Recordaba la primera vez que volvió a ver a Martina, había crecido tanto y se parecía tanto a ella. Por aquel entonces la niña ya amaba bailar, por aquel entonces Aitana no era consciente de lo lejos que podría llegar su hija en ese mundo, empezó a darle un poco más de valor cuando la mudanza a Madrid se precipitó por su hija y ahora la tenia demasiado y le gustaría poder cerrar los ojos y abrazarla.
-veo que mi ausencia os ha ido muy bien-dijo Aitana al entrar a casa y ver cómo Cepeda cenaba con Bruno,Julia y Sergio, que ya eran dos más en la familia.
Era verdad que a Sergio le había costado dar el paso de dejar el bar y aceptar la propuesta de Cepeda de ser su ayudante, estaba dispuesto a enseñarle cada paso que debía tomar y durante un año trabajando juntos, era uno más en casa.
-aqui Julia dice que prefiere la tortilla con cebolla- dijo Cepeda besando los labios de Aitana
-es una chica con buen gusto- Julia río tímidamente y Bruno apretaba con fuerza su mano por debajo de la mesa- ¿qué tal todo chicos? - contestaron un bien, aunque Aitana sabía que Sergio no era sincero, al menos no del todo, a él también le había afectado la marcha de Martina, quizás al que más, pues no tuvo la oportunidad de despedirse.
-yo será mejor que me marche- dijo Sergio levantándose de la mesa- Julia ¿quieres que te lleve a casa?
-pues sí, así este señorito puede ponerse el pijama- dijo acariciando la nuca de Bruno que sonreía
-¿nos vemos mañana?- Julia asintió y se despidió de él dándole un beso en los labios.
El trayecto estaba siendo silencioso, era verdad que ninguno de los dos eran grandes amigos. Sergio nunca se había abierto demasiado a nadie, excepto con Martina, ella era especial para él.
-¿sabes algo de ella?
-Julia....... no voy a hablar de eso
-Sergio, no te quiero incomodar, pero quizás ella espera tu llamada
-no se despidió, Julia. Se fue y ¿que me dejó? ¿una carta? El miedo pudo con ella
Julia se quedó en silencio observando los ojos vidriosos de Sergio, le dolía. Ella se sentía culpable, no quería hacerle sentir mal. Martina evitaba hablar de Sergio, tampoco hablaba demasiado de su vida en Nueva York, simplemente se sabía que ella estaba bien.
Se despidió de Sergio y le dio las buenas noches a Bruno antes de meterse en la cama, pensando si debía hablar con Martina o al menos intentarlo. Marco el número, pero tras varias llamadas se dio por vencida y se metió en la cama.
Nueva York
Veía como su móvil se iluminaba, estaba ignorando las llamadas de Julia y se odiaba a si misma por hacerlo. No se estaba portando bien con su familia, una vez más se estaba equivocando.
-¿cuándo volveremos a Madrid?-pregunto Martina con cierto miedo a lo que pudiese pasar
-estamos bien aquí, son muchas horas de viaje como para ir un fin de semana
-tengo ganas de ver a mis padres y a mi hermano
-pueden venir ellos aquí, mis padres lo hacen
-mis padres no disponen del poder adquisitivo de tu familia
-ese no es mi problema, Martina ya lo sabes- dijo el chico mirándola con una sonrisa que asustaba, ella se encerró en su habitación por suerte se negó a compartir habitación con ese loco que la persiguió hasta Nueva York, y que una vez allí se encargó de manipular su vida amenazándola con no volver a bailar en su vida.
Horas después Martina bailaba en el conservatorio, cada día que pasaba odiaba más la música clásica, era lo único que escuchaba desde que estaba en la ciudad, y echaba de menos a Sergio y su música nada clásica.
-buenos días Martina- dijo Noe, la directora del conservatorio y quizás una de las responsables de que David no bailara con ella y no tuviese las mismas clases, también responsable de convencerla de no huir a España a los dos días de aterrizar en los EEUU
-buenos días Noe
-¿todo bien?
-supongo que podría ir mejor
-cariño, ¿porque no vas a España unos días? Te vendrá bien
-el no quiere, y ya sabes que si me marcho mi carrera como bailarina está perdida y tu misma dijiste que podía ser una de las mejores del siglo
-si que lo hice, pero me gustaba la Martina que sentía el baile, no me gusta la que estoy viendo ahora
-siento decepcionarte
-deberias tomar medidas, lo que te está haciendo.......
-Noe, me tiene atada de pies y manos, su poder adquisitivo es mayor que el mío
-voy a ayudarte ¿vale?- dijo Noé acariciando la espalda de la chica que asentía a la pregunta que le acaban de hacer y sabía que estaba conteniendo las lágrimas al igual que aquel día en la estación en cada abrazo que le daban todos excepto él.
Sabía que él nunca la iba a perdonar, no lo hizo bien. Pero le dolía demasiado tener que despedirse de él, le costó mucho escribir aquella carta. Y le conocía lo suficiente como para saber que no iría a buscarla, pero le quedaba un poco de esperanza de verle aparecer aquel día en el aeropuerto pidiéndole que no se fuera o que todo iba a estar bien aunque la distancia les separará durante un tiempo. No fue así y recuerda cada lágrima que brotó de sus ojos recordando el tacto de su piel o el sabor de sus labios y le echaba de menos ¿cómo no iba a echar de menos a la persona que le hizo sentir viva?
Horas después, seguía bailando perdida entre negras y corcheas, y movimientos de su cuerpo, estaba cansada pero quería volver a España y si suspendía las pruebas ese regreso se retrasaría demasiado.
-¿se puede saber porque no coges el móvil?-dijo Noe entrando preocupada
-lo tengo en silencio, estaba ensayando. ¿Pasa algo?
-tienes que irte a España ya, toma te he sacado un billete, ves a coger lo necesario. Ya está todo hablado
-pero ¿porque tanta prisa? ¿ qué ha pasado?- decía Martina cada vez más asustada, Noe se acercó y cogió sus mejillas antes de responder a la pregunta
- es tu hermano......... ha tenido un accidente...... tienes que ir cuanto antes........
No me matéis después de esto🙏🙏🙏
Espero que lo disfrutéis
Os quiero 💙💛😘😘😘

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Volver a ti
FanfictionContinuación de Llegar a ti. Martina y el baile empiezan a tener una relación muy estrecha. ¿Aitana y Cepeda siguen como siempre? ¿cómo afecta la vida de Martina a Bruno?