la mejor bailarina del mundo, tu capacidad de rendimiento crecería
-la escuela lo prohíbe y prefiero estar cansada que enferma, David
Madrid.
Bruno acababa sus clases en la universidad, pensaba pasar por la facultad de magisterio a recoger a Julia e ir juntos a casa. Su relación iba mejor que nunca, Julia se había decidido por dejar el baile por una afición y centrarse en su carrera universitaria.
Bruno había entrado a la carrera de arquitectura con una de las notas más altas en selectividad, en casa se celebró como un gran triunfo con Martina al otro lado de la pantalla llorando de emoción al ver cómo los sueños de su hermano se cumplían.
Julia salía con su mochila colgada del hombro y peleándose con una carpeta que se le hacía difícil entrar en la mochila. Sonrio al ver al chico apoyado en una de las paredes con el casco de la moto en su antebrazo y su mochila colgada a la espalda.
Julia besó sus labios y se sonrieron.-¿qué tal tu día?
-bien, tengo que estudiar esta tarde, así que después de comer, me llevas a casa- advirtió Julia
-yo quiero acabar mi maqueta
-tu y las maquetas
-bueno también voy a ir a mi padre al estudio- Julia sonrió
-¿qué tal lo llevan tus padres?
-mama un poco peor, pero estamos todos igual de jodidos- Bruno suspiro- Martina lleva semanas sin llamar y bueno cuando lo hace nos habla de que esta bien y que intentará venir pronto, pero ese pronto se está haciendo eterno
- a mí también se me está haciendo eterno, solo quiero volver a verla y abrazarla- Bruno beso su cabeza y le tendió su casco con una sonrisa. Julia comprendió que él no quería hablar de su hermana, le dolía tenerla lejos.
Horas más tarde Bruno se colaba en el estudio de su padre, con sus cuadernos de estudio y su bloc de dibujo. Hacia varios meses que había cogido la costumbre de estudiar en el lugar de trabajo de su padre, observando el trabajo de composición de los artistas o la producción de las nuevas canciones.
-dice mamá que cena con la tita Marta
-es decir que nos abandona
-eso quiere decir, que tu y yo vamos a cenar tortilla- Cepeda río ante el comentario de su hijo, aún sabiendo que tenia razón y que cenarian tortilla de patata- ¿qué agenda tienes hoy?
-poca cosa, viene María a grabar unas voces y a ver si sale algo nuevo. ¿ tu tienes mucho trabajo?
Bruno se sentó en aquella mesa que ya parecía suya, y comenzó a sacar sus cosas
-un par de trabajos y poca cosa más
-¿Julia no viene hoy?
-tenia que estudiar, dice que irá a la biblioteca
-es más responsable que tú- bromeaba Cepeda, creando que su hijo lo mirara con el ceño fruncido al igual que solía hacer Aitana- no te enfades, dile si quiere cenar tortilla con nosotros
-se lo diré, aunque lo dudo bastante. Es muy cabezona
Cepeda río y en esos momentos entraba el chico cargado de cafés y con su barba perfectamente recortada, su pelo peinado en un pequeño tupé y sus ojos miel un poco más apagados de lo que acostumbraban a ver
-he traído el café que te gusta, a ti te he traído un colacao- dijo dándole una pequeña colleja a su amigo Bruno
-muchas gracias, yo también te quiero cabezón
- anda dejar de discutir, tú a estudiar, que Sergio y yo tenemos trabajo.
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Volver a ti
FanfictionContinuación de Llegar a ti. Martina y el baile empiezan a tener una relación muy estrecha. ¿Aitana y Cepeda siguen como siempre? ¿cómo afecta la vida de Martina a Bruno?